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“La Tierra está haciendo una llamada de auxilio. El último informe del Estado del Clima Global muestra un planeta al límite”. Con estas palabras, el secretario general de las Naciones Unidas António Guterres transmitía un mensaje a través de un vídeo, para la presentación de los datos de la Organización Meteorológica Mundial (organismo perteneciente a la ONU) celebrada el pasado 19 de Marzo en Ginebra. 

Los datos expuestos en esa presentación realmente son escalofriantes, tales como que el año pasado fue el último de la década más calurosa de la historia, o de la mayor pérdida de hielo de los glaciares, la subida del nivel del mar, la descompensación climática dadas las zonas que están sufriendo lluvias por encima de la media (como es el caso de países del sur de América Latina), y otras que atraviesan sus peores sequías, por mencionar algunos datos. 

Este cambio climático tiene consecuencias tangibles en aspectos económicos y sociales. Pérdidas de cosechas, pérdida de biodiversidad, pérdida de suelo fértil, restricciones horarias para el uso de agua potable, movimientos migratorios, empobrecimiento de comunidades, crisis alimentarias, malestar social, son algunas de las consecuencias de estos cambios que experimenta el planeta. 

Para evitar esas consecuencias negativas, tanto el secretario general de las Naciones Unidas como la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, exhortaron a los líderes globales junto a los medios de comunicación, a difundir este mensaje; por lo que aquí estoy poniendo mi granito de arena… Pero también pidieron a los líderes globales, que acometan de forma urgente acciones radicales, a fin de “evitar lo peor”. 

Es importante destacar que los recursos públicos para llevar a cabo los cambios necesarios en los modelos económicos y productivos, no son suficientes. En concreto, esos cambios según Guterres consisten en acelerar el fin de la era de los combustibles fósiles por medio del impulso a la transición energética, y establecer objetivos climáticos a nivel nacional, revisando por completo sus modelos económicos antes del 2025. 

Los líderes políticos sí pueden influir y promover los cambios necesarios, mediante su apoyo a la elaboración de nuevas normativas y regulaciones que faciliten la transición del modelo económico, pero éstos no disponen de los recursos públicos necesarios para llevar a cabo esos cambios. Y ahí es cuando entra en escena el sector privado; y concretamente, el sector financiero. Este sector es el que dispone de los medios necesarios para canalizar los recursos de aquellas unidades económicas con superávit (ej. ahorradores), hacia aquellas unidades con déficit o proyectos que necesitan ser financiados.


 
Y de ahí la creciente regulación que ha estado sufriendo el sector financiero, con respecto a este asunto. 

Y para ir en línea con los cambios de tendencias, las entidades financieras han tenido que reorientar sus modelos de negocio, generando una nueva industria con productos financieros que promueven los factores ASG (Ambientales, Sociales y de buen Gobierno). 

Con esto se espera reorientar los flujos de capitales hacia proyectos más amigables con el planeta, a fin de revertir los efectos negativos mencionados anteriormente. 

Pero también es muy importante tener en cuenta que una parte significativa de la sociedad, no considera que tales efectos negativos se estén produciendo sobre el planeta, e incluso algunos líderes políticos y/o globales, tampoco están por la labor de cambiar los modelos productivos. 


La inversión sostenible como una tendencia 


Pero más allá de la postura que tengas frente al planteamiento del cambio climático, o de los factores ASG tan de moda durante estos últimos años, existen razones objetivas por las que considerar las inversiones sostenibles o socialmente responsables, como una alternativa de inversión. 

Si te identificas con la necesidad de potenciar los factores ASG, las principales razones para considerar como alternativa de inversión, aquellos instrumentos o vehículos de inversión sostenibles o socialmente responsables, pueden ser las siguientes: 

Impacto positivo

Los instrumentos o vehículos de inversión sostenible o socialmente responsables, invierten en empresas que promueven prácticas sostenibles, éticas y socialmente responsables, lo que puede contribuir a la mitigación del cambio climático, la conservación de recursos naturales y el respeto a los derechos humanos. 

Transparencia y ética

Estos instrumentos o vehículos de inversión, suelen tener políticas transparentes y criterios éticos para la selección de empresas en las que invierten, lo que proporciona una mayor confianza al inversor preocupado por el impacto de sus decisiones financieras. 

Rentabilidad a largo plazo

Existe evidencia de que las empresas con buenas prácticas ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo tienden a ser más resilientes y rentables con el transcurso de los años; lo que puede traducirse en mejores retornos para los inversores a largo plazo. 

Contribución a la sociedad

Invertir en este tipo de instrumentos o vehículos de inversión, permite canalizar el capital hacia proyectos y empresas que buscan generar un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente, los cuales suelen ser proyectos con los que se sienten identificados los inversores. 


Y si no te identificas con la necesidad de potenciar los factores ASG, y en cuestiones de inversión solo te centras en la rentabilidad y viabilidad de los proyectos por los que apuestas, independientemente de las actividades que éstos desarrollen, las principales razones para considerar como alternativa de inversión, aquellos instrumentos o vehículos de inversión sostenibles o socialmente responsables, en tu caso podrían ser las siguientes: 

Diversificación del portafolio

Los instrumentos o vehículos de inversión sostenibles o socialmente responsables, también ofrecen una amplia diversificación al invertir en empresas de diversos sectores y regiones; lo que puede reducir el riesgo y aumentar la estabilidad del portafolio de inversión, independientemente de las preferencias personales del inversor. 

