No, ya sé que con cada euro nuestro ellos sacan tres o cuatro o ni quiero imaginar cuántos, pero me da un placer especial ir ganando e ir vendiendo acciones. Con cada operación, ellos ganan, con las comisiones san.grantes, ¡con todo! Lo tengo claro. Sé que es pueril mi alegría, pero no puedo evitarla.
Desde mi punto de vista, se han quedado sin ganar lo que están ganando otras entidades, porque ya he traspasado productos y acciones. Se van quedando sin mi dinero, porque cuando voy ganando, voy sacando. Se han quedado sin mi confianza.
Se quedan con la mala fama que les voy poniendo cada vez que relato lo que hicieron a mi padre, lo que han hecho con cientos de miles de afectados.
Se quedan con menos comisiones porque siempre que puedo explico a todo aquél que me quiera oír que las tarifas estándar se pueden negociar y si no, te lo llevas a otra entidad.
Se quedan con mi desprecio, con mi asco. Jamás perdonaré a quien estafó a mi padre.
Que Dios le perdone, yo no puedo.
Tampoco le deseo un mal como una enfermedad o un accidente, porque no quiero manchar mi alma con tan malos deseos... pero te reconozco que en el fragor de la batalla, recién vi cómo mi padre se dio cuenta de lo que le habían colocado, en los pocos momentos de lucidez que le quedaban y sobre todo, cuando se percató de quién se lo había colocado, su asesor de confianza, su "amigo" de tantos años de trato..., deseé de todo corazón, que cuando fuese ancianito el interfecto, otro HDP como él, le colocara otro producto que le hiciera perder los bonus de mierda que ganó engañando a inocentes.
Hoy en día, mi padre ya no está entre nosotros y no quiero vivir con ese rencor. Creo que no se ha hecho justicia en muchos casos y pienso que lo de mi padre fue una estafa con todas las letras y espero que por lo menos, estas terribles experiencias de comienzos de esta crisis, hayan servido para que exista de verdad un control efectivo sobre los abusos bancarios, que no se puedan colocar con tanta impunidad productos tóxicos, que no se pueda estafar con tanta frivolidad, que NO SE PUEDA ESTAFAR a NADIE MÁS.
Y sobre todo, que no se pueda seguir usando como disculpita, que no sabían lo que colocaban, porque es tanto como asumir que la negligencia profesional se perdona y sus consecuencias no las paga el culpable.
Si es un médico o un farmacéutico, o cualquier otro profesional de otro ámbito, las negligencias se pagan, eres responsable de tus actos, de tus consejos profesionales y de tu mal hacer... Véase que no hablo de malas intenciones, solo de negligencias ya sea por despiste, por desconocimiento, por error.
Un saludo cordial
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.