Voy a tratar de recuperar la serie sobre la actuación de los bancos centrales. Recordemos que en el primer post, expuse una serie de contradicciones en las actuaciones de los bancos centrales que estaban tomando una serie de medidas, contrarias a lo que se supone lógico, teniendo en cuenta, tanto el sentido económico como las declaraciones de estos.
En el segundo post, había tratado de exponer que si cambiábamos el esquema, y nos situábamos en un entorno en el que tratábamos de salvar a la banca de inversión a través del proceso del carry trade, las decisiones encajaban perfectamente, con dos salvedades. Por un lado nos encontrábamos con el caso de China, que simplemente estaba tomando las decisiones contrarias a lo que se esperaría asumiendo que estuviésemos rescatando a la banca; aunque estaría tomando las decisiones correctas desde el punto de vista de la ortodoxia económica.
Y el otro caso que merecía especial análisis es el que ocurre en Japón, donde nos encontramos con que el banco central lleva mucho tiempo intentando devaluar el yen, (lo que interesa al mercado financiero), pero que incluso con tipos al cero e inyecciones masivas de efectivo en la economía, el efecto es exactamente el contrario.
O sea, que todos los bancos centrales están actuando de forma coordinada para facilitar las operaciones de carry trade, salvo el de China, pero en Japón las cosas no están funcionando. Es importante entender este caso, porque es el más evidente de la pérdida de control por parte de un banco central de la capacidad de actuación. Cuando lo califico, como el más evidente, quiero decir exactamente esto. El banco central de Japón está intentando controlar la cotización del yen y la situación del sector financiero, pero es más que evidente que sus medidas no surten efecto alguno; la diferencia con Estados Unidos o Europa, básicamente se traduce en el grado y en las dudas; pero en todo caso, si miramos un poco hacía atrás comprobamos que la importancia de los bancos centrales a lo largo de esta crisis ha ido decreciendo, en un proceso que se mostró evidente cuando tanto la FED como el BCE bajaron tipos de forma acelerada, momento en el que no se produjeron los efectos que todo el mundo suponía. Recordemos que hace ya bastante tiempo que se están tomando medidas no convencionales, y esto no es por otra razón que la inutilidad de las medidas convencionales.
Una explicación que se ha escuchado de forma recurrente es que estábamos ante una situación de trampa de liquidez, que fue definida por keynes. En esta situación se decía que ante una situación de tipos bajos, las políticas monetarias perdían toda su eficacia; este resumen y la coincidencia de tipos bajos y política monetaria ultraexpansiva que no surte efecto es lo que nos lleva a pensar en esta situación; pero lamentablemente son las únicas características en común con la situación descrita, y características que desaparecen cuando miramos los matices.
La trampa de la liquidez fue definida en su momento como aquella situación en la que las políticas monetarias dejaban de tener efectividad. Sin embargo, debemos tener en cuenta ciertas consideraciones, a la hora de entender este problema. Para ello, un detalle importante es entender cómo funciona la política monetaria.
Entender el mecanismo de la trampa de liquidez es sencillo; en el mercado de dinero se fijan los tipos de interés en función de las circunstancias de la demanda y la oferta de dinero. La demanda de dinero se representa de la misma forma que cualquier otro producto, ya que los agentes económicos demandan dinero para realizar sus transacciones y por motivos especulativos. Cuanto menor sea el tipo de interés, mayor será la demanda de dinero, bien por que se incrementa el consumo, (sale más barato anticipar compras), bien porque se incrementa la inversión, (para que las inversiones sean rentables, la rentabilidad ha de ser mayor que los tipos de interés, lo que supone que cuanto más bajo sea el tipo de interés, mayor número de inversiones serán viables.
Con esta demanda de dinero, y teniendo en cuenta que la oferta de dinero es la variable controlada por los bancos centrales, se llega a una cantidad de dinero y un tipo de interés en el mercado. La cantidad de dinero, es obviamente la que las autoridades fijan, y el tipo de interés sale del mercado.
Pues se definía la trampa de liquidez como aquel punto en el que aun incrementando la oferta de dinero, la demanda de dinero se volvía totalmente elástica y por tanto, los tipos de interés no bajaban de ahí. Los tipos de interés efectivos marcaban un mínimo y en consecuencia, nos encontramos con que las políticas monetarias expansivas incrementan la oferta de dinero, y en consecuencia la cantidad de dinero en circulación, pero no reducen el tipo de interés de mercado, lo cual nos lleva a que ni el consumo, ni la inversión se ven afectadas. En este sentido lo que se genera es únicamente inflación, al repartirse todo el dinero entre los distintos bienes producidos.
Es posible que esta situación describa de alguna forma lo que está ocurriendo pero es fácil encontrar que existen diferencias muy sustanciales, que provocan que en realidad ni de lejos estemos en esta situación.
