Energía y precios - VI: a grandes males grandes remedios
Consumidores y empresas, cada vez más aterrados, observan una creciente escalada brutal, descontrolada y sin freno a pesar de diversas medidas muy insuficientes de Gobiernos, de la Comisión de la UE y otros organismos e instituciones en cuanto a los precios mayoristas en la energía y materias primas, especialmente en la energía eléctrica, con una factura críptica (cargada de infumables como el déficit de tarifa) y muy volátil para la mayoría de los mortales, que al final repercute, con menor intensidad pero muy alta también, en la factura eléctrica de consumidores y empresas, que está haciendo mella incluso en la propia supervivencia y viabilidad de las empresas, con repercusiones crecientes para paros en producción, expedientes de regulación de empleo y desempleo.
A grandes males, grandes remedios y no tendría que ser tan complicado identificar y neutralizar varios factores de riesgo al respecto como los siguientes: a) Mercados oligopolísticos que es bien sabido que no favorecen precisamente la competencia b) Agentes de mercado que al mismo tiempo son juez y parte en cuanto que son generadores y comercializadores oligopolísticos c) Un absurdo mecanismo de formación de precios refrendado en el ordenamiento jurídico con corte de oferta y demanda según precio marginal, el más alto y determinado básicamente por el gas y los derechos de emisión de CO2, que podría ser de otra manera y como existe en determinados mercados con preponderancia para la mayoría de oferta y demanda según precio medio y muy poca relevancia para la mayoría de los participantes del mercado del precio marginal, d) El alto componente especulativo y perverso de algunos mercados adyacentes a los fundamentales y que tienen notable incidencia en la formación final del precio.
Los supuestos expertos no contemplan normalmente el problema de manera interdisciplinar, por no hablar en ocasiones de intereses sesgados e incluso espurios y siguen a veces ciertos mantras y fundamentalismos políticamente correctos sobre lo que dice la Comisión de la UE o el ecologismo folclórico sin tener en cuenta lo que realmente se está haciendo en la práctica por algunos países como Francia, Alemania, Bélgica, China, Estados Unidos y un largo etcétera. Tampoco los supuestos expertos suelen hacerse eco de iniciativas como las de Jeff Bezos, Warren Buffet o Bill Gates sobre la energía nuclear.
Respecto a la supervisión y control de mercado no hay mucho de qué hablar ya que es básicamente un laissez faire, laissez passer, por no hablar quizás, tan solo quizás, de relaciones en su caso indirectas en cuanto a puertas giratorias y otras lindezas.
Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista /