Salvajadas como las de París nos recuerdan varias cosas. La primera, que en Occidente vivimos en un balneario. Un poco como en esa película de ciencia ficción en la que la gente rica se aísla en una especia de estación espacial gigante de súper lujo y en la tierra se queda el resto de la humanidad en condiciones penosas y bajo la ley de la selva (no les cuento el resto por si no la han visto).
Basta viajar por el mundo para ver lo parecida que es la situación, especialmente si vemos a Europa o
EE.UU. como la nave y al mundo árabe como la tierra en estado salvaje y tribal.
Por supuesto que no quiero decir con esto que los de la “nave” seamos los “malos” y los otros los “buenos”, como ocurre en la película. Ni lo contrario. Nada más lejos de mi intención. En todo caso lo que hay es víctimas, sean la población civil siria o los pacíficos ciudadanos de París.
Tampoco es mi intención entrar en temas que no sean económicos ni hacer juicios políticos. No es mi “negociado”. Mi papel es ayudar a ahorradores e inversores a cuidar de sus ahorros. Lo que viene a continuación es sólo un análisis geopolítico de cuáles pueden ser las consecuencias económicas y financieras de una escalada militar occidental en Siria y aledaños, es decir, en “territorio ISIS”. Pero hay cuestiones no económicas que hay que tener muy claras para entender la situación actual y sus posibles derivadas:
1. Detrás de los problemas que asolan la sociedad árabe, uno es, en mi opinión, que se mantenga la unión Iglesia (Religión)- Estado. En lo que a separación de poderes se refiere hay que pensar más en un entorno parecido al de Europa en la edad media que al del occidente moderno.
2. En esa línea, en el mundo árabe hay un conflicto interno de hegemonía política que está asociado a un conflicto religioso y a un problema económico/social.
Yo lo entendí el día que fui a un restaurante en un país árabe y, al ver que siendo sábado había poco público, le pregunte al camarero que si iba mal el negocio o algo así. En mi ignorancia – acababa de aterrizar – no me acordé de que era Ramadán, cosa que me aclaró el camarero. Entonces le pregunté de qué pasaba con las personas locales que sí estaban en el restaurante. Me sonrió y me dijo: “esos son ricos, y los ricos no hacen Ramadán”.
Era necesaria esta introducción para entrar en el meollo del asunto, que no es otro que recordar que uno de los riesgos que penden sobre el mercado - y la paz mundial en general - es el conflicto que enfrenta a Irán (chiita) con Arabia Saudí (sunnita). Estos dos poderes político–religiosos se disputan la hegemonía en la zona y, hasta ahora, se enfrentan a través de terceros a los que apoyan y financian. El riesgo está en que en algún momento decidieran llegar directamente a las manos.
Desde el punto de vista de los mercados lo importante es valorar en qué medida se puede materializar este riesgo. En otras palabras, ¿la respuesta de occidente a ISIS podría llevar a una escalada de este tipo y afectar al precio del petróleo, las bolsas y casi todo lo que se mueva (en los mercados)? ¿Siendo ISIS sunní, podría esa acción desequilibrar la balanza a favor de Irán y provocar una reacción – en principio soterrada – de Arabia Saudita? No olvidemos que esa balanza ya se desequilibró cuando se levantaron las sanciones, que implican dinero para Irán. Y pasados los diez años de “carencia” acordados, la capacidad de crear su arma nuclear (suponiendo que se respete la carencia, que es cuanto menos dudoso).
La situación en Oriente Medio y especialmente el conflicto entre el Islam chiita, apoyado económica y militarmente por Irán, versus el Islam sunní – apoyado por Arabia Saudita y otros países del golfo, es una bomba de relojería y es sólo cuestión de tiempo que estalle. Ahora bien ¿Será ISIS el detonante?.
En mi opinión, no parece que un ataque directo a ISIS vaya a serlo.
Para empezar, es dudoso que ISIS, por muy sunní que sea, esté directamente financiado por Arabia Saudita (también sunní). Como me comentaba el otro día Daniel Lacalle, que es una autoridad en temas de energía “y aledaños”, los fundamentalistas de ISIS son salafistas – versión extrema de la rama sunní - y ,si por ellos fuera, les cortarían la cabeza – literalmente – a los corruptos dirigentes sunnís - pero wahabitas - de Arabia Saudí y monarquías del Golfo.
Personalmente tengo ciertas dudas respecto a la financiación, porque no será la primera vez que se apoya a radicales para conseguir determinados objetivos, como ocurrió con el apoyo de EE.UU. a los rebeldes afganos que luego montaron Al Qaeda. A mi sigue pareciendo raro que ISIS pueda financiar lo que en la práctica es el control de un país en lo que a tamaño del territorio se refiere, con sus servicios y con un ejército armado hasta los dientes con los ingresos de unos cuantos pozos de petróleo, de robarlo y/o de secuestrar gente y recibir rescates, especialmente en una zona en la que no hay tanta gente rica.
Afortunadamente Isis es útil para Arabia Saudita y sus aliados, pero útil no significa que sea imprescindible, como, por ejemplo, la población sunní de Irak, la cual están dispuestos a defender hasta el final (no tanto por humanidad sino por posicionamiento geopolítico). En el peor de los casos, Arabia Saudita ayuda financieramente a Isis por conveniencia, pero no se va a comprometer por una gente que les cortaría la cabeza a todos los monarcas del Golfo frente a una cámara de video si pudiera. En el “mejor” de los casos Isis se autofinancia, no cuenta por lo tanto con apoyo saudí y, en consecuencia, no tiene un aliado potente y comprometido como lo son Irán o Rusia del régimen de Al Assad. En el peor – les financian a escondidas – son, como digo, “prescindibles”.
Finalmente, recordemos que, salvo que la acción contra ISIS se vaya de las manos –algo nunca descartable visto que no es fácil una operación quirúrgica al lado de un avispero-,
en el mundo hoy en día sobra petróleo. El consumidor número uno, China, consume menos. Por su parte, Occidente sigue buscando alternativas y la única forma que tiene Arabia Saudita de no perder el control del mercado frente al “fracking” es mantener bajo el precio. Hasta ahora los follones les venían muy bien porque subía y eran los principales beneficiarios. Ahora, al menos en ese sentido, las cosas han cambiado.
Que tengan una buena semana.
PD. Hoy estaré en el Ateneo de Valencia a las siete de la tarde para dar una conferencia sobre ahorro e inversión. El acceso es libre, gratuito y habrá turno de preguntas. Si quieren pasarse, para mí será un placer verles y hablar de mercados.