El horizonte de inversión se refiere al período de tiempo durante el cual un inversor o entidad financiera planea mantener una inversión determinada antes de necesitar o querer venderla o retirarla. Es el plazo previsto para mantener una posición en un activo financiero o una cartera de inversiones.
El horizonte de inversión se refiere al período de tiempo que un
inversor espera mantener una
inversión antes de necesitar o desear recuperar su
dinero. Esto puede variar enormemente de una persona a otra y de una inversión a otra. Por ejemplo, si estás
ahorrando para la jubilación y eres joven, puedes tener un horizonte de inversión de varias décadas. Por otro lado, si estás ahorrando para la entrada de una casa que esperas comprar dentro de un par de años, tu horizonte de inversión sería mucho más corto.
El horizonte de inversión es importante porque puede afectar a la forma en que se invierte el dinero. Normalmente, cuanto más largo sea el horizonte de inversión, más
riesgo se puede asumir. Esto se debe a que el
mercado de valores, por ejemplo, puede tener altibajos a corto plazo, pero en general, ha tendido a subir a lo largo del tiempo. Por lo tanto, si tienes un largo horizonte de inversión, puedes tener la capacidad de soportar más altibajos en tus inversiones porque tienes tiempo para recuperarte de cualquier caída en el mercado.
Por otro lado, si tienes un horizonte de inversión corto, es posible que quieras ser más
conservador con tus inversiones. Esto se debe a que no tendrías tanto tiempo para recuperarte si el
valor de tus inversiones cae repentinamente.
Una curiosidad es que el horizonte de inversión no es un concepto estático, sino que evoluciona con el tiempo. A medida que te acercas a tu objetivo financiero, ya sea la jubilación, la compra de una casa o la financiación de la educación de un hijo, tu horizonte de inversión se acorta y es posible que necesites ajustar tus inversiones para reflejarlo.
Características del horizonte de inversión
El horizonte de inversión es un concepto de relevancia en el mundo de las finanzas que posee varias características que nos ayudan a entenderlo mejor:
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Periodo de tiempo: Una de las características más notables del horizonte de inversión es que se trata del periodo de tiempo durante el cual se espera mantener una inversión. Este periodo puede variar desde unos pocos meses hasta décadas, dependiendo de los objetivos financieros individuales de cada inversor.
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Relación con el riesgo: Otra característica importante es que el horizonte de inversión está estrechamente relacionado con el nivel de riesgo que un inversor está dispuesto y puede permitirse asumir. En general, cuanto más largo es el horizonte de inversión, mayor es el riesgo que se puede asumir, ya que se dispone de más tiempo para recuperarse de posibles caídas del mercado.
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Adaptabilidad: El horizonte de inversión no es fijo y puede adaptarse a las circunstancias de vida del inversor. Por ejemplo, a medida que un inversor se acerca a su jubilación, es probable que su horizonte de inversión se acorte y, por lo tanto, puede que desee ajustar su estrategia de inversión para reflejar un enfoque más conservador.
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Vinculación a los objetivos de inversión: Cada objetivo de inversión, como la jubilación, la compra de una vivienda, la financiación de los estudios de los hijos, entre otros, tiene un horizonte de inversión asociado que influye en la selección de los productos de inversión adecuados.
En resumen, el horizonte de inversión es un componente esencial de cualquier plan de inversión.
Tipos de horizonte de inversión
Existen diversos tipos de horizontes de inversión y cada uno de ellos se adapta a diferentes objetivos financieros y perfiles de riesgo.
Veamos tres de los más comunes:
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Horizonte de inversión a corto plazo: Este tipo de horizonte se refiere a inversiones que se mantienen durante un período de un año o menos. Los inversores con un horizonte de inversión a corto plazo suelen buscar oportunidades de inversión que ofrezcan retornos rápidos, a pesar de que estas pueden estar asociadas con un mayor riesgo. Ejemplos de este tipo de inversiones son las operaciones de trading diario y las inversiones en algunos tipos de fondos de inversión de alto riesgo.
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Horizonte de inversión a medio plazo: Este horizonte cubre un periodo que va de uno a cinco años. Los inversores con un horizonte a medio plazo pueden estar buscando equilibrar riesgo y rendimiento, y sus inversiones pueden incluir una combinación de acciones, bonos y fondos mutuos. Este horizonte es común para objetivos financieros intermedios, como ahorrar para la entrada de una vivienda.
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Horizonte de inversión a largo plazo: Este horizonte se aplica a inversiones que se mantienen durante cinco años o más. Los inversores con este horizonte suelen estar dispuestos a tolerar las fluctuaciones del mercado a cambio de un potencial de crecimiento a largo plazo. Las inversiones a largo plazo son adecuadas para metas financieras importantes como la jubilación o la financiación de la educación de los hijos.
Recuerda que estos horizontes son referencias generales y pueden variar según las necesidades y circunstancias individuales de cada inversor.
