Siempre me ha parecido que a la economía la mueve una fuerza de manera cíclica contra la que los políticos con sus medidas coyunturales poco pueden hacer, son pulgas en un elefante, aunque se pongan las medallas en los ciclos alcistas y se acusen unos a otros en las bajistas.
Y sin ser el único, el principal componente de esa fuerza es la demografía. Según el IVIE y la Fundación BBVA, España generará entre 7,2 y 9,6 millones de trabajos vacantes en los próximos 10 años debido a las jubilaciones, un efecto que ningún estímulo monetario o fiscal ha sido capaz de generar hasta la fecha.
Lógicamente el político de turno se atribuirá esa “creación de empleo” y usará las demagogias habituales, pero tengo curiosidad por saber qué hará para que dichas vacantes se ocupen. Dos datos al respecto:
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Necesitaremos formación superior: Tan sólo el 2% de los puestos vacantes serán de baja cualificación, siendo casi todos puestos de alta cualificación y correspondientes al sector servicios.
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Pero tenemos ninis: Dos de cada tres jóvenes desempleados de entre 18 y 24 años no realizan ninguna formación, y el desempleo en menores a 25 años supera el 50%.
Y lo peor es que sobre este desajuste sí que podrían haber actuado, y hablo en pasado: En tiempos de paz, una pirámide demográfica se mueve de manera altamente predecible y un gobierno previsor puede centrarse en adaptarse a dichos movimientos, aunque no pueda controlarlos, y así no tener que hacer los planes a dos años vista (mitad de mandato).
Como parece que no es así, ¿qué podemos esperar? Soluciones forzadas: Retraso de la edad de jubilación, peores pensiones, mayor inseguridad y al mismo tiempo mayores cargas sociales en proporción al PIB, todo bajo el pretexto de que los números “no salen” y que “la protección social es lo primero” (claro que es lo primero, por eso no hay que dejársela para el final).
Un apunte final: Esto ocurrirá con Podemos, con Ciudadanos, con los de siempre o con cualquier cama redonda que puedan imaginar. Son sólo pulgas en un elefante.