La mezcla entre ser futbolero y competitivo solo te puede llevar a la perdición de los juegos de Manager. Parte de mi infancia se basó en el PC Fútbol (una lagrimilla en su honor) pero, con la llegada de internet, se acabó imponiendo la competición online. Han salido muchos a lo largo de los años, empezando por la Liga Fantástica Marca, pero se ha acabado imponiendo uno por encima de los demás: el Comunio (ahora llamado oficialmente Biwenger).
Pero diréis… qué haces hablando de juegos de fútbol en un artículo financiero? Bueno pues porque podríamos decir que en ese juego germinó mi interés por la Bolsa.
Para los que han tenido la suerte de no meterse en ese mundo de vicio y perversión, resumo sus reglas: cada participante tiene que formar una plantilla de jugadores de fútbol con un presupuesto inicial. La gracia radica en que cada jugador tiene un precio y este varía cada día del año en función de:
- su rendimiento en la vida real (goles, asistencias, etc)
- lo que el resto de personas del juego está dispuesto a pagar por él
Si cambias ‘fútbol’ por ‘Bolsa’ y ‘jugadores’ por ‘empresas’, más o menos el funcionamiento es el mismo. El precio de las acciones de una empresa viene principalmente marcado por:
- su rendimiento durante el tiempo (ventas, beneficios, etc)
- lo que el resto de inversores está dispuesto a pagar por él
En el Comunio ganará (seguramente) quien tenga mejor equipo y para eso se necesita tener el mayor presupuesto posible. Y cómo se consigue? Igual que se hace en la Bolsa: comprando barato y vendiendo caro (o no vendiendo).
En ambos casos juegas tus cartas lo mejor que sabes para que tu presupuesto (o tu cartera) no paren de crecer.
El problema está en qué estrategia sigues para intentar conseguirlo. Cada persona es un mundo y cada uno procede de una forma. Depende del riesgo que se quiera asumir, de la personalidad para reaccionar si vienen mal dadas, de tener claro cómo proceder en cada caso...
Puedes usar la táctica del Buy and Hold, que vendría ser comprar algo y mantenerlo hasta el infinito (o esa es tu idea). Eso que compras y dices ‘joder, es que no creo que tenga motivos para venderlo nunca’. Un Messi en Comunio y un Alphabet en Bolsa (Alphabet = Google para el pueblo llano = $GOOGL para la gente experta). Algo que sabes que, si lo compras, es difícil que te vaya mal si lo aguantas el tiempo suficiente.
El problema es hacer Buy and Hold con algo que has valorado incorrectamente, que te quedas pillado. Esa apuesta que dabas por segura y que te estás comiendo con patatas porque no para de bajar. Pero cómo vas a vender? Ya subirá (o eso quieres creer). En Comunio me viene a la mente Ausencio, digo Asensio, un tipo que prometía infinito y se ha quedado en alguien, digamos, normalito. En Bolsa, el ejemplo es $BABA, una empresa TOP en cuanto a sus fundamentales pero cuya gráfica no remonta ni con una bicicleta a motor.
Puedes usar la táctica del Value Investing, comprar algo muy por debajo de su valor y esperar que suba. Un Iago Aspas que tenga una lesión para dos meses. Sabes que te vas a comer dos meses sin puntuar pero que, cuando vuelva a su rendimiento, lo hará bien y habrás pagado mucho menos que en su estado habitual. En Bolsa, tendríamos como ejemplo a Amazon a inicios de 2020. Quién supo entender el valor de la empresa, la compró a la mitad del precio actual.
Puedes usar la táctica del Momentum, comprar algo que está sweet y venderlo cuando ya haya cumplido ciclo (o esté por cumplirlo). En Comunio, recuerdo que Lucas Pérez metió gol 7 jornadas seguidas. Comprarlo en la segunda o tercera jornada cuando veías que estaba crecido era una táctica más que válida. En Bolsa, la mayoría de acciones tienen su momento sweet y, si no llegas muy tarde a la fiesta (que es lo difícil), puedes sacar buen rédito.
También está la táctica de comprar Blue Chips, algo respetable para el gran público y (supuestamente) seguro. Podemos hablar de alguien como Toni Kroos, que siempre te puntuará bien y meterá sus 3-4 golitos por año. En Bolsa, $JNJ sería un buen ejemplo, una empresa que difícilmente baje mucho pero que tampoco te va a hacer rico.
Luego están las trampas de valor. Suponte que has comprado a Pedri y resulta que descubres que, 897 partidos después, sigue con 0 goles y 0 asistencias, cosa que podrías haber descubierto en el minuto 1 si no tuvieras la bufanda en los ojos. En Bolsa es bastante típico este caso aunque no pondré ejemplos para que quede clara mi opinión sobre Pedri.
Y para acabar están los que invierten en chicharros, algo de calidad más que discutible, que tú también crees que es más que discutible, pero que lo compras como apuesta. Te puede salir muy bien o te puede salir muy mal. Es para gente a la que le va el Rock&Roll. Aquí estaríamos hablando de algo más parecido a un Casino. En Comunio, sería ese fichaje random que haces cuando te sobra dinero un viernes antes del inicio de la jornada. En Bolsa, un ejemplo sería aquel famoso episodio de $GME, una auténtica montaña rusa donde, dependiendo cuando entraras y salieras, tu resultado podía ser un éxito rotundo o un fracaso como cualquier canción de Cepeda.
Hay muchas más tácticas, tantas como inversores/jugadores y se pueden mezclar entre sí. Ya depende de cada cuál cómo mezclarlas para salir campeón.