La citabarina fue el primer fármaco anticancerígeno de origen marino y fue desarrollado por Pfizer en 1969 (el año de la llegada a la Luna o en el que bandas y músicos irrepetibles, como Jefferson Airplane o Janis Yoplin, reunieron en el mítico Woodstock a medio millón de personas durante tres históricos -y sensoriales- días). Se trataba de un fármaco que “sigue siendo uno de los pilares de la terapia contra la leucemia”. En 1976, se aprobó otro fármaco marino para el herpes. Después, durante 30 años no se produjeron más avances. Pero en el siglo XXI, “los fármacos de origen marino han entrado en una época de gran desarrollo”.https://theconversation.com/el-mar-un-laboratorio-del-que-obtener-medicamentos-177390#:~:text=Los%20recientes%20avances%20en%20el%20desarrollo,%20la%20aprobaci%C3%B3n%20y%20el Empieza a encontrarse bastante información sobre este sector “emergente”. En otro artículo se dice que: “El medio marino es una rica fuente de moléculas biológicamente activas para el tratamiento de enfermedades humanas, especialmente el cáncer… Los fármacos de origen marino han comenzado a tener un impacto en la farmacología moderna y se han aprobado para uso clínico diferentes fármacos anticancerígenos derivados de compuestos marinos”. También comentan que: “El desarrollo de medicamentos a partir de fuentes marinas es un proceso que lleva mucho tiempo, es de alto riesgo y requiere una gran inversión… Una línea de producción clínica eficiente de medicamentos marinos implica necesariamente la colaboración de microbiólogos, químicos, toxicólogos, médicos que colaboran conjuntamente en las primeras etapas, la fuente de los organismos, el descubrimiento de productos naturales y los ensayos preclínicos. Se necesitan expertos médicos, legales (incluidos los reguladores y los de propiedad intelectual) para avanzar de manera eficiente en la etapa de ensayos clínicos, lo que idealmente conducirá a la finalización del desarrollo y la entrada al mercado en caso de que se demuestre potencia, eficiencia, seguridad y retorno de la inversión”. En este otro enlace: https://www.marinepharmacology.org/approved hay un listado de fármacos de origen marino, la mayoría anticancerígenos, aprobados por la FDA (en la EMA se dedican a asuntos más contemplativos, en plan zen digamos):
Fármacos de origen marino
Fármacos de origen marino Hay un ritmo de generación incremental de fármacos. Pfizer tiene cuatro fármacos de origen marino, Pharmamar sus tres conocidos y hay otras empresas, normalmente pequeñas, también con actividad incipiente en este sector. A excepción del fármaco de 1969, los otros tres anticancerígenos marinos de Pfizer provienen de su adquisición de Seagen por 43k millones, antes llamada Seattle Genetics, empresa a la que Pharmamar le licenció moléculas. No proveniente de esas moléculas, porque sino le hubiese tenido que pagar hitos a Pharmamar adicionalmente, Seagen había desarrollado hacia 2018 el antitumoral Adcetris, y derivados de este fármaco a su vez han desarrollado el PADCEV y el TIVDAK. Esto lleva a otro concepto clave como es el de familia de patentes. Parece que Seagen, ahora Pfizer, ha encontrado una familia de fármacos que llevan todos ellos camino de ser blockbusters, según comentan en sus informes anuales. Una familia de patentes normalmente parte de una molécula, como pasó con Yondelis, y partir de ella surgen otras, como la propia lurbi o la ecubectedina, que son derivados mejorados de la misma familia (ecteinascidinas en este caso) pero significativamente diferentes como para constituir patentes independientes. Estas patentes moleculares independientes se tramitan en los países importantes, y a su vez cada patente molecular conlleva patentes complementarias para combinaciones, farmacología, modos de administración del fármaco, etc., que, a su vez, también se tramitan en los países principales. En este otra web de hace ya un tiempo:https://abg-ip.com/es/pharmamar-patentes-farmaceutica-espanola/ el investigador de Pharmamar habla de todo esto, y dice que la empresa tiene unas 40 familias de patentes que se traducen en unas 1400 patentes, una vez que se cuentan todas las patentes nacionales de las patentes “madre”, que forman en conjunto una familia. Lógicamente en el caso de Pharmamar hay familias muy grandes, como la originada por Yondelis o la originada por la pliti, que tiene sus patentes antitumorales (varias) y antivirales (varias también). Estos datos que daba el investigador casan muy bien con las patentes de PHM que hay publicadas en WIPO (World Intellectual Proporty Organization). En esta web está todo lo importante en cuanto a patentes y, en especial, aquellas que tienen (o pretenden) un ámbito jurisdiccional de escala internacional. PHM tiene unas 50 patentes moleculares (teniendo en cuenta que de la familia Yondelis hay varias y de la familia pliti hay varias también), unas más viejas que otras, y hay otras 65 patentes “complementarias” de las anteriores, unas más viejas que otras aquí también, cuyos expedientes nacionales, en ambos casos de las moleculares y de las complementarias, conforman