En el siguiente gráfico puede verse la evolución de la deuda privada (estancada desde principios de 2008), de la pública (en pleno crecimiento desde que se estancó el crecimiento de la privada) y de la deuda externa.
El gráfico es bastante ilustrativo, al comparar las series con el PIB. En el 95, a pesar de la crisis que padecía el país, no teníamos grandes deudas. Desde entonces, la deuda del sector privado se ha disparado (impulsada en buena medida por los créditos del sector inmobiliario) y la deuda externa ha ido subiendo también a buen ritmo, algo normal, ya que nuestros bancos nos han prestado mucho más dinero del que podían captar de los ahorradores, por eso han tenido que pedir a los bancos extranjeros cada vez cantidades mayores.
Lo que nos muestra este gráfico, (que ya expliqué hace más de un año en éste post) es que toda la etapa expansiva vivida por la economía española entre el año 2000 y el 2007 fue mentira. Aquellos tiempos no pueden volver porque, ese fuerte crecimiento, del que tanto presumieron Aznar y Zapatero, no se debió a nuestras buenas perspectivas como país, ni a nuestra competitividad, ni a la buena gestión política, ni a la buena gestión empresarial, ni a ninguna ventaja que coloque a España en un lugar privilegiado entre las diferentes países. Se debió, casi en exclusiva, a un fuerte incremento del endeudamiento sector privado, gracias a una enorme cantidad de crédito barato, que los bancos concedían sin grandes dificultades a todo el que estuviese dispuesto a endeudarse. Se fabricaron millones de casas, se instalaron cientos de parques eólicos, de huertas solares, se crearon multitud de empresas, cada ayuntamiento del país hizo obras faraónicas para gloria del alcalde de turno... y la mayor parte de ello a crédito.
Sí, ya sé que es lamentable, y no dice demasiado de nosotros como país, pero es lo que hay y no nos queda más remedio que asumirlo, procurar que no se vuelva a repetir y comenzar a mirar hacia el futuro, porque el "pasado glorioso" no volverá, al menos no como era antes. Se inyectó tanto dinero en la economía que había suficiente para todos. Pisos, bolsa, valor de los negocios, sueldos... Todo subía y, en mayor o menor medida, cada español sintió que había ascendido en la pirámide social. Incluso el que no tenía nada se sentía más que antes, porque ahora había millones de inmigrantes, a los que buena parte de la sociedad consideraba ciudadanos de segunda categoría, y estaban por debajo de él en la pirámide.
Quien piense que esto es una simple crisis, y las cosas van a volver pronto a ser lo que eran, más vale que despierte de su sueño. Esto no es una crisis, es una vuelta a la realidad. Lo que vimos en los años pasados era mentira, y no se va a repetir, porque nuestro nivel de deuda parece haber alcanzado la cantidad máxima que nuestros acreedores estaban dispuestos a prestarnos. Ahora toca ahorrar y devolver lo que se debe. No hay otra salida. El gobierno no va a poder hacer nada para evitarlo, porque le han cortado las alas desde Alemania, y no puede hacer otra cosa que recortar gastos, si no quiere que le cierren el grifo por completo y el país tenga que entregar su soberanía económica a la UE a cambio de recibir dinero del fondo de rescate europeo.
¿Qué va a pasar con nuestro país?¿Se hundirá en una crisis definitiva, de la que no nos levantaremos jamás?
Pues, sinceramente, no lo creo. En cuanto superemos la peor de las crisis que nos afecta (que es la crisis de ideas), veremos con claridad lo que nos depara el futuro. Os voy a decir como serán las cosas en la nueva etapa:
- El estado (sobre todo las administraciones autonómicas y locales) van a recortar gasto público de forma más que apreciable. Eso implicará menos empleados públicos, menos empresarios enriqueciendose gracias a sus buenas relaciones con el político o el alto funcioanrio de turno y menos españoles viviendo de subsidios y ayudas.
