El descuento de flujos de faja es un método utilizado para estimar el valor de una empresa. Esta valoración se obtiene a partir de la suma de los descuentos de los flujos de caja libres futuros esperados por la compañía.
Los flujos de caja libres (FCL) son los flujos de caja que genera la empresa luego de descontar las salidas de efectivo y haciendo las inversiones necesarias para mantener los activos de capital. Generalmente, los pagos de intereses se excluyen para el cálculo.
Existen varias formas de calcular los FCL, que ameritan su artículo propio, pero podemos quedarnos con la siguiente fórmula:
+ amortizaciones, depreciaciones, y otros gastos que no representan una salida de efectivo.
– variación en el capital circulante (variación del activo circulante menos variación del pasivo circulante).
-Inversión en capital (Capex).
Con el descuento de flujos de caja, se obtiene el valor de la empresa. Esto, sumando el valor actual de los flujos de caja libres generados por la compañía durante el periodo proyectado más el valor actual del valor residual o terminal.
1. El coste del capital social o el retorno requerido por sus accionistas por invertir en la empresa.
2. El coste de la deuda de la empresa, que viene definido por el tipo de interés que la empresa debe pagar para financiarse en los mercados de deuda mediante la emisión de bonos, la obtención de créditos por parte de bancos, etc. La financiación mediante deuda genera el pago de intereses, que tiene un efecto fiscal positivo para la empresa, al tener consideración de gastos fiscalmente deducibles. Este efecto positivo de la deuda se conoce como escudo fiscal, que viene recogido en la fórmula en el término (1-t).
Para explicarlo de forma más sencilla, cuando se adquieren deudas, se pagan intereses, lo cual reduce el beneficio neto para la empresa. Por ende, se reduce el monto base sobre el cual se calcula el tributo a pagar (el impuesto de sociedades o impuesto a la renta) por parte del contribuyente.
Valor Terminal
El periodo de estimación de flujos de caja a descontar que se suele considerar es de 5 años como máximo. Esto se debe a la dificultad de estimar de forma medianamente precisa el futuro más allá de ese plazo. Sin embargo, la vida de una empresa suele ir mucho más allá de este periodo, por lo que se requiere introducir el concepto de valor terminal.
El valor terminal se calcula a perpetuidad. Se sitúa en el momento en el que se dejan de descontar flujos. Así, para poder valorar la empresa es necesario actualizar dicho valor residual hasta el momento actual.
donde:
Fn = Último Flujo de Caja estimado
g = tasa de crecimiento
WACC = Coste Medio Ponderado de Capital
Valor de la empresa
Con el método del descuento de flujos de caja, el valor de la empresa se calcula sumando el valor de los flujos de caja libres y el valor terminal o residual de la empresa, ambos descontados hasta el momento en el que se quiere valorar la firma.
La fórmula también la podríamos ver de la siguiente forma (donde V es el valor presente de la empresa):
O también podemos descomponerla así: Debemos tener en cuenta que el valor terminal se calcula asumiendo que la compañía no tiene un tiempo de vida limitado. Sin embargo, si se trata de un proyecto que sí tiene una duración prevista, únicamente se descontarán los flujos de caja. Es decir, el valor de la empresa será igual a los flujos de caja libres estimados descontados.
Ventajas y desventajas del descuento de flujos de caja
Entre las ventajas del descuento de flujos de caja podemos destacar:
Es un método que permite valorar principalmente aquellas empresas con flujo de caja previsibles. Esto es común, por ejemplo, en sectores con demanda estable como el de servicios públicos.
Existen programas informáticos que permiten efectuar el cálculo del valor de la empresa de manera automática, y no son sofisticados, pues nos referimos, por ejemplo, a Excel.
Sigue criterios objetivos. Es decir, aunque existe cierta arbitrariedad para establecer algunos parámetros de las fórmulas, finalmente todo se resuelve en un cálculo matemático y que debe tener un fundamento en la realidad.
Sin embargo, también debemos tomar en consideración algunas desventajas:
No tiene en cuenta aquellas variables que pueden afectar a la empresa de manera imprevisible, por ejemplo, una pandemia o la aparición de una nueva tecnología.
El cálculo del valor terminal de la empresa tiene un impacto importante en la valoración final. Si se falla, también se incurrirá en error al valorar la compañía. En ese sentido, debemos tomar en cuenta que parámetros como la tasa de crecimiento (g) a la que crecerá la firma a perpetuidad no es fácil de estimar.
No es certero para aquellas empresas con flujos de caja poco previsibles. En estos sectores, de más alto riesgo, se podría recurrir a otras metodologías o se puede proyectar más de un escenario para los flujos de caja que se descontarán. Por ejemplo, un escenario optimista, otro moderado y otro pesimista.
Ejemplo de descuento de flujos de caja
Imaginemos que tenemos los siguientes datos de una empresa:
WACC= 6,5%
g (crecimiento estimado a perpetuidad) = 2%
Flujos de caja libres (en euros):
año
FCL
1
2.000
2
2.500
3
3.500
4
4.000
5
4.200
¿Cuál es el valor de la empresa?
Primero, descontamos los flujos de caja:
año
FCL descontado
1
1.877,93
2
2.204,15
3
2.897,47
4
3.109,29
5
3.065,50
El flujo del año 1 descontado, por ejemplo, lo calculamos así: 2.000/ (1+6,5%) =1.877.93
Lo mismo se hizo con el segundo flujo: 2.500/ ((1+6,5%)^2) =2.204,15
Y así sucesivamente con los siguientes flujos.
El valor terminal lo calculamos empleando la fórmula mostrada anteriormente:
VT= (6.200*(1+2%)) / (6,5%-2%) =95.200
Luego, ese valor se trae a valor presente:
VT descontado = 95.200/ (1+6,5%)^5 =69.484,66
Luego se suman todos los flujos de caja descontados más el valor terminal descontado: