La obtención del crédito es la única manera de comprar un coche, hacer un viaje, reformar la casa o estudiar en el extranjero. Otras veces el interés por solicitar un préstamo se centra en la facilidad para devolver en cuotas mensuales una cantidad de la que no se dispone en ese momento. En cualquier caso, uno de los datos que el ciudadano debe conocer al solicitar un préstamo es el dinero que necesita pedir al banco. Antes de hacerlo, es conveniente estudiar la capacidad de endeudamiento. La manera más sencilla de hacerlo es calcular el dinero que tiene en la actualidad, los ingresos fijos que recibirá en el futuro, los gastos mensuales a los que tiene que hacer frente y los posibles imprevistos.
¿Comparas ofertas entre los bancos?
Es aconsejable hacer este tipo de operaciones con tiempo. Esto permitirá al interesado acudir a varias entidades para informarse y conocer cuál ofrece mejores condiciones o qué bancos y cajas se adaptan de manera óptima a sus circunstancias personales. Aunque el abanico de posibilidades es muy amplio, es aconsejable acudir a los bancos y cajas tradicionales que están registrados en el Banco de España. En el caso de pedir dinero en empresas poco conocidas, hay que asegurarse ante las autoridades monetarias de que están autorizadas para realizar esta actividad.
¿Interés fijo o variable?
Uno de los aspectos que se debe valorar al contratar un crédito es el interés que se pagará y si éste es fijo o variable. Muchas veces es una cantidad que se negocia con el banco al contratar otros productos o si se aportan mayores garantías, como avalistas. El tipo de interés aplicado a un préstamos puede ser fijo o variable, según se mantenga o no constante durante el contrato.
Con el interés fijo el cliente será consciente del dinero que pagará en concepto de intereses desde el primer momento y hasta que salde su deuda. Puesto que el receptor del crédito no asume el riesgo de incremento del precio del dinero, el interés de las operaciones con tipo fijo suele ser superior al de las gestiones de tipo variable. Además, cuanto más se alarga el plazo del préstamo, mayor suele ser el tipo de interés.
Cuando el banco ofrece un préstamo a interés variable, los intereses que abona el cliente se pueden modificar durante el periodo de amortización. Se toma un indicador de referencia, que refleja el precio del dinero en el mercado y se suma un diferencial constante, un elemento fijo. Las cuotas se revisan en función de las variaciones del índice de referencia. Según evolucione el indicador, el consumidor pagará una mayor o menor cantidad de intereses.
Cuanto más corto sea el periodo de amortización del préstamos, menor será el riesgo de que los intereses suban. Si en el momento de contratar el préstamo el índice de referencia está muy bajo, el prestatario ha de ser previsor y pensar que en cualquier momento empiecen a subir, es preferible huir de cuotas que puedan endeudarle.
La Tasa Anual Equivalente
El tipo de interés no recoge el coste total que genera el préstamo, no incluye conceptos como las comisiones u otros gastos. La comparación entre las ofertas de diversas entidades o de diferentes créditos no se puede llevar a cabo si sólo se atiende al tipo de interés. Para este fin se utiliza la Tasa Anual Equivalente (TAE), que refleja el coste efectivo de un producto financiero, en este caso, un préstamo.
La TAE se calcula de acuerdo a una fórmula que tiene en cuenta el tipo de interés nominal, la frecuencia de los pagos, las comisiones bancarias y otros gastos o ingresos. Unos criterios para el cómputo de estos factores, en función de la naturaleza de la operación.
Las autoridades monetarias españolas establecen que las entidades están obligadas a informar sobre la TAE de sus operaciones en la publicidad que haga referencia a coste o rentabilidad.
Comisiones bancarias
Las comisiones bancarias son otro de los conceptos que requieren atención. El banco puede cobrar a quien solicita un créditos por una serie de servicios. el Banco de España señala los siguientes supuestos:
Comisión de estudio: la entidad realiza una serie de gestiones y análisis para comprobar que quien pide el crédito cuenta con solvencia suficiente para devolverlo. Es frecuente que el banco cobre un porcentaje sobre el importe solicitado.
Comisión de apertura: quien recibe el préstamo paga a la entidad bancaria por los trámites correspondientes a la formalización y puesta a disposición de los fondos prestados. Cuando el solicitante firma la operación abona los gastos de apertura, estipulados en un porcentaje sobre la cantidad que recibe.
Comisión por modificación de condiciones o por cambio de garantías: en el caso de que el cliente solicite que se cambie alguna de las características del préstamo y al entidad lo acepte, ésta puede exigir una comisión. La persona que ha recibido el crédito debe pagar al banco por los trámites que lleva a cabo en la modificación del contenido del contrato o en el análisis de riesgos que puedan suponer para la entidad los cambios solicitados.
Comisión por amortización parcial anticipada: la entidad cobra al cliente por los trámites administrativos correspondientes a las actuaciones que debe realizar y como compensación por el dinero que deja de ganar al no percibir los intereses por el capital que se amortiza de manera anticipada.
Comisión de cancelación anticipada: es un porcentaje que se debe abonar sobre el importe que se ha amortizado de manera anticipada o la cantidad adelantada.
¿Qué documentación debemos aportar?
Una vez que el cliente haya elegido la entidad en la que desea pedir el préstamo, debe aportar la documentación necesaria para que el banco estudie la solvencia del solicitante. Requiere certificados relativos a los ingresos del cliente, como la nómina, rentas periódicas, una declaración jurada de su patrimonio o un inventario de sus bienes.
En el caso de loso préstamos personales, la persona endeudada no responde con un bien determinado, sino que su patrimonio presente y futuro es la garantía d que lo devolverá. Si el banco considera que el grado de solvencia no es adecuado, puede desestimar la petición del cliente. Otro de los motivos que llevan a la entidad a no conceder el préstamo es el hecho de que el cliente figure en un registro de morosos o se hayan retrasado en el pago de las cuotas en anteriores ocasiones.
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