¿Cómo sé el horizonte de inversión adecuado?
Determinar el horizonte de inversión adecuado es un aspecto esencial al planificar tus inversiones y depende de varios factores clave. Aquí te explico cómo puedes determinarlo:
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Objetivos financieros: El horizonte de inversión adecuado se relaciona estrechamente con tus metas financieras. Si tu objetivo es financiar la educación universitaria de tus hijos que aún son pequeños, tu horizonte de inversión podría ser de más de diez años. Por el contrario, si estás ahorrando para un coche nuevo que planeas comprar en dos años, tu horizonte de inversión será a corto plazo.
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Tolerancia al riesgo: Tu nivel de comodidad con el riesgo es otro factor determinante. Las inversiones a largo plazo suelen estar asociadas con activos más volátiles, como las acciones, que pueden ofrecer mayores rendimientos pero también implican mayores riesgos. Si no estás dispuesto a soportar estas fluctuaciones, podrías decantarte por un horizonte de inversión a corto plazo, con inversiones más seguras, aunque generalmente menos rentables.
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Edad y etapa de vida: Generalmente, cuanto más joven eres, más tiempo tienes para recuperarte de cualquier contratiempo financiero. Esto puede permitirte optar por un horizonte de inversión a largo plazo con un perfil de riesgo más elevado. A medida que te acercas a la jubilación, es posible que quieras cambiar a inversiones más conservadoras, lo que podría implicar un horizonte de inversión a corto plazo.
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Necesidades de liquidez: Si anticipas la necesidad de acceder a tus inversiones en un futuro próximo, es posible que necesites un horizonte de inversión a corto plazo. Si no tienes necesidades inmediatas de efectivo, puedes permitirte un horizonte de inversión más largo.
Determinar el horizonte de inversión adecuado no es una ciencia exacta y puede requerir la ayuda de un asesor financiero.
Posibles inversiones en función del horizonte de inversión
A continuación, se exponen algunos ejemplos de posibles inversiones que podemos acometer en función de los distintos horizontes de inversión que hemos señalado anteriormente:
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Inversiones a corto plazo (menos de 3 años): Un ejemplo de inversión a corto plazo podría ser una cuenta de ahorro de alto rendimiento o depósitos a plazo fijo. Estas son inversiones seguras que proporcionan un rendimiento modesto pero garantizado en un período corto. Otro ejemplo podría ser la inversión en bonos del tesoro a corto plazo, conocidos por ser de bajo riesgo.
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Inversiones a medio plazo (de 3 a 10 años): Un ejemplo de inversión a medio plazo podría ser invertir en fondos mutuos de bonos o en fondos de inversión de renta mixta. Estos ofrecen una combinación de acciones y bonos y pueden ser un buen equilibrio entre el riesgo y el rendimiento para este horizonte temporal.
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Inversiones a largo plazo (más de 10 años): Un ejemplo de inversión a largo plazo podría ser la inversión en un fondo de índice de acciones o en acciones individuales. Estas inversiones tienden a tener una mayor volatilidad, pero a largo plazo, la renta variable ha demostrado proporcionar los rendimientos más altos. Otro ejemplo podría ser invertir en bienes raíces, que suelen apreciarse con el tiempo.
Cada uno de estos ejemplos refleja diferentes niveles de riesgo y rendimiento, y lo que puede ser adecuado para un inversor puede no serlo para otro.
Ejemplo de horizonte de inversión
Para terminar este artículo, vamos a concretar lo dicho hasta el momento con un ejemplo práctico que nos ayudará a entender con más claridad el concepto de horizonte de inversión.
Supongamos que Mario, un hombre de 30 años, ha decidido empezar a invertir. Tiene en mente varios objetivos que desea alcanzar a lo largo de su vida, cada uno con su propio horizonte de inversión.
El primer objetivo es ahorrar para un viaje que quiere hacer en dos años. Para este objetivo, tiene un horizonte de inversión a corto plazo, por lo que probablemente le convenga optar por inversiones más seguras y líquidas que le garanticen el capital necesario para el viaje, como puede ser una cuenta de ahorros de alta rentabilidad o un fondo de inversión de deuda a corto plazo.
Por otro lado, Mario también tiene en mente comprar una casa dentro de unos 10 años. Este sería un horizonte de inversión a medio plazo. En este caso, puede asumir un poco más de riesgo para obtener mayores rendimientos. Invertir en un fondo mutuo equilibrado que mezcle bonos y acciones, podría ser una opción adecuada para este propósito.
Finalmente, Mario también quiere empezar a ahorrar para su jubilación, que está a 35 años vista. Con un horizonte de inversión a largo plazo, Mario puede permitirse asumir más riesgos en busca de rendimientos más altos. Por ello, la inversión en acciones o fondos de índices bursátiles podría ser una buena elección, ya que, aunque el mercado puede tener altibajos a corto plazo, históricamente ha proporcionado buenos rendimientos a largo plazo.