II. Invirtiendo en empresas de calidad
Mi queridísima abuela era un auténtico compendio de sabiduría y hervidero de frases célebres. Una de mis favoritas era: “no somos lo suficientemente ricos, como para comprar cosas baratas”.
¡Y cuánta razón tenía mi entrañable antepasado! Éramos una familia humilde y no nos podíamos permitir comprar un prenda de ropa cada mes. Había que comprar los vaqueros de la mejor calidad, y que luego nos aguantaran como mínimo 10 años. Mi madre, mujer previsora, en la preadolescencia ya los compraba 4 tallas más grandes, y posteriormente iba sacando cintura y camal, con hilo y dedal, como se construían los grandes patrimonios antaño.
Una vez adquirí una bombilla, por la urgencia, en un Bazar de procedencia oriental y dudosa calidad. A los tres días, se fundió. Fui a una ferretería de barrio y pedí la mejor que tenían. 10 años después sigue funcionando. ¿Cuál estaba cara y cual barata?
¿Qué es una empresa de calidad?
Lo que caracteriza a los “abuelaffetts”, Charlie y Warren es su increíble olfato para detectar negocios de altísima calidad. Esto es algo con lo que no se puede nacer, es una habilidad que sólo se adquiere con la experiencia y la humildad suficiente para aprender de los errores con el paso de los años y no volveremos a cometer. Se trata de elegir empresas con “Moat”, es decir con la magia de Disney, o la belleza de Ferrari. Por ello, en el arte de la inversión, uno es mejor estratega cuando más años lleva, y eso mis estimados amigos, es insustituible.
Una empresa de calidad es aquella que hace las cosas bien, todas o al menos la mayoría, desde limpiar los wc como una patena a remunerar adecuadamente a sus empleados, invertir en marketing, en merchandising, contratar a los mejores, cuidar y mimar a sus clientes, controlar sus procesos de fabricación, preocuparse por el medio ambiente, y como no, por el accionista.
Una buena empresa cuida a sus accionistas, y da valor a la acción con el paso de los años. Reparte un dividendo sostenible y razonable, en lugar de ingentes cantidades de Stock Options para sus directivos.
Cuando se juntan una empresa de calidad, y un buen negocio, como en el caso de LVMH, se resuelve la ecuación mágica del interés compuesto…
Fuente: Yahoo Finance
¿Cómo seleccionamos las empresas de calidad?
Los números son algo que hay que conocer: profits, margen bruto, PER, roce, deuda, book value, NAV, fcf y growth. No podemos fijarnos solo en uno, porque depende del Business, el sector y la empresa, el PER habitual puede ser 5 o 40. Si es 100, pues habrá que mirar por qué. Entre todos nos sirven para saber si las cifras son buenas y el negocio vale la pena, o son mediocres como la mayoría, y entonces mejor mantenerse alejados, como si de la peste bubónica del siglo XIV se tratase.
De este modo, utilizaremos ratios como los anteriormente mencionados para descartar inversiones que a priori pudieran parecernos interesantes pero la decisión definitiva, a mi modo de ver, no depende de estas cifras sino de circunstancias como son: la calidad del producto, el valor de la marca, la ausencia de competencia, el buen management y la capacidad de crecimiento en el sector que forman la parte cualitativa de la decisión inversora.
El DCF o Discounted Cash Flow, es un método de análisis y valoración muy común. Conviene hacerlo para tener una idea de qué precio a futuro tendrá la acción si el mercado se sigue comportando como hasta ahora. Si bien, es un dato poco relevante para seleccionar la empresa, porque todo depende de la “g” o tasa de crecimiento que pongamos, y de nada sirve mirar con el espejo retrovisor lo acontecido, para tratar de predecir el futuro.
Todavía recuerdo como hace años afamados inversores hablaban de lo gran inversión y barata que estaba Blackberry frente al “nuevo iphone” de Apple. Obviando que, como un buen amigo mío decía, que entrabas en el metro de Londres y solamente veías “Iphones”. La triste realidad es que aquella “magnifica inversión value”, que era Blackberry, languidecía en su cotización y lo barato continuó barato hasta la eternidad.
Fuente: Ycharts PER histórico de Blackberry.
Fuente: Yahoo Finance.
Desgraciadamente, videntes y prestidigitadores a parte, el ser humano no puede predecir el futuro. Lo único que está en nuestra mano es identificar si una empresa es excelente o no. Si lo es, deberemos invertir en ella con firmeza y dejar que componga. Si no lo es, mejor estar alejados, pues en el mercado, hay miles de oportunidades.
El que suscribe estas líneas ya ha pisado algunos negocios familiares, y también multinacionales. No es fácil detectar una empresa excelente, influyen muchos imponderables, como el valor de marca o la visión estratégica. Lo que si puedo garantizarles, es que cuando veo una empresa mediocre, la distingo a la legua.
No se trata de inventar la pólvora, ni de descubrir la penicilina. Simplemente, es sentido común, el menos común de los sentidos.
Sin otro particular, me despido de todos ustedes, esperando pronto poder obsequiarles con otro artículo que sea de su interés, en este, nuestro Foro, Rankia.
Atentamente,
Fdo.: Emilio (emgocor)
P.D. Para entender el Capítulo II de Compounders, se recomienda leer el Capítulo I:
Introducción a las Compounders:
https://www.rankia.com/blog/compounders/4446513-introduccion-compounders