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A pesar de que odie ese tipo de películas de zombies en las que intentan dar una explicación pseudo-científica al hecho de que gente que está muerta se pasee por las calles intentando comerse a gente que está viva, "28 días después" es una excelente película. Sobre todo si te gustan los "thrillers post apocalípticos" (si es que ese género existe).

Unos activistas liberan a varios chimpancés de un laboratorio en Cambridge, que al parecer estaba infectados por algún tipo de virus altamente contagioso que les volvía agresivos y violentos. 28 días después, Jim se despierta en un hospital desierto en una desierta Londres, para comprobar que la enfermedad se había trasladado a los humanos y había comenzado el fin del mundo. La película narra qué ocurre durante los 28 días siguientes a que Jim despierta. Una infame secuela, titulada 28 semanas después, cuenta lo que ocurre en ese periodo temporal antes y después de una nueva infección.

 

 

 

En los mercados financieros, el virus ya se ha extendido. Sin que haya una explicación convincente (y de haberla, no es una sóla explicación), el pasado 15 de enero el S&P 500 acumulaba un descenso superior al -10% en las 28 sesiones anteriores. El Eurostoxx ya se había unido antes, y el pasado 20 enero, superaba el -15% de caída acumulada en los 28 días anteriores.

Los inversores, hemos visto como este escenario se aceleraba y cómo llegaban las noticias de que el apocalipsis en los mercados se acercaba. Telediarios abriendo con las caídas de la bolsa, portadas terribles en los periódicos tanto financieros como generalistas, vuelta a escena de los profetas del apocalipsis anunciando el enésimo 2008... como para no tener miedo.

No tengo ni idea de si hay o no hay claudicaciòn o de si hemos visto o no mínimos. Es una obviedad, pero los mínimos sólo se confirman a posteriori, y buscarlos suele ser poco rentable. Encontrarlos, imposible.

Pero lo que sí sé es que históricamente, se paga comprar con miedo. No sin riesgo, por supuesto. El activo sin riesgo, en estos tiempos locos, no sólo no se paga sino que se cobra.

En este contexto, en medio del apocalipsis zombie, cabe sin duda preguntarse, ¿qué pasará 28 días después? ¿y 28 semanas después?

Y como no puedo saber qué ocurrirá en el futuro, la mejor respuesta la encontraremos buscando en el pasado. Así, en otras ocasiones, ¿qué ha ocurrido en el S&P 500 y en el Eurostoxx 28 días y 28 semanas después de una caída acumulada importante durante 28 días?

Hemos considerado que una caída acumulada en 28 días del -10% se puede considerar como considerable en el S&P 500. Desde 1950 ha ocurrido sólamente durante 128 sesiones. En el cuadro podemos comprobar el comportamiento posterior:

Los resultados negativos, tanto 28 días como 28 semanas después se concentran principalmente en entornos recesivos, como 2001 o 2008. Queda claro por tanto, que el entorno macro es importante.

Respecto al Eurostoxx 50, consideramos caídas acumuladas en 28 días superiores al -15% como relevantes. Con resultados desde 1987, se han producido en 187 ocasiones. En el cuadro adjunto, el comportamiento posterior:

Como vemos, conclusiones similares a las anteriores. Los resultados negativos se centran sobre todo en crisis economicas. Aquí cabe destacar que lo anterior es cierto en crisis globales, puesto que ni siquiera durante 2011/2012, crisis centrada en la Eurozona, los resultados fueron negativos tras 28 días cayendo fuertemente.

Evidentemente, que la bolsa caiga no es un motivo para invertir. Siempre puede caer más, la historia así lo demuestra. Eso sí, está claro que no está de sobra tenerlo como un criterio más.

De hecho, en resumen, podemos extraer dos conclusiones. La primera que invertir con miedo es rentable, como hemos visto confirmado además en otras ocasiones en este blog. Y finalmente, por supuesto, que invertir con miedo es sobre todo arriesgado.

Las opiniones, consejos, ideas, etc que leas en este blog, son sólo opiniones. En concreto las opiniones personales de Javier y de Tomás, no las de ninguna entidad.

Ningún post de este blog tiene en cuenta tus circunstancias personales y nada en este blog puede ni debe considerarse como asesoramiento de ningún tipo.Tampoco deberías considerarlo como una oferta o invitación de compra o de venta de ningún instrumento financiero. Invertir en los mercados no es un juego. Cada día se gana y se pierde mucho dinero y son tantos los factores que pueden influir las valoraciones que es imposible predecir sus movimientos con seguridad.

Podríamos tener exposición ya sea personal o a través de alguno de los productos que gestionamos en las entidades para las que trabajamos, en alguno de los activos que comentamos en el blog.

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