Escribimos esta carta el día después que se haya producido una reacción positiva muy significativa del segmento value¸ en detrimento de la temática de moda quality growth. Un día obviamente no indica nada, pero nos confirma que puede ocurrir lo contrario a lo visto últimamente. La agresividad del movimiento, el mayor en 10 años para el factor value, nos confirma que una parte relevante del mercado había tomado posiciones en contra del segmento más barato del mercado, y que no eran 4 duros.
El auge de la gestión por factores y especialmente el hecho que una parte significativa de participantes del mercado haga timing asumiendo que aquellos factores que han funcionado seguirán funcionando, conlleva un mayor componente especulativo, ya que muchos inversores pueden intentar salir forzadamente a la vez de posiciones similares. Esperen vaivenes entre sectores y estilos superiores a los que hemos visto en el pasado. Posponemos un análisis en este sentido para más adelante.
Madriu SICAV ha obtenido un retorno del -3,62% en agosto, lo que deja el retorno del año en curso en aproximadamente el 2%. Pueden acceder a nuestra última ficha aquí. Nuestro posicionamiento estructural en menos tecnología y Estados Unidos ha ido en nuestro detrimento, algo que ya hemos explicado a veces.
Nos parece un buen momento para mirar atrás y estudiar la interacción de sectores y geografías. ¿El empuje de Estados Unidos se debe sólo a las empresas tecnológicas?
En el gráfico superior podemos ver como los beneficios del S&P 500 en agregado han avanzado a mejor ritmo que si quitamos el sector tecnológico. Pese a ello, merece la pena señalar como incluso en este segundo caso los beneficios hoy son significativamente superiores a los previos a la gran crisis financiera.
¿Ocurre algo parecido en Europa?
NO. Los beneficios agregados siguen estancados...
En parte se puede atribuir al escaso peso del sector tecnológico, que nunca ha sido relevante. Podemos ver el peso que históricamente ha tenido la tecnología en el S&P500 y en el STOXX Europe 600.
La creación de valor en el sector tecnológico ha sido un factor clave los últimos años, pero quizás sea oportuno recordar que cuando un sector ha contribuido en similares proporciones al beneficio agregado, después han venido tiempos más difíciles. Quizás está vez sea diferente...
Los beneficios atraen a la competencia, y si bien es cierto que la posición competitiva de algunas empresas tecnológicas parece hoy diferencial, creo que existirá cierta reversión a la media. En esta ocasión quizás no sea la competencia tradicional, sino el incremento de regulación lo que provoque el ajuste.
Por nuestra parte estamos muy satisfechos con tener una exposición de tan sólo un 5,35% de la cartera en tecnología, ya que lo percibimos como algo equilibrado, sano y razonable.