Los intereses creados es una obra de Jacinto Benavente que encierra una cínica visión de los ideales burgueses. La obra cuenta como llegan a una hostería, huyendo de pleitos, dos pícaros: Leandro y Crispín; para sobrevivir en la ciudad, deciden poner en marcha una arriesgada estratagema. Un fragmento de la escena primera momentos antes de que los dos pícaros (Leandro y Crispín) entren en la hostería:
LEANDRO.-Gran ciudad ha de ser ésta, Crispín; en todo se advierte su señorío y riqueza.
CRISPIN.-Dos ciudades hay. ¡Quisiera el Cielo que en la mejor hayamos dado!
LEANDRO.-¿Dos ciudades dices, Crispín? Ya entiendo, antigua y nueva, una de cada parte del río.
CRISPÍN.-¿Qué importa el río ni la vejez ni la novedad? Digo dos ciudades como en toda ciudad del mundo: una para el que llega con dinero, y otra para el que llega como nosotros.
Con esta forma de entrar en la ciudad, Crispín, fingiéndose criado de su compañero Leandro, logra que ambos prosperen en la ciudad donde ambos llegan sin dinero. Leandro se hace pasar por un adinerado noble bien vestido: “que nada importa tanto como parecer, según va el mundo y el vestido es lo que antes perece”. De esta forma Leandro y Crispín engañan al pueblo se casa con la hija de un acaudalado y tienen múltiples acreedores. Cuando se descubre la farsa el pueblo quiere llevarlos a la justicia a lo que Crispín responde ¿De dónde vais a cobrar vuestro dinero si así quitáis el crédito a mi señor? Por lo que el acaudalado padre accede a la boda de su hija le da una dote y cobran los acreedores.
Lapidaria frase que proclama Crispín triunfante a su amigo Leandro “¿Qué os dije señor? Que entre todos habían de salvarnos. Para salir adelante con todo, mejor que crear afectos es crear intereses.
En el caso de las crisis bancarias de gran magnitud los estados los apoyan para evitar el riesgo sistémico (to big to fail, demasiado grande para que quiebre) por lo que también se crean las dos ciudades de Benavente cuando los acreedores se unen para ayudar y no se hace para el pequeño.
En la Bolsa también hay dos bolsas la de los grandes inversores y la de los pequeños. El pequeño inversor no lo acepta pero no es lo mismo tener un buen paquete de acciones de un banco que da una ventaja adicional de seguir teniendo crédito para otras empresas del accionista que el que espera obtener un dividendo. No es lo mismo el holding constructor que invierte en una autopista para conseguir negocios adicionales de construcción que el pequeño inversor que espera alguna plusvalía.
Pero hay algo más que afecta más al pequeño inversor y son determinadas operaciones habituales en la bolsa.
Recordemos Terra. Colocó un paquete en el mercado a 11,85 euros y tres años más tarde hizo una OPA a 5,25 euros por acción; con lo que ganó una importante suma de dinero con la operación además de tener una gran cantidad de dinero sin pagar intereses.
No fue la única operación de este tipo, Tafisa también atrapó a muchos inversores. La hicieron bajar y mientras bajaba los pequeños compraban más acciones por aquel extraño argumento de promediar y cuando estaba abajo la empresa la recompra; la ley de Opa permitía hacer oferta teniendo en cuenta el precio medio de los últimos 6 meses, en este tipo de empresa este plazo de tiempo la cotización puede ser manipulada.
Además de otras que recuerdo como Vueling, Cintra, Metrovacesa y una larga lista de estos valores en que la matriz se ha beneficiado de los pequeños accionistas.
La última operación dura es la de Gamesa en la que se hace una ampliación de capital y los pequeños accionistas no tienen acceso a ella y teniendo en cuenta que se hace por debajo del valor de cotización eso representa un efecto dilutivo para el pequeño inversor y una gran ventaja para los grandes que compran por debajo del precio de mercado.
¿Sorpresa? No. En la Bolsa hay dos Bolsas como en la obra de Benavente, la de los grandes y la de los pequeños por eso no participo en lo que algunos dice que ser propietario de unas pocas acciones es ser empresario.
Tener unas pocas acciones no le convierten a un pequeño inversor en empresario como tener un piano no te convierte en pianista.
¿Todo son inconvenientes? No, Tenemos la flexibilidad que no tienen ni pueden tenerlos grandes por lo que si ellos nos utilizan con sus ventajas nosotros podemos utilizar el mercado con las nuestras
Para salir adelante con todo, mejor que crear afectos es crear intereses.