Buenas,China ha vuelto a convertirse en la pesadilla de los mercados. En lo que va de año la Bolsa del gigante asiático ha retrocedido más de un 18% arrastrando tras de sí al mercado global con violentas correcciones. Al igual que ocurrió el año pasado durante el segundo semestre tras las fuertes correcciones de agosto, el gigante asiático ha sido señalado, una vez más, como una amenaza para la economía mundial y se ha convertido en el chivo expiatorio de todos los males que amenazan a la Bolsa y a la economía mundial.
Unos datos económicos por debajo de lo esperado y el fin de la prohibición de venta de acciones a inversores con más del 5% del capital en cualquier empresa, impuesta el pasado mes de agosto en un intento de estabilizar el mercado, provocaron la desbandada de los inversores y la suspensión de la cotización de las acciones en la Bolsa hasta en dos ocasiones contagiando al resto de los mercados. En el trasfondo de las ventas masivas está el miedo a la ralentización de su economía y las medidas tomadas por el gobierno del gigante chino para cambiar su modelo económico tradicional, volcado en la industria y las exportaciones, hacia otro enfocado hacia el consumo interno y la economía de servicios. Algunos expertos ven también una cortina de humo para desviar la atención de otros problemas.
Una de las consecuencias más inmediatas ha sido la infrapoderación de los activos del mercado chino en las carteras de los bancos de inversión. Sin embargo, frente al elevado número de recomendaciones de infraponderar, llama la atención las numerosas apuestas de las grandes firmas por el gigante asiático.
“Aunque los temores sobre el crecimiento de China y las tensiones en Oriente Medio han provocado que los mercados inicien el nuevo año con caídas importantes, Robeco advierte que son los EE.UU., y no China, en donde los inversores deberían centrarse. “La verdadera preocupación es la economía de Estados Unidos, con las cifras del sector manufacturero -PMI- de nuevo a la baja y lo que parece un muy débil cuarto trimestre para la economía de Estados Unidos”, afirma Lukas Daalder, director de Robeco Investment Solutions. En su opinión, “las cosas no han mejorado como se pensaba, el desempleo sigue siendo bajo y el crecimiento de los salarios se está acelerando. Estamos esperando a ver lo que sucede con la industria de servicios”, dice. “Lo que verdaderamente les llevaría a un replanteamiento en la asignación de activos es cualquier decepción en los datos de Estados Unidos, sobre todo después de que la Reserva Federal subiera los tipos por primera vez en casi una década antes de Navidad, dice Daalder. Aún así, "sería muy extraño ver que la economía estadounidense se precipite hacia una recesión".
Russ Koestrich, director general y jefe de estrategia de inversión global de BlackRock considera que la reacción ante la oleada de ventas en la renta variable china ha sido exagerada” a pesar de que varios catalizadores propiciaron el desplome del mercado. Desde su perspectiva, una rápida depreciación de la moneda china, el yuan o renminbi, representa una amenaza de mayor envergadura para el inversor global, ya que podría incitar a otros países a devaluar también sus monedas. Algo poco probable, en su opinión.
El directivo de BlackRock hace hincapié en dos desafíos algo más prosaicos que las turbulencias políticas y económicas a escala mundial: la caída en las previsiones de beneficios y el carácter heterogéneo de la economía estadounidense”.
Los analistas de Markets Insights JPMorgan han señalado que este colapso bursátil responde en gran medida a factores psicológicos de corto plazo —incluido el fin de la prohibición de venta de acciones, la reforma del registro de las OPV y el mecanismo de cortocircuito financiero de suspender la cotización si las caídas son superiores al 5%— más que a las condiciones económicas de China.
A pesar de que el año ha empezado de forma estrepitosa con la fuerte caída de las Bolsas chinas, Fidelity aconseja mantener el rumbo en este mercado. Según estos gestores, desde el punto de vista de los fundamentales, nada ha cambiado en China desde finales del año pasado y comienzos de 2016”. Como inversores bursátiles, “es esencial poder ver más allá del ruido que ahora rodea permanentemente la coyuntura macroeconómica china e identificar esas empresas”, señalan.
A largo plazo
Los analistas de la gestora americana advierten que a la hora de invertir en China se necesita un enfoque riguroso, sosegado y a largo plazo. A veces las cosas llevan su tiempo en China, dicen. “La situación dista mucho de ser idílica y recuerda a las fases de caídas continuadas del crecimiento del PIB que ocurrieron en 1993/1994 y 1998. Entonces, el crecimiento se redujo desde un máximo del 15% a menos del 7%, en torno a la cifra anunciada el año pasado”. Fidelity pronostica a largo plazo un panorama positivo para el consumo en el país y se mantienen sobreponderados en los sectores de consumo/servicios, incluido el de Internet, turismo y educación.
“Estamos invertidos de forma selectiva en empresas que pueden beneficiarse de las políticas favorables del gobierno, como los fabricantes de equipo ferroviario, las firmas de protección medioambiental y las compañías de energías renovables y alternativas”, señala Louisa Lo, responsable de renta variable China de Schroders. Por otro lado, mantienen una postura “prudente sobre el sector bancario en vista de la intensificación del riesgo vinculado a la calidad de los activos y la reducción de los márgenes netos por intereses” y están generalmente infraponderados en títulos petroleros y de materias primas.También Citi recomienda adaptarse a la moderación de las perspectivas de crecimiento en China. “A pesar de la desaceleración prevista, China todavía ofrece atractivas oportunidades de crecimiento en relación con muchas otras economías. Tras una década de fuertes crecimientos su economía está en transición pero el crecimiento del PIB -6,9% en 2015- sigue siendo el más alto de las principales economías del mundo y se mantiene sustancialmente por encima de todos los demás los países. La aceleración del gasto fiscal en China (+ 26% interanual) combinada con más renminbi (RMB) depreciación también es probable que ayude a aliviar el crecimiento subyacente vientos en contra”, según estos expertos. “Las empresas de los sectores más expuestos al consumo interno experimentaran las mejoras más grandes en sus múltiplos precio-ganancias en relación a los sectores con una mayor exposición al componente de inversión de las empresas del PIB”, aseguran.
Cambio de paradigma
Los responsables políticos chinos quieren dejar de ser la “fábrica del mundo” y están adoptado las medidas que consideran necesarias para centrarse en ascender en la cadena de valor hacia servicios de la alta tecnología y con más valor añadido.
El objetivo a largo plazo es prestar servicios a unos consumidores internos con un poder adquisitivo cada vez mayor, así como al resto del mundo. En definitiva, ampliar la generación de ingresos, más desarrollo y más creación de riqueza. Los avances más llamativos de cara al mercado exterior se están realizando en el ámbito de la liberalización del mercado financiero. La incorporación del yuan o renminbi a la cesta de Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI) –un grupo de divisas internacionales definidas como activos de reserva de cambio complementarios– es todo un hito para la internacionalización de esta moneda. Para proteger la moneda de la especulación a corto y frenar la salida del dinero del país, China exigirá un ratio de reservas obligatorias a los bancos que operan fuera del país hasta el 17,5% de los depósitos on shore en yuanes para los grandes bancos a partir del 25 de enero. Mientras, los mercados bursátiles continúan con la liberalización. Primero a través del Shanghai-Hong Kong Stock Connect, al que seguirá un programa similar para la Bolsa de Shenzhen.
A pesar de las dudas que está despertando la economía china y la creciente alarma de desaceleración económica el país asiático creció un 6,9 en 2015, en línea con lo esperado.Un saludo