A pesar del tiempo transcurrido desde que se produjo la gran caída de bolsa y arrastró incluso a los dos grandes bancos y la posterior espectacular subida de la cotización aun quedan medios de comunicación (cada vez menos) e inversores que esperan volver a ver las cotizaciones de estos bancos a los niveles del mes de Marzo del año pasado, supuestamente cuando se descubra de verdad que es lo que esconden estos bancos; no seré yo quien diga que eso no ocurrirá ya que en Bolsa puede ocurrir de todo, pero hay cosas que aunque son posibles son poco probables, creo que al que se le haya escapado esta oportunidad, simplemente es eso, se ha escapado y el sol sale cada día con nuevas oportunidades.
Un personaje característico de la Biblia fue la mujer de Lot, más conocida por ser la pareja del carismático líder sobrino de Abraham y ser castigada a ser convertida en estatua de sal por mirar hacia atrás al salir de Sodoma; su mirada hacia el pasado fue interpretada como añoranza a la vida pecaminosa de la ciudad y la poca confianza en el futuro que se les había prometido; el futuro es imprevisible, el presente efímero y el pasado es más manejable, lo interpretamos mejor y nos hace ilusión contemplarlo como si repitiéndolo pudiésemos cambiar o mejorar nuestras acciones erróneas. El actor italiano Vittorio Gasman decía que: había que tener dos vidas, una para ensayarla y otra para actuar; esto nos dice que nuestros errores ahí se quedan y todo lo mas que podemos hacer con ellos es aprender para una ocasión posterior; equivocarse no es un fracaso, no haber convertido en experiencia el error, si es un fracaso. Mientras tanto, durante esos meses, manos fuertes han tomado participaciones importantes en estos bancos y podemos destacar la compra del 1,17 % del banco de Santander por parte del NIMB fondo soberano noruego y es su inversión más importante en banca europea siendo uno de los principales accionista, a pesar de que fue una noticia importante pocos medios lo comunicaron.
El rechazo a las acciones de los bancos puede deberse a la falacia de la composición; sabemos que la banca, sobre todo los grandes bancos, han sido los grandes beneficiados por el gobierno de turno, han utilizado su poder con prepotencia y son los ganadores en muchos litigios por su gran poder, en sus grandes negociaciones no entramos los pequeños, pero hay que tener una cosa clara y se trata de que no estamos juzgando la catadura moral de los banqueros, sino las plusvalías que puedan generar como cualquier otra acción. En otro orden de cosas sí que podemos opinar sobre la falta de ética de los banqueros y hay mucho que hablar, pero eso no indica que las acciones del Santander deberían de volver a 4 euros por los problemas que esconden, que si que esconden, pero no hasta ese extremo. Mirar atrás añorando esas cotizaciones no nos llevará a nada más que quedar petrificados como estatuas de sal, pero en bolsa hay oportunidades cada día aunque nos ocurre como a Mark Twain que decía “solo veo una oportunidad cuando ya ha pasado”
Juego del siete y medio
Este juego de mesa consiste en pedir cartas y acercarse lo máximo posible a la puntuación de siete y medio, gana quien más se acerque pero se pierde en caso de pasarse; el jugador suele pecar de prudencia y no arriesga mucho esperando que se pase otro; en psicología de inversión se considera que es menor un error por omisión que otro en el que nos hayamos arriesgado y pasar de siete y medio; hay una asimetría en la forma de juzgar y está peor visto el error por acción que por omisión, así están las cosas y como no se esperaba una subida tan espectacular, creíamos que habría otra partida en la que después de una gran subida y un recorte en la cotización, tuviésemos un punto de referencia como efecto anclaje que nos permitiese entrar y participar de la fiesta; en el caso del Banco de Santander en aquel momento de la partida era arriesgado intentar hacer 7 y medio pero plantarse teniendo una carta muy baja era una mala opción; se creó una corriente de opinión demasiado poderosa para oponerse a ella y se exageró la posibilidad de que ocurriese un acontecimiento catastrófico, posiblemente ahora se esté dando el efecto péndulo y también tengamos sorpresas desagradables; cuando se aconseja la compra de una acción y el resultado es negativo, el recomendador suele sufrir amonestaciones del que ha perdido dinero, es curioso y corresponde a la psicología de inversión que nadie se sienta culpable por haber conseguido que otro deje de ganar dinero aunque fuese con aportación de datos que muchas veces no eran correctos.
Pero este juego del siete y medio es muy especial y así nos lo describía Don Mendo:
Y un juego vil
que no hay que jugarle a ciegas,
pues juegas cien veces, mil...
y de las mil, ves febril
que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!
Realmente es mejor perder una oportunidad que equivocarse, pero en esta ocasión posiblemente el problema ha venido de cierta prensa alarmista que decía que el valor de la banca era 0 euros, entonces si cotizaba a 4 euros el banco de Santander aun había que considerar que tenía un precio excesivo. En cambio ahora decimos “quien los pillara”.