El Ibex-35 se ha tirado nueve años subiendo más que el Eurosto50. Esto se ha debido a las siguientes razones:
La Telefónica se ha comportado mejor que el resto de operadoras europeas debido a una racha de buena suerte en el pasado:
1 – No ganó ninguna de las pujas importantes por las licencias europeas para móviles de octava generación, que fueron un fiasco. Eso hundió a las otras compañías.
2 – No consiguió la fusión con la KPN, a pesar de intentarlo con ganas.
3 – Consiguió comprar Endemol por el miserable precio de 1 billón, con 12 ceros, de pesetas (todo un chollo en plena burbuja), y tuvo la suerte de poderla vender por menos de la mitad más tarde.
LOS DOS BANCOS GEMELOS
El Santander se comportó mejor que los otros bancos mundiales debido a que en este banco se cumple la máxima de que el ojo del amo engorda el ganado. Don Emilio no permite que su cúpula directiva se juegue el patrimonio del banco a cara o cruz para cobrar unos jugosos bonus si sale bien el juego de la ruleta rusa.
A pesar de eso le han metido algunos goles de menor calado pero han sido asumibles.
El BBVA ha tenido que seguir por los mismos derroteros para impedir que, en la carrera particular que llevan celebrando desde hace muchos años, el Santander le adelantara por una cabeza.
Estas cosillas han permitido, como se puede ver en el gráfico, que el Ibex haya tenido un mejor comportamiento que el Eurosto50, tanto en las tendencias alcistas (subiendo más) como en las tendencias bajistas (bajando menos).
Pero eso ha cambiado. La plegaria elevada al cielo en Washington por un ateo ha desatado la ira de los dioses, y la maldición bíblica traerá el llanto y el crujir de dientes para España. Los efectos inmediatos se pueden ver en el gráfico diario del Ibex-35 contra el Eurosto50.
Una cabeza con hombros confirma el cambio de esa tendencia que habían mantenido vigente los hados de la buena suerte durante nueve años.
Este gráfico está formado por tres Mini Ibex contra un contrato del Eurosto 50. Lo he hecho de esta forma para que esté al alcance de todos los bolsillos. También se podría hacer con un contrato grande del Ibex contra tres contratos del Eurosto 50.
Como la memoria del gran público inversor suele ser igual de corta que la de los peces de colores, es probable que se produzca una vuelta a la rotura de la línea clavicular de la cabeza con hombros en los 6000 euros de diferencia (esto ocurrirá cuando tres Mini Ibex valgan 6.000 euros más que el nominal de un contrato del Eurosto 50).
En ese momento podría ser una buena operación vender tres Mini Ibex y comprar un contrato del Eurosto 50. Pues a medida que la gente vaya tomando nota de la situación real de nuestra piel de toro, es posible que el comportamiento del Ibex sea peor que el del Eurosto 50.
Como especuladores particulares no podemos hacer ninguna de las operaciones sobre las que me han preguntado últimamente en los comentarios: CDS (tienen un nominal muy grande y se asumirían riesgos de contraparte, pues no me fío de los que contratan esos productos); spread entre el bono alemán y el bono español (no hay futuros sobre el bono español). En cambio, la operación mencionada arriba sí que la podemos hacer.
Puede que alguien diga que somos antipatriotas, pero yo creo que el único antipatriota es el que hunde a España en la miseria con su talante y afán de protagonismo, y no el que recoge los despojos del suelo después de semejante carnicería.
Don ZP, después de leer el Deuteronomio y como jornalero de los mercados, la única opción que usted me ha dejado para sacarme el jornal cada día antes de que se ponga el sol es operar contra el índice de una de las naciones más antiguas de la tierra, España, esa nación que se distingue de las otras por estar llena de gente que le ha votado a usted.