El primer matiz es sencillo verlo; en el modelo se habla de modificar la cantidad de dinero que existe en la economía, para alterar los tipos de interés en el mercado monetario. Esto puede parecer que contradice todas las explicaciones financieras de los últimos años, en los que los bancos centrales fijan el tipo de interés para tratar de definir la cantidad de dinero en la economía. Tal contradicción en la realidad no existe y surge de dos confusiones demasiado comunes; la primera identificar los tipos de interés con el tipo de interés de intervención de los bancos centrales; y la segunda es identificar la cantidad de dinero en la economía con la base monetaria.
Para entender esto, resulta que tendríamos que ir un poco atrás en el esquema de keynes, y entender que los bancos centrales, manejan varios instrumentos para alterar la oferta monetaria. En una situación convencional, mediante las subastas de líquidez, las entidades controlan la base monetaria. Los distintos tipos de interés de los bancos centrales, no son los tipos de interés de los mercados monetarios, sino que son instrumentos de los bancos centrales para determinar la base monetaria en la economía, de forma que una subida de tipos, o un recorte de los colaterales, lo que supone es que determinados bancos no consiguen dinero creado por el BCE y tienen que conseguirlo del que este distribuyó a través del resto del sistema financiero.
Es decir, el BCE realiza una subasta de liquidez y pretende introducir 100; lo que hace es establecer un tipo de referencia y lanzar una subasta. El tipo de referencia, influye en el sentido de que cuanto menor sea el tipo, más entidades demandarán dinero, porque es muy barato. A su vez, en las subastas cada una de las entidades ofrece un tipo al BCE. Imaginando que tenga peticiones por 200, el BCE (que sabía que iba a introducir 100), adjudica el importe solicitado a las entidades que más ofrecen, de forma que surgen los tipos marginales.
En una situación de barra libre, el esquema es similar, salvo que simplemente no hay subasta y lo que se trata es de aliviar los costes para las entidades, e introducir la máxima cantidad de dinero posible.
Una vez tenemos la cantidad introducida en la economía, tenemos la base monetaria; que a partir del proceso de creación de dinero, (ya explicado en un post en su día); nos da la oferta monetaria en cada momento. Y es en este momento donde empezaría la situación de trampa de la liquidez. Con esta cantidad de dinero en la economía, lo que nos encontramos es con los tipos de interés que nos encontramos en el mercado. Evidentemente cuanto mayor sea el dinero que haya en la economía, más competencia existirá entre los bancos por colocar unos productos, de forma que los tipos de interés bajan; en este momento sería cuando entraría a jugar la trampa de liquidez, que sería el momento en que aunque metiésemos más dinero en la economía, este sería tan abundante que los tipos de interés que realmente se pagasen ya no bajarían más, de forma que las políticas monetarias perderían efectos.
En todo caso, espero que se haya entendido que esto sería un proceso en los que las políticas monetarias no son eficientes. Sin embargo el problema actual no es ni parecido, ya que realmente no tenemos una situación de políticas monetarias ineficientes, sino que tenemos una situación en la que los bancos centrales no son capaces de implantar las políticas monetarias.
Me gustaría proponer un símil, usando una situación en la que seguro nos hemos encontrado alguna vez; si vamos en bicicleta lanzados por una cuesta abajo y a toda velocidad, llega un momento en que el acto de pedalear no tiene el efecto necesario, (incrementar la velocidad de la bicicleta); esto podría ser algo parecido a la trampa de liquidez. Esta situación tiene ciertas similitudes con otra situación que es la que se produce cuando tenemos cuando se nos ha saltado la cadena. En este caso, nos encontramos también que por mucho que pedaleemos, tampoco se producirá el efecto de velocidad; y por supuesto será sustancialmente distinto.
Si nos damos cuenta, no tenemos exceso de liquidez, sino que tenemos todo lo contrario, como implica el hecho de que cualquier empresa, persona o estado ha de pagar un importe cada vez más elevado por sus préstamos. Del mismo modo los tipos de interés que pagan tanto los particulares, como las empresas como los gobiernos son crecientes.
En definitiva, es difícil defender que estamos en una situación de trampa de liquidez en donde los incrementos de dinero en circulación, no son capaces de abaratar el dinero, sino que nos encontramos ante una situación en la que los bancos centrales no son capaces, (o no quieren) incrementar el dinero en circulación.
En fin, no estando en un caso de trampa de liquidez; quedará saber qué es lo que está pasando y yo creo que con el símil de la bicicleta, frases como bancos zoombies, medidas convencionales que no funcionan y la sensación de que ya no se sabe que probar no es muy difícil imaginar lo que está ocurriendo.
Sigue a ¿Por qué no se genera dinero?