Empresas de consumo como Party City se ven castigadas por la inflación persistente y el débil gasto.
Las quiebras de empresas estadounidenses han alcanzado su nivel más alto desde la fase posterior a la crisis financiera mundial, ya que los elevados tipos de interés y el debilitamiento de la demanda de los consumidores están castigando a los grupos en dificultades.
Al menos 686 empresas estadounidenses se declararon en quiebra en 2024, un 8% más que en 2023 y más que en cualquier otro año desde las 828 solicitudes de 2010, según datos de S&P Global Market Intelligence.
Las maniobras extrajudiciales dirigidas a evitar la quiebra también aumentaron el año pasado, superando en número a las quiebras en una relación aproximada de dos a uno, según Fitch Ratings. Como resultado, los prestamistas prioritarios de emisores con al menos 100 millones de dólares (96 millones de euros) de deuda agregada experimentaron las tasas de recuperación más bajas desde al menos 2016.
La quiebra del minorista de artículos para fiestas Party City fue representativa de los fracasos corporativos de 2024. A finales de diciembre, presentó su segunda declaración de quiebra en otros tantos años, tras salir del procedimiento del Capítulo 11 en octubre de 2023.
Party City anunció que cerraría sus 700 tiendas en todo el país tras luchar "en un entorno inmensamente difícil impulsado por las presiones inflacionistas sobre los costes y el gasto de los consumidores, entre otros factores".
La demanda de los consumidores ha disminuido a medida que se retiraban los estímulos por la pandemia del Covid-19, golpeando con especial dureza a las empresas que dependen del gasto discrecional de los consumidores. Otras quiebras importantes que tuvieron lugar el año pasado fueron las del fabricante de artículos de alimentación Tupperware, la cadena de restaurantes Red Lobster, Spirit Airlines y el minorista de cosméticos Avon Products.
"El coste persistentemente elevado de los bienes y servicios está pesando sobre la demanda de los consumidores", afirma Gregory Daco, economista jefe de EY. La carga es especialmente pesada para las familias en el segmento inferior del espectro de ingresos, "pero incluso en el segmento medio y el superior se observa más cautela".
La presión sobre las empresas y los consumidores se ha aliviado en cierto modo a medida que la Reserva Federal ha empezado a rebajar los tipos, aunque los funcionarios han indicado que tienen la intención de recortar sólo medio punto porcentual más en 2025.
Peter Tchir, responsable de macroestrategia de Academy Securities, señala que existen factores atenuantes, como el diferencial relativamente bajo entre los tipos de los préstamos corporativos de mayor riesgo y la deuda pública.
Sólo se produjeron 777 declaraciones de quiebra en 2021 y 2022 juntos, cuando el coste del dinero era mucho menor debido al programa de rebajas de tipos de la Fed.
La cifra aumentó a 636 en 2023 y siguió subiendo el año pasado, incluso cuando los tipos empezaron a bajar a finales de 2024. Al menos 30 de las empresas que se declararon en quiebra el año pasado tenían al menos 1.000 millones de dólares en pasivos en el momento de la declaración, según los datos de S&P.
Históricamente, suele haber el mismo número de quiebras que de acciones extrajudiciales para reducir las probabilidades de insolvencia.
Este tipo de maniobras, conocidas de manera eufemística como ejercicios de gestión de pasivos, se han vuelto cada vez más comunes y han crecido hasta representar una gran parte de los impagos de deuda corporativa de EEUU en los últimos años, y esa tendencia continuó en 2024, según explica Joshua Clark, consejero senior de Fitch Ratings.
Estas maniobras suelen considerarse un último recurso para evitar solicitar la protección judicial. Sin embargo, en muchos casos, las empresas acaban quebrando de todos modos si no pueden solucionar sus problemas operativos.
"Puede que su rentabilidad aumente, o que los tipos de interés bajen, o una combinación de ambas cosas, en realidad para evitar la quiebra", afirma Clark, que añade que este tipo de reestructuraciones del pasivo pueden afectar negativamente a los prestamistas al acumular más deuda sobre el pasivo existente.