#CandanchúNoSeCierra – III
Desde muy pequeño siempre me han apasionado retos complicados y aparentemente en ocasiones prácticamente imposibles. No creo que sea por falta de prudencia y anticipación porque me considero en líneas generales un fiel reflejo de la tradición y cultura racionalista judeo-cristiana. Pero en una parte de mi vida siempre veo que estoy “embarcado” en temas que aparentemente tienen componentes de falta de viabilidad y en contra de cierta posición oficial. Por citar algunos ejemplos, entre muchos otros, en su momento es el caso de querer escindir el campus de la Universidad de Zaragoza en dos, con uno de ellos de tipo tecnológico-empresarial, afectando a la actual Facultad de Economía y Empresa en el contexto de escindirla también con el resultado de que uno de sus efectos fuera crear una Escuela de Negocios, Business School al estilo de Harvard o Deusto sin ir más lejos. Actualmente, entre otros, es mi adhesión y participación activa en la propuesta de Parque Nacional de Los Monegros o a #CandanchúNoSeCierra.
Respecto a Candanchú, mítica y legendaria estación de esquí del Pirineo de Huesca, desde mi perspectiva y experiencia práctica y concreta en el mundo de la empresa como analista financiero y supervisor de finanzas, así como mi experiencia académica, docente e investigadora en Finanzas, en Dirección Financiera, Riesgos Empresariales y Planes de Viabilidad, veo poco justificada la decisión de cierre para la próxima temporada, y casi cierre total para el futuro ya que se puede perfectamente generar un plan de viabilidad, o varios. De momento, los afectados directamente de manera brutal son 30 personas con trabajo fijo los doce meses del año, más 150 fijos en la temporada de invierno. A todo ello hay que añadir la parte empresarial y de empleo ligada con monitores de esquí, los importantes efectos socioeconómicos directos sobre el territorio y, por supuesto, todo el valor añadido que se genera en cuanto a imagen de marca y atracción turística para el Valle del Aragón y sus empresas.
El Valle del Aragón, sus empresas y sus trabajadores van a ser los grandes afectados si la espada de Damocles se inclina en la dirección que muestran los acontecimientos. Pero es algo que incumbe a todo Aragón y a toda España.
Por todo lo cual, nos sumamos razonadamente al movimiento #CandanchúNoSeCierra y esperamos por el bien de España, de Aragón, de su turismo y del empleo, planes de viabilidad alternativos que permitan la apertura de Candanchú.
Luis Ferruz Agudo
Escritor y economista