Las grietas de Eurobank- El Periodico
Las grietas de Eurobank
• La entidad hipotecó su sede central a los pocos años de su nacimiento, en 1986 El Banco de España censuró la agresividad de su presidente
"Síndrome del argentino". Así empiezan a llamar los 68.000 clientes de Eurobank a los dolores de cabeza que provoca el hecho de no poder recuperar sus ahorros, algo parecido a lo que les ocurría hace unos meses a los argentinos.
El pasado 25 de julio, el banco anunció la intención de cesar la actividad y solicitó la intervención del Banco de España. Desde entonces se han sucedido las colas en las oficinas --que recuerdan el corralito argentino--, pero el pasado también es así de escabroso. El historial del banco está trufado de irregularidades casi desde su nacimiento, además de un rosario de inspecciones y faltas graves impuestas por el Banco de España. Una docena desde 1996, la fecha de entrada en el banco del actual presidente, Eduardo Pascual.
Eurobank inició su andadura en 1986 como sociedad de crédito, y en 1989 se convirtió en banco de la mano de Juan Bilbao --exdirector general de Caixa Catalunya-- y un grupo de socios entre los que figuraban el abogado Joan Piqué Vidal y el catedrático Jaume Gil Aluja. Nunca acabó de funcionar. "Apostó por un modelo totalmente tradicional de caja de ahorros, centrado en la financiación hipotecaria. Los resultados indican el fracaso absoluto de esta decisión", según un informe del Banco de España de 1994.
Las cosas fueron a peor. En 1996, el banco acusó al director de una oficina de Eurobank en Tarragona de estafa, apropiación indebida y delito fiscal. El directivo desviaba dinero fuera de los circuitos del banco, y se llevó a los clientes a otra entidad bancaria. Ahí empezaron una serie de complicaciones financieras y judiciales y una retirada masiva de depósitos. El banco llegó a hipotecar su sede central. Así estaba la entidad cuando Pascual tomó las riendas.
Empresario inmobiliario y asegurador, Pascual dio un giro al modelo de negocio a través de una estrategia agresiva de captación de clientes, con un producto de alta remuneración que le supuso una dura amonestación del Banco de España. Bilbao --que sigue siendo accionista minoritario-- se paseaba por Barcelona en 1998 con un dossier que relataba supuestas irregularidades en la gestión de Pascual, que ya entonces calificaba como "muy oscura".
Entre los papeles que manejaba figuraban duros informes del Banco de España, que conminó a Pascual a retirar varios productos financieros y no ha cesado de imponerle faltas graves en los últimos años. Un ejemplo: Eurobank cerró el 2002 con una auditoría limpia, pero la autoridad monetaria le obligó a rehacer las cuentas y a aflorar unas pérdidas de ocho millones de euros. No era la primera vez. Aún así, nunca le ha obligado a dimitir.
El último capítulo de Eurobank empieza hoy, en una junta de accionistas que se adivina muy delicada --los ahorradores han organizado protestas-- en la que se aprobará la liquidación. "La banca era un buen negocio hace unos años. Ya no lo es, al menos para un banco de pequeña dimensión. Los socios actuales llevan años sufragando las pérdidas y parece lógico que no quieran seguir por ese camino", aseguran fuentes próximas a Pascual. La alarma social es un hecho, "pero el presidente sigue tranquilo. Una vez vendidos los activos todo el mundo recuperará sus depósitos, e incluso quedará remanente para retribuir a los accionistas", según las mismas fuentes. Está por ver.