Muchas Gracias Señora Yabar
25 de junio 2006
Dirigido a Dª Mª Teresa Yábar:
Después de mucho imaginar cómo sería usted, por fin pude ver una foto suya en un periódico, y me sorprendió enormemente; la había imaginado una chica joven y por su juventud impetuosa, con ganas de protagonismo y deseos de hacer algo grande. En honor a la verdad debo admitir que, quitando lo primero, el resto lo ha conseguido y diría que con buena nota. Los años no le han dado el sosiego y la madurez suficientes como para pensar detenidamente y con calma antes de hacer las cosas, más cuando estas acciones pueden dar un giro a la vida de tantas personas y créame, las que ya peinamos canas sabemos que las prisas suelen ser malas consejeras.
Le estoy tratando de usted y tal vez debería tutearla y sería más correcto llamarle ¿Mª Teresa?, ¿Mari Tere?, ¿Maite?, ya que se ha tomado la libertad de entrar en mi casa y en mi vida, sin pedir permiso, con la naturalidad de alguien que me conoce desde siempre, no sé, quizás sea mejor “Sra. Yábar” por aquello de que siempre me ha gustado elegir a mis amigos.
Pero mi intención con este escrito no es hacerle reproches, todo lo contrario, quiero darle las gracias:
- GRACIAS por dejar a mi marido sin puesto de trabajo.
- GRACIAS por haberle quitado la posibilidad a uno de mis hijos de acabar su carrera sin tener que buscar un trabajo y a la otra más pequeña cursar los estudios que tenía planeados, aunque tal vez esto usted no lo entienda, porque según creo los suyos ya los tiene bien situados.
- GRACIAS por no dejarme pagar la hipoteca de mi casa y el leasing del coche sin agobios.
- GRACIAS por no dejarme disfrutar del regalo de mis bodas de plata.
- GRACIAS por llevarme a tener que tomar pastillas para calmar los nervios y no caer en una depresión y así poder de alguna manera ir encajando y canalizando esto que me ha regalado sin pedírselo.
- GRACIAS por todos los sueños e ilusiones rotos.
- GRACIAS, en definitiva, por cambiar mi vida y la de toda mi familia, teniendo que partir de cero después de años de dura lucha.
Podría continuar con una interminable lista de agradecimientos, pero tampoco quiero extenderme; sólo déjeme felicitarle por su trabajo bien hecho, por su entrega y celo en el cumplimiento del deber, por su eficacia. Con personas como usted los ciudadanos de a pie, los que no buscamos más que no dejen vivir y trabajar en paz y de nuestro trabajo, podemos dormir tranquilos. Por todo ello mis más sinceras GRACIAS.
Mª Luisa, cliente y esposa de un asesor de Afinsa.
P.D. Por si no ha quedado claro, NO ME SIENTO ESTAFADA POR AFINSA, sino por el “bien hacer” de quién o quiénes nos han llevado a esta situación.