No puedo resistir la tentación de publicar el relato de Carlos acerca de otro error, este por duplicado, que le tuvo de visita perpetua en el juzgado durante doce meses, nada menos.
Os dejo con el relato:
(...) es el gran problema de la Administración, que es un ente impersonal, incorpóreo, donde las personas que trabajan allí no son responsables; en cualquier otro ámbito de la Sociedad las personas, empresas, etc. tienen que responder de sus actuaciones, ventas, etc., piénsese en la cantidad de seguros de responsabilidad civil que tienen suscritos los comercios, profesionales liberales, etc.
Yo sufrí un error en mis propias carnes: Subasta de un piso en Daimiel (juzgado pequeño, juez, secretario, 2 oficiales civil y 2 de penal, de andar por casa)
Me lo adjudico (solo estábamos el procurador del banco y yo) y al cabo de tres meses recojo el auto de adjudicación y los mandamiento de cancelación y me voy al Registro.
Tras casi dos meses me comunican del Registro que no lo pueden registrar y me devuelven el auto. Causa: la Secretaria del Juzgado se equivocó haciendo las cuentas de las cantidades de hipoteca, intereses, sobrantes, etc.
Ligeramente cabreado (ya habían pasado casi 6 meses desde la subasta) me voy al Juzgado con la idea de que van a hacer una simple adición al auto rectificando las cifras y listo. Pero al cabo de casi un mes y tras varias llamadas y visitas me comunican que no pueden arreglarlo así porque el auto es firme y que para solucionarlo hay que solicitar con abogado y procurador la nulidad del mismo, retrotraer todas las actuaciones, que el banco devolviera la cantidad cobrada de la subasta, etc. y volver a hacer un nuevo auto con las cifras correctas. Todo esto con los plazos de comunicaciones, devoluciones de correos, etc. correspondientes.
Tras tener una conversación tensa con la secretaria y el juez deciden que, en atención a las circunstancias, harán todos los trámites ellos mismos, sin necesidad de abogado y procurador.
Tras casi 9 meses de llamadas, visitas (casi me ponen una mesita allí y ya me confundían con un funcionario nuevo) insistencias, cambio de Secretaria por traslado, etc, consigo el nuevo Auto y me fui corriendo al Registro, rezando por el camino .... y a los dos meses me lo entregan con todas las bendiciones.
El piso lo vendí y económicamente fue una buena operación.
Resultado del error de la Secretaria: UN AÑO extra sobre los 8-9 meses habituales, con los consiguientes dolores de cabeza, gastos de comunidad (me pilló una derrama de caldera de calefacción), etc.
He mencionado más arriba que este era un relato sobre un doble error. El primer error es haberse equivocado con las cifras de la deuda, los intereses, el precio de adjudicación y las cantidades entregadas al acreedor, nada que se salga de lo normal. De hecho, hay que ver cómo se nota que esta gente es de letras en función de lo mucho que se equivoca con estas sumas. Es el pan nuestro de cada día.
Como también es el pan nuestro de cada día que los adjudicatarios vayamos del Registro al Juzgado y de éste al Registro otra vez, como de la ceca a la Meca, incluso varias veces seguidas. Así hasta que notarios y registradores se pongan de acuerdo con todo lo que deba contener un auto de adjudicación.
Pero lo que no es normal, y aquí viene el segundo error, ante el cual el adjudicatario no es más que un simple mortal que observa inerme los juegos de los dioses, es que este pequeño e insignificante error no se resolviera con una simple adición (una especie de "donde digo Diego quiero decir... ") sino que juez y secretaria pretendieran que el adjudicatario se personara con abogado y procurador y todo comenzara otra vez desde el principio.
¿Qué opináis? ¿Veis lógico que haya unos comportamientos tan dispares entre unos juzgados y otros? Que unos lo resuelvan con una adición que se hace en media hora y otros casi pongan el juzgado patas arriba para solucionar el mismo error.