En el largo plazo todas las empresas sufren alteraciones provocados por su entorno, ya sea a nivel macroeconómico o simplemente sectorial. Hace varios años muchos hubieran citado dos sectores como inmutables: el inmobiliario y del petrolero. El sector inmobiliario podía invertir cualquier ciudadano porque era fácil y los inmuebles siempre subían de precio y el del petróleo porque siempre habíamos oído decir que como era finito, solo era cuestión de tiempo ver como se acababan las reservas de crudo y el mundo no estaba preparado para ello.
Actualmente ya sabemos cómo está sector inmobiliario y que ha pasado con el precio del crudo con una caída espectacular pocos días después de que prestigiosos informes, incluido el del FMI, predijesen la continuación de los altos precios del crudo.
Cuando llegan estos espectaculares derrumbes sectoriales lo que toca saber, o al menos reflexionar, es si son coyunturales o estructurales, es decir, si son producto de un exceso producción o de una estructura mucho más amplia. Por ejemplo, el sector inmobiliario ha sido fuertemente alcista durante mucho tiempo y ha tenido un par de etapas de bajas de precios o al menos de consolidación. Una a principios de los años 80 y otra después de las olimpiadas de Barcelona en 1.992. Por su característica de coyuntural, no hubo secuelas para los inversores de largo plazo y una vez que el mercado tuvo digeridas las existencias, el mercado inmobiliario volvió a ser alcista.
La situación actual es muy distinta. El mercado inmobiliario estaba fuertemente apalancado y todo el producto no era bueno, también lo había mediano y lamentablemente había bastante de malo. Actualmente los grandes inversores están muy posicionados en el producto bueno y el resto tendrá dificultades para comercializarse ya que el sector tiene un problema estructural.
El sector petrolero también pasa por un cambio estructural. Un nuevo sistema mundial en el precio del crudo hará sobrevivir solo a los más fuertes. Hace unos días una persona de Camerún me contaba los grandes cambios que vive su país. Los nuevos yacimientos de petróleo encontrados hacen que se estén posicionando las multinacionales y debilitando la política del país para un mayor beneficio propio. Estas tomas de posiciones por parte de las multinacionales en otros países son lentas y hasta que no estén posicionados no deben esperarse grandes cambios en el precio del petróleo, otra cosa será cuando tengan el control.
Repsol. Es una empresa de las de mayor tamaño del Ibex 35 y fuertemente afectada por el precio del crudo que como hemos visto es un problema estructural y no coyuntural.
Las empresas han de tomar decisiones coherentes y la coherencia no se basa en palabras bonitas y mensajes de ánimo a los accionistas, la coherencia consiste en saber que tipo de problemas tenemos para tomar decisiones. Los problemas coyunturales como como comentaba en el sector inmobiliario a principios de los años 80 o en el año 92 son consolidación de mercado y motivos para comprar. Los problemas estructurales son distintos, las empresas se juegan mucho, algunas veces se juegan su propia subsistencia.
Repsol ha presentado su plan estratégico, que no voy a comentar ni criticar por su gran amplitud y porque realmente muchas de esas cosas previstas había que hacer. Posiblemente serán positivos y necesarios ya que los acontecimientos lo exigen.
Pero si quiero resaltar una frase de la compañía que me crea desconfianza. “No esperamos cambios en la política de retribución al accionista” dicen sus directivos. Esta frase me crea más inquietud que tranquilidad. Si soy accionista de Repsol me importa el futuro de la empresa y me importa al 100 % de ella. No quedo tranquilo si me abonan un 8 % en concepto de dividendos; de tener acciones de esta compañía estaría más preocupado por el 92 % restante que se queda en su poder.
Por suerte esta retribución es un cuento mas ya que tratándose parcialmente de un scrip dividen, no sale dinero de la caja, por lo que si en lugar del 8 % deciden hacer un dividendo del 50 % es lo mismo, se emiten más papelitos y ya está, alguien los comprará. El dividendo de un año no deja de ser un triste objetivo, la meta en las empresas es un dividendo sostenido.
http://www.rankia.com/blog/analisisbolsa/2601618-scrip-dividend
Cuando hay un problema grave, lo mejor es afrontar la situación y decir: Sres.: el futuro de la empresa está en juego y no se puede pagar dividendo este año. De esta forma no pasa nada y el inversor ve más transparencia. Pero claro hay otros problemas que no son solo de balances y está en su núcleo duro que tiene un 20,58 % de Repsol. (Caixabank tiene el 11,69 % y Sacyr el 8,89 %). La Caixa hace ampliaciones de capital por las exigencias de Basilea en relación con los fondos propios y Sacyr tiene las acciones compradas con crédito, por lo que necesita ingresos para pagar los intereses.
También dicen que venderán activos no estratégicos, eso está bien, espero que sea así y que además no metan en la cazuela la gallina de los huevos de oro.
Además del Balance hay que mirar también quienes son los socios, esos compañeros de viaje que tienen fuerza y miraran por sus intereses y les interesan más sus problemas cotidianos que una inversión de largo plazo