Para acabar con la serie de las enseñanzas de Bernanke, me queda hacer una pequeña recopilación de post para tratar de dejar mi opinión sobre lo que está fallando. Y creo que no es nada difícil entender algunas cosas que están fallando tanto en este esquema como en el de los años 30.
En ambos momentos la prioridad ha sido totalmente salvar los mercados financieros, manipulando y olvidando completamente la realidad económica que directamente pasa a ser algo completamente secundario. Llega un momento en que se olvida que el sistema financiero es un sector que depende de la economía. Es decir; lo básico es entender que un sistema que se basa en financiar algo, (la economía) dependerá de la evolución de esta para determinar el futuro. Actualmente todas las políticas están diseñadas para salvar al sistema financiero, aún a costa de la economía, de tal forma que al final se llega a una conclusión única. El camino de destrozar la economía para salvar al sector financiero lleva al desastre económico y lo triste del asunto es que finalmente el colapso económico lleva al colapso financiero. Todo esto es tan simple que hay que hacer verdaderos esfuerzos para no entenderlo, y más esfuerzos aún para tratar de obviar esta realidad.
Hoy en día tenemos el recurrente caso de Islandia, donde nos cuentan, con cierto error, que han decidido no salvar a las entidades financieras. En realidad lo que ha ocurrido es que han hecho toda clase de salvajadas para salvar el sector financiero hasta que no se pudo hacer absolutamente nada más. En este momento es donde comienzan a imponerse reglas y empiezan a tomarse decisiones que están enderezando la situación, (con evidentes problemas y dificultades, ya que es obvio entender que no hay una solución sencilla a los problemas actuales de tanto tamaño). Es exactamente lo mismo que ha ocurrido en la gran depresión, cuando en el momento en que se han tomado unas cuantas medidas, nos encontramos con el principio de un camino difícil de salida.
Lo curioso es que las lecciones de la época parecen marcadas por la discusión sobre si gastar más o gastar menos, pero sin embargo han desaparecido de todo tipo de análisis precisamente las medidas que realmente tuvieron efecto. No estoy diciendo que no tuviese efecto el enfoque de incrementar el gasto, sino que este incremento del gasto fue una parte, y además accesoria de todo el plan que se desarrolló en su momento para salir de la crisis de los años 30. De hecho si nos damos cuenta en Islandia tampoco se ha hablado en absoluto de ningún tipo de incremento de gasto público, (más bien de lo contrario). Por lo tanto nos pasa una cosa curiosa, porque mientras estamos discutiendo sobre un tema bastante idealizado, olvidamos lo más importante.
En este sentido lo más importante, y lo que dio nombre a la salida de la primera gran depresión no fue otra cosa que el “New Deal”, que supuso lo que su nombre indica. Un nuevo trato para generar confianza en la sociedad y comenzar a mover una economía completamente bloqueada. Si nos damos cuenta en Islandia comienza a mejorar también cuando tenemos que los ciudadanos recuperan el poder, (o por lo menos comienzan a tomarse medidas en tal circunstancia). Este aspecto es clave, y por esto en su día había tratado de explicar que es uno de los aspectos que claramente necesitamos. En este esquema es donde comienzan a vislumbrarse todas las medidas del estado del bienestar, que no fueron, tal y como se expone continuamente en estos momentos, un lujo que nos podíamos permitir, sino que fue todo un conjunto de medidas que se instauraron para tratar de salir de una solución determinada. Aunque sólo sea por coincidencia temporal es imposible no entender que este tipo de medidas se han introducido en un contexto dramático y en muchos sentidos peor que el actual, y que el continuo desmantelamiento a partir de los años 80 y luego desde los 90 nos lleva otra vez a la situación actual.
No es posible salir de esta situación, en un contexto en el que simplemente todas las personas están todos los días tratando de evitar nuevos golpes y asumiendo unos costes cada vez mayores para salvar al sector financiero. Simplemente al final hay límites.
El segundo punto no es otro que el tipo de cambio. En todos y cada uno de los casos de crisis financieras que acabaron en catástrofes financieras nos encontramos con un sistema de cambio de moneda y con una actuación de bancos centrales que buscaban directamente establecer los tipos de cambio más apropiados para el sector financiero. El problema es que los tipos de cambio finalmente y en su acepción más básica no son otra cosa que la valoración de la economía de los distintos países, por lo que está táctica acaba empeorando los problemas. Recordemos que Bernanke identifica como un grave error la actuación de la Reserva Federal para mantener el valor del dólar, pero en realidad el error ha sido mantener un tipo de cambio y un patrón por lo que el propio Bernanke indica: “evitar la fuga de inversiones financieras”. Es decir, el error es dar todo lo que necesita el sistema financiero contra todo viento y marea. Esto ha ocurrido en el corralito argentino y está ocurriendo en estos momentos, tal y como he explicado en la serie de post sobre las actuaciones de los bancos centrales. En línea con lo anterior, está claro que los bancos centrales están haciendo todo lo que no interesa a la economía, lo cual nos lleva exactamente a la situación en la que estamos. Las razones son sencillas y están explicadas en otra serie de post acerca del carry trade.
Por esta razón nos encontramos con dos problemas graves y distintos. Por un lado, a lo largo de todo el mundo los problemas se multiplican ya que existen muchas contradicciones evidente entre lo que interesa a corto plazo al sistema financiero y lo que interesa a la economía, (por ejemplo, a la industria alemana le interesa la devaluación, mientras que al sector financiero le interesa la apreciación), y por otro lado es evidente que no se pueden mantener paridades y sistemas fijos de cambio para situaciones distintas, (como por cierto Bernanke nos muestra en sus conferencias). El patrón oro, la paridad con el dólar que intentó Argentina y el caso de los países periféricos actualmente son los ejemplos perfectos de esta situación que parece sorprender a todo el mundo.
En el caso de España, Grecia y demás, al igual que lo que ocurría en Argentina tenemos un problema adicional, que no es otro que la política monetaria viene determinada desde fuera y en consecuencia adaptada a las necesidades exteriores; Si todas las políticas monetarias y económicas están diseñadas por y para los intereses de otros, la conclusión lógica es que el sometido tenga problemas de todo tipo y color, hasta llegar a la quiebra, con el agravante de que además será culpable.
Evidentemente la dificultad para determinar que a los países periféricos no teníamos otra opción que la salida del euro, en un entorno en el que todo se diseña por y para Alemania es tan sólo el hecho de que decir esto es una herejía que chocará de frente con los intereses del sector financiero, que debemos recordar que al final se derrumbará por la economía. Tan sólo era cuestión de tiempo, ya hace unos años.
En definitiva, lo que toca ahora es salir del euro, y realizar políticas de demanda, para tratar de equilibrar lo que han sido unos cuantos años de economías de oferta que han llevado a una situación de claro desequilibrio. No es tan complicado y todo nos lleva hacía ahí salvo los intereses de ciertos grupos que no se ven apoyados por otra cosa que informes que reiteradamente no se cumplen.