Está visto que la incuria de nuestros políticos ha llegado al summum, ya no da más de sí. No me extraña que el PP no tenga muchas propuestas materiales que ofrecer porque al fin y al cabo, de un partido conservador no se esperan grandes reformas; menos del PP, que nunca presentó propuestas elaboradas y que toda su estrategia electoral viene basándose en el terrorismo de ETA (hasta cambió la autoría del mayor atentado terrorista de Europa por intereses electorales, porque no tiene discurso contra el terrorismo de corte islamista) y en las rebajas fiscales para los ricos. Pero que un partido que dice ser de izquierdas tenga que recurrir a ofrecer dinero para que se le vote es el colmo.
Y todavía dicen que es una medida fiscalmente progresiva, porque para los ricos cuatrocientos euros no suponen nada, pero para los pobres les supone mucho. Esto es un insulto a la inteligencia y a los pobres. ¿De verdad piensan que con un cheque de 400 euros la gente que no llega a fin de mes tiene la vida resuelta? ¿Con eso liquidarán su hipoteca? Y con 1.500 o 2.500 euros más, ¿creen que cualquier familia ya puede lanzarse a tener hijos? ¿Creen que lo que hace que una pareja joven se piense si puede o no tener hijos se arregla con ese dinero? Tan progresista es la medida que parece copiada de los programas de Reagan y de Bush. La progresividad, señores Zapatero y Solbes, consiste en pedir más dinero a quien más gana para poder prestar servicios públicos y promocionar a quien menos oportunidades tiene, no en dar lo mismo a todos y que cada uno se administre.
Como parece que los consejos que ese panel de estrellas internacionales que ficharon para elaborar su programa no les han gustado (es lo que dice mi madre: los consejos son como las feas, no los sigue nadie), voy a ofrecerles yo algunas ideas.
Si quieren que la gente joven pueda tener hijos, tienen que prolongar el tiempo de baja por maternidad por lo menos hasta nueve meses (el tiempo mínimo de lactancia que recomienda la OMS) y el de paternidad a un mes. Además, tienen que universalizar la oferta de escuelas para niños de 0 a 3 años, por supuesto gratuitas. Y que la excedencia por cuidado de los niños incluya la reserva de puesto de trabajo durante toda su duración.
Para que bajen los precios de los pisos y que los jóvenes puedan independendizarse y que todos puedan pagar su hipoteca, en lugar de darles una limosna, promocionen vivienda protegida. Dejen de habilitar suelo para vivienda a precio libre (que ya nadie compra, una vez que pinchó la burbuja inmobiliaria) y céntrense en la protegida, que es la que la gente puede pagar.
Para crear empleo y para que la tasa de actividad de la mujer se aproxime a la del hombre, pongan en marcha de una vez por todas, sin plazos plurianuales, la Ley de Dependencia. Abran miles de centros de día y residencias para ancianos y minusválidos, bien dotados de medios y de personal. Porque son las mujeres las que cuidan a ancianos, minusválidos y bebés. Y con esos centros, podrán liberarse y salir de casa. A seguir haciendo lo mismo, pero en centros dirigidos por las administraciones públicas, con expertos que las orienten, médicos, psicólogos y fisioterapeutas que supervisen a los usuarios y con una retribución digna. El dinero invertido en esto no es un gasto, es una inversión, porque esa creación de puestos de trabajo dinamiza la economía, al dar lugar a nuevos contribuyentes, cotizantes y consumidores.
Gasten una parte de ese dinero en medidas medioambientales: limpieza de ríos; depuración de las aguas negras y grises para poder reutilizarlas en riegos y usos industriales; plantación de árboles; limpieza de suelos contaminados...
Inviertan otra parte en salud: en la formación de más profesionales sanitarios (porque dentro de pocos años quedarán vacantes en los hospitales que no habrá con quién cubrir); en retribuirles bien, para que los que ya tenemos no se vayan a trabajar al Reino Unido o a Portugal; en crear nuevas plazas, para compensar las amortizadas y para que los centros sanitarios funcionen mañana y tarde y se acabe con las listas de espera. Y para que la sanidad sea un servicio público y no un negocio privado.
Inviertan en movilidad sostenible. Están bien las campañas por la seguridad en el tráfico, pero hay que poner también otros medios: si circulasen menos coches y camiones, habría menos accidentes. Para que circulen menos coches, hay que mejorar las infraestructuras que más se usan, lo que quiere decir menos AVEs y menos autopistas y más trenes de cercanías y talgos. El tren es ecológico (el de cercanías y el talgo, el AVE en principio, no). Y también es medida de lucha contra el cambio climático.
Inviertan en I+D+i. Eso sí que es inversión y no gasto. Cambiemos el modelo económico basado en el ladrillo, la ocupación de suelo, el asfalto y el kilowatio por otro basado en las nuevas tecnologías, en la eficiencia energética, en el ahorro, en la sostenibilidad.
Y no voy a seguir porque no me pagan para ello. Y tampoco me van a hacer caso. Así que yo no ofrezco dinero a nadie, pero sí pido el voto para quienes están por esas cosas que acabo de enumerar y algunas otras por el estilo. Para Los Verdes, para que empecemos a ser europeos.