Potencial de rendimiento

Aunque quien invierta en estos instrumentos no esté interesado en el impacto ambiental o social de las empresas en las que invierten, estos vehículos de inversión pueden ofrecer un buen rendimiento financiero debido a la selección de compañías que tienen mayor aceptación y mejor imagen ante la sociedad, y mayor acceso a la financiación. No podemos olvidar que los reguladores cada vez penalizan más a aquellas empresas que no están en sintonía con los factores ASG, y a aquellas entidades que financian proyectos muy distantes de alcanzar los estándares establecidos en materia de sostenibilidad. 

Tendencia del mercado

Los capitales destinados a la inversión sostenible se han estado incrementando durante los últimos años, más allá de las salidas de capitales sufridas durante los tres primeros trimestres de 2022, y cada vez más inversores institucionales están incorporando criterios ASG en sus estrategias de inversión. Esto puede llevar a un aumento de la demanda de inversión en empresas con prácticas sólidas de gobierno corporativo y sostenibilidad, lo que podría beneficiar a los inversores incluso si no comparten esas mismas preocupaciones; dado que no deja de ser una tendencia, así como los es la inversión en tecnología, Inteligencia Artificial, u otros sectores que marcan tendencias. 
 

Gestión de riesgos 

Las empresas con sólidas políticas ASG tienden a ser más resilientes frente a riesgos como litigios, sanciones regulatorias y volatilidad del mercado. Invertir en este tipo de instrumentos puede proporcionar una protección adicional contra estos riesgos, independientemente de las creencias personales del inversor.

Como puedes ver, más allá de las creencias u opiniones sobre los factores de sostenibilidad, existen diversos motivos por los cuales este tipo de inversión no puede faltar en la cartera de inversiones. Y de forma más concreta, según los analistas del banco suizo UBS, los temas de inversión sostenible a tener en cuenta para los próximos meses serán la transición industrial, debido a las diferentes directrices publicadas por los reguladores de la UE, Reino Unido, Hong Kong o Singapur, entre otros, en cuanto a la planificación de la transición para mejorar las prácticas de inversión, y potenciar así ciertas tecnologías y materiales críticos para un cambio de modelo económico y productivo más rápido. Otro tema en el que centrar la atención del inversor será el agua, los alimentos y la agricultura, teniendo en cuenta que se espera que la demanda de agua dulce supere en un 40% a su suministro de aquí a finales de la década, impactando mayormente al sector agrícola. Y el tercer tema de inversión sostenible a tener en cuenta según los analistas, son las infraestructuras sostenibles; dado que según las previsiones, en los próximos treinta años se espera que más de dos mil millones de personas se trasladen hacia las ciudades, lo cual incrementarán las necesidades de infraestructuras sostenibles, ya sean nuevas o remodeladas. 


Alternativas sostenibles de MyInvestor 


Esta semana no voy a desarrollar ningún fondo en concreto, sino que quería presentarte directamente la gama de fondos de inversión socialmente responsables (ISR), que se pueden contratar a través de la plataforma del neobanco MyInvestor. 

Lo interesante de la oferta, es que la entidad facilita la contratación de más de cien fondos de inversión clasificados como sostenibles, y de diversas gestoras, sin comisiones añadidas. 

De esta forma, al ser una plataforma de arquitectura abierta se evitan posibles conflictos de interés. 

Puedes clasificar la búsqueda de fondos sostenibles por tipo de activo, divisa, entidad gestora, región, categoría y rentabilidades. 

Y si lo que prefieres es invertir en varios fondos a la vez, desde tan solo 150 euros tienes la oportunidad de acceder a la Cartera Sostenible. Se trata de un vehículo de inversión automatizado, compuesto únicamente por fondos que cumplen los estándares más exigentes de regulación de ISR. 

Pero para poder contratar un fondo de inversión o la Cartera Sostenible mediante esta entidad, el primer paso que deberás dar es la apertura de una cuenta. Este proceso es muy sencillo, pero recuerda tener a mano tu e-mail personal, número de teléfono, un dispositivo con cámara y buena conexión a internet, el IBAN de una cuenta europea de la que ya seas titular, y tu documento de identidad en vigor. 

Ten presente que la cuenta no tiene costes de apertura, mantenimiento o cancelación, y tampoco es necesario domiciliar ingresos; por lo que puedes abrirla sin coste alguno, y probar cómo funciona el sistema. De hecho, puedes recibir hasta un 2,5% TAE de remuneración durante el primer año, sobre un importe máximo de 70.000 euros. 

No obstante, puedes ampliar información sobre la gama de fondos disponibles en esta plataforma, mediante el siguiente enlace: https://myinvestor.es/inversion/fondos-inversion/ 

Como ves, ya tienes diferentes argumentos por los que considerar la inversión en sostenibilidad, y una amplia gama de fondos de inversión para analizar. Argumentos para todo tipo de inversor. 

Ahora solo resta echarle un vistazo al buscador de fondos, y analizar con detenimiento aquellos que puedan adaptarse a tus preferencias. Ya tienes tarea… 
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  1. #1
    04/04/24 14:42
    Excelente!! Gracias.