Existe una tendencia cada vez mayor a operar con apalancamiento. Es raro el broker que no ofrece operar a crédito y han surgido (prácticamente de la nada) una serie de empresas de servicios financieros que ofrecen la posibilidad de operar en Forex y en CFDs (estos últimos, productos hasta hace poco solo al alcance de los inversores institucionales).
No es que esta tendencia sea nueva ni que me sorprenda, pero sí creo que gente sin formación suficiente está dando sus primeros pasos en el crédito. Y ésto es peligroso porque al fin y al cabo el leifmotiv de cada inversor/especulador es ganar dinero, no arruinarse. En palabras de Edouard Carmignac: "proteger el capital" (en este mundo, es tu única herramienta de trabajo).
Operar apalancado significa, sin entrar en fórmulas ni en nada difícil de comprender (desmitifiquemos de una vez el mundo de la bolsa: ésto es fácil) operar con más dinero del que tienes. Cuanto más apalancado, pues con mayor riesgo. Es como cuando pedimos un crédito para comprar una televisión: estamos comprando algo con más dinero del que tenemos, pensando que podremos devolverlo.
El apalancamiento en sí mismo no es malo, al contrario, es útil y nos permite plantear algunas estrategias de corto plazo que serían imposible con acciones en contado. Sin embargo el apalancamiento, me gustaría recordar, es lo que al fin y al cabo inició esta crisis (¿ya nadie la llama subprime?). Algo así como las armas, ¿son malas o buenas? El arma en sí misma no es ni mala ni buena (es éticamente neutral), el problema está en el que la empuña. Así, el apalancamiento, operar con más dinero del que tenemos, en sí mismo no es ni malo ni bueno. Es el que lo utiliza quien decide aprovechar un producto que puede proporcionarnos buenos beneficios (con un menor coste en comisiones) o altas pérdidas.
De tal manera que, como siempre decimos y diremos cualquiera que pretenda llamarse experto o conocido por lo menos en este mundo de las inversiones, entrar sin stops claros, estrictos y precisos en el mundo del apalancamiento es correr seguro hacia la ruina. Hacerlo es el principio del camino al éxito.
En fin, CFDS, Warrants, cuentas de crédito... elegir cualquiera de estos productos debe ir acompañado de un fuerte ejercicio de formación (no sólo la que ofrecen las mismas empresas que comercializan el producto, es necesario ir más allá y trabajar también por nuestra cuenta (como en los viejos tiempos: hace falta más "paper trading" -el equivalente en el mundo de la batería es el "air playing"-).
Que el apalancamiento es un arma estupenda y eficaz. Pero lo carga el diablo.
No es que esta tendencia sea nueva ni que me sorprenda, pero sí creo que gente sin formación suficiente está dando sus primeros pasos en el crédito. Y ésto es peligroso porque al fin y al cabo el leifmotiv de cada inversor/especulador es ganar dinero, no arruinarse. En palabras de Edouard Carmignac: "proteger el capital" (en este mundo, es tu única herramienta de trabajo).
Operar apalancado significa, sin entrar en fórmulas ni en nada difícil de comprender (desmitifiquemos de una vez el mundo de la bolsa: ésto es fácil) operar con más dinero del que tienes. Cuanto más apalancado, pues con mayor riesgo. Es como cuando pedimos un crédito para comprar una televisión: estamos comprando algo con más dinero del que tenemos, pensando que podremos devolverlo.
El apalancamiento en sí mismo no es malo, al contrario, es útil y nos permite plantear algunas estrategias de corto plazo que serían imposible con acciones en contado. Sin embargo el apalancamiento, me gustaría recordar, es lo que al fin y al cabo inició esta crisis (¿ya nadie la llama subprime?). Algo así como las armas, ¿son malas o buenas? El arma en sí misma no es ni mala ni buena (es éticamente neutral), el problema está en el que la empuña. Así, el apalancamiento, operar con más dinero del que tenemos, en sí mismo no es ni malo ni bueno. Es el que lo utiliza quien decide aprovechar un producto que puede proporcionarnos buenos beneficios (con un menor coste en comisiones) o altas pérdidas.
De tal manera que, como siempre decimos y diremos cualquiera que pretenda llamarse experto o conocido por lo menos en este mundo de las inversiones, entrar sin stops claros, estrictos y precisos en el mundo del apalancamiento es correr seguro hacia la ruina. Hacerlo es el principio del camino al éxito.
En fin, CFDS, Warrants, cuentas de crédito... elegir cualquiera de estos productos debe ir acompañado de un fuerte ejercicio de formación (no sólo la que ofrecen las mismas empresas que comercializan el producto, es necesario ir más allá y trabajar también por nuestra cuenta (como en los viejos tiempos: hace falta más "paper trading" -el equivalente en el mundo de la batería es el "air playing"-).
Que el apalancamiento es un arma estupenda y eficaz. Pero lo carga el diablo.