- Los bancos no van a aumentar el crédito al sector privado, que ya está demasiado endeudado, porque necesitan toda la liquidez que sean capaces de lograr parar superar este bache. Es un momento magnífico para comprarse medio país a precio de saldo, así que sería ridículo prestar su dinero al euribor + 0,50 cuando pueden comprarse pisos, empresas, oficinas de cajas de ahorros,... con un descuento del 40 o 50%.
-Lo anterior hace muy difícil que la inversión de capital en nuevos sectores vaya a sacar milagrosamente a nuestro país de la crisis. Sólo podrán realizar inversiones en nuevos sectores aquellas empresas e inversores que tengan mucho dinero ahorrado (y pocas deudas), las que logren financiación en el exterior (algo al alcance sólo de las más grandes) y las empresas extranjeras. Como las primeras y las segundas escasean bastante, creo que buena parte de los nuevos sectores que tiren de la economía en la próxima etapa expansiva no pertenecerán a inversores españoles. Pero, habiendo tantas posibilidades para invertir en China o en emergentes, habrá que ofrecer buenas condiciones para que pongan dinero, y eso debería implicar un buen tratamiento fiscal, posibilidad de pagar poco y de despedir con facilidad a los empleados, garantías jurídicas de que los próximos gobiernos no les van a perjudicar,...
- La competencia entre empresas se va a agudizar, se estrecharán los márgenes de beneficio de forma permanente, y las empresas menos eficiente de cada sector deberán ir cerrando una tras otra, sobreviviendo sólo las más adaptadas. Es muy probable que muchas empresas medianas (sobre todo las mal gestionadas) cierren el los próximos años. Su mercado se lo quedarán en parte las grandes (que suelen estar mejor gestionadas, tener más posibilidades de trasladar tareas a países con sueldos más bajos,...) y en parte microempresas, fundadas en buena medida por ex-empleados que conozcan el sector, y que puedan aprovechar pequeños nichos de mercado a los que no puedan llegar de forma rentable las empresas grandes.
- Así, con menos papá estado, poco crédito y pocas inversiones, la mayoria de la población que se haya quedado sin trabajo tendrá que buscarse la vida como sea. El autoempleo se va a poner más de moda que nunca, y surgirá un nuevo tejido de microempresas, la mayoría de ellas en el sector servicios, que se dedicarán a las actividades más variadas. Como los bancos pondrán difícil la concesión de créditos, muchas de estas nuevas empresas se montarán con muy poca inversión y mucho ingenio. Mucha gente trabajará sin oficina, desde casa, se aprovechará más internet, etc. Como no todos sirven para eso, una parte de la población quedará condenada a sobrevivir con lo justo. Tal vez, en unos años, surja una clase social de "homeless", a imitación de lo que sucede en EEUU.
- El problema de la enorme deuda privada y externa se solucionará vendiendo parte del país a los extranjeros. Por supuesto, eso no se hará por decreto del gobierno. Simplemente, lo que pasará es que, muchas de las empresas con problemas tendrán que cerrarse y subastar sus activos, muchos pisos se embargarán, los bancos tendrán que vender grandes cantidades de activos que hayan aceptado como pago, bancos y cajas de ahorros necesitarán más ampliaciones de capital... Y, ¿quién pondrá el dinero? En buena medida, inversores extranjeros. Como ellos tienen la sartén por el mango, no creo que tengan prisa, porque aquí queda pastel para rato y, cuanto más tarden en comenzar a comprar, menos tendrán que pagar por los pisos, terrenos y empresas españoles que tengan que venderse de forma desesperada.
Como he dicho en varios post y comentarios, en un mundo globalizado, el concepto "país" cada vez tiene menos importancia. Cada uno puede elegir donde vivir, y eso hace que el vínculo con su nación sea cada vez menos estrecho. La libertad de movimiento para el capital cada vez es mayor y no parece que vaya a invertirse la tendencia. Las reglas de juego del mundo globalizado están perfectamente marcadas desde hace años. No hay político capaz de hacer frente a eso, así que no hace falta hacer grandes ejercicios de imaginación para saber lo que va a ir ocurriendo a continuación.