en conjunto las 1.400 patentes. De estas patentes moleculares "madre", llegadas a aprobación hay tres, como sabemos. Esto es una relación 3/50 que supone un 6%, dato que también está bastante en relación con una regla no escrita del mundo de la propiedad industrial (creo que esto ya lo comenté un día) que dice que solo aprox. el 6% de todas las patentes registradas llegan a mercado. Aquí, por la razón que sea, se cumple. Picasso decía que la suerte existe pero te ha de pillar trabajando. Una patente en cualquier país supone entre 40-50 trámites a lo largo de 3-4 años con agentes de la propiedad industrial y abogados de esos países. Estaremos hablando de unos 50k trámites de PHM en todo el mundo, en inglés, aparte de todos los profesionales investigando de manera previa. Nos podemos partir la caja algunas veces de las ocurrencias de su directiva, pero la labor es brutal y es de justicia también decirlo. El investigador de PHM también comenta que hay estudios que dicen que sobre un 1,8% de los compuestos marinos podrían contener principios anticancerígenos. Pharmamar ha hecho la parte ingrata del proceso: irse a bucear por medio mundo para recopilar 400k compuestos marinos. ¿Cuántas moléculas ha estudiado durante 20 años que le han permitido llegar a las 50 patentes moleculares que tiene y que derivaron después en 3 fármacos en mercado? ¿5.000 moléculas? ¿10.000 moléculas? Como el minoritario en Pharmamar es (o debería serlo para la directiva) una especie protegida en peligro de extinción dadas las vicisitudes a las que se halla expuesto, y para ver sea por un día la dimensión optimista, voy a hacer un cálculo a máximos, en versión “mundo perfecto” para nosotros: 400.000 moléculas x 1,8% tasa = 7.200 compuestos patentables 7.200 patentes x 6% (patentes que llegan a mercado) = 432 fármacos Por otra parte, si a PHM le tomó 20 años estudiar pongamos 10k compuestos, a ese ritmo le llevaría 800 años estudiar las 400k moléculas y desarrollar esas patentes y fármacos. Si aumenta su tamaño 10x, entonces le llevaría 80 años. Si mete músculo con una operación corporativa pues según. Yondelis habrá vendido unos 2k millones brutos (para PHM habrán sido unos 1k + royalties), la lurbi apunta a 2k/3k brutos en 2L, y si se aprueba la 1L serán muchos más. ¿Cuánto pudo ser -o aún puede- ser la pliti antiviral? El tema: Compuestos que se convierten en patentes que se convierten en fármacos, tras una ingente tarea. Más allá de este o aquel fármaco. Pfizer llegó a la "Luna" en 1969, con el primer antitumoral de origen marino desarrollado, pero quizá pensando que no hay había potencial en los productos naturales como se pensaba por entonces, no trató de colonizarla. PHM llegó a la Luna en 2007 con Yondelis. Pero ahora se sabe que los productos naturales de origen marino encierran un gran potencial. Con los ingresos por las ventas de la lurbi, ¿debería tratar de colonizarla o debería pulírselo en un festival de tres días? Si me hubiesen preguntado con 20 años, diría que al Woodstock de cabeza. Hoy en día, el desarrollo de fármacos de origen marino es un sector emergente, de potencial “invaluable”, con un gran actor de vuelta en él (Pfizer), otros incipientes actores más pequeños, y un líder momentáneo que es PHM. Me parece que la elección por este sector fue un acierto de PHM pero el desempeño desde entonces no tanto. Puede haber baches en el camino, pero no termino de entender que pierda el tiempo y sus escasos recursos financieros en diversificaciones, como la de Sylentis. Y no porque no parezca buena idea. Por definición, se diversifica cuando no sabes dónde meter el dinero que te da el negocio core. Pero si este negocio core está todavía en desarrollo, no es momento de diversificar, ni de pagar dividendos, ni de comprar acciones propias, salvo que halla una operación corporativa detrás. Hay que meterlo todo para acelerar la ciclópea tarea investigadora que PHM tiene delante con sus 400k moléculas. En cuanto a cotización, dos temas diferentes. El primero: con la aprobación en China se debería pulverizar la resistencia de larguísimo plazo en 50 euros que pasaría entonces a ser suelo, y con Imforte se debería pulverizar la siguiente resistencia en 70. A partir de aquí, la lurbi en China y aprobaciones y ventas de 1L deberían llevar la cotización a 120-140 o puede que algo más. Dudo mucho que el mercado vuelva a pagar los 220-240 de máximos históricos por una acción de PHM después del calvario vivido en los últimos 15 años. El segundo tema es precisamente éste: pulverizar esos máximos históricos, incluso pensar en cotas mayores o en la famosa gramática parda de Kostarof, implica no considerar la lurbi como un fin o como un festival pasajero de diversificaciones y dividendos, si no como un medio para la colonización definitiva del negocio marino, como la llave para abrir el camino de nuevos fármacos y para llegar al Nasdaq con sus posibilidades financieras, el entorno natural que este tipo de negocio precisa. Estamos a viernes y abusando de vuestra comprensión me he tomado alguna licencia o broma para comentar el asunto. Buen finde,