Los mercados de riesgo se toman un respiro tras el rally desde inicio de año al aparecer síntomas de debilitamiento económico en Estados Unidos y dilatarse el plazo para firmar el acuerdo comercial con China.
Situación Macroeconómica Global:
Durante la semana han venido sucediendo publicaciones de datos macro que han reflejado un deterioro en la economía de USA mientras que en Europa se han contenido los indicadores en niveles que muestran debilidad, pero no creciente. Sin embargo, China al igual que Estados Unidos se ha visto penalizada de nuevo por las disputas comerciales.
En este periodo hemos podido conocer la salud del sector servicios de varios países a través de la publicación del PMI. Los datos muestran que el sector consigue mantenerse con un dinamismo superior al del sector manufacturas, que se encuentra con una debilidad estructural por la desaceleración global y las disputas entre China y USA.
Todos los países analizados presentaron datos PMI en zona de crecimiento, si bien casualmente tanto China como Estados Unidos mostraron retrocesos desde el periodo anterior quedando en 51,1 y 56 respectivamente, aunque el PMI del ISM no manufacturero mostró un avance hasta el 59,7 en el caso americano. Entre los países en los que el sector servicios gana tracción tenemos a Alemania y Reino Unido y saliendo de zona de contracción a Francia e Italia. En España tenemos un ligero retroceso hasta el 54,5, aunque logramos situarnos por encima de la zona euro que ascendió a 52,8.
Si queremos considerar un espectro más amplio de la situación económica de la zona euro tenemos que fijarnos en el índice PMI compuesto que publicó Markit en 51,9. A pesar de que el sector manufacturas tira del compuesto a la baja, hemos apreciado una estabilización en ese sector aunque en entorno de contracción. El hecho de que haya conseguido contener su descenso unido al incremento de la actividad del sector servicios ha llevado a que veamos un repunte reciente esperanzador, tal y como se puede apreciar en la gráfica. Los operadores esperan que este sea un punto de partida desde donde el índice recupere el crecimiento tras el revulsivo que supondría para la economía global el cese de las hostilidades entre China y USA.
Fuente Datos: IHS Markit
Desde Asia nos llegó un sorpresivo dato de PIB japonés correspondiente al cuarto trimestre que se incrementó un 0,5%, mejorando desde el 0,4% previsto y 0,3% anterior. En la otra cara de la moneda tuvimos a China, que presentó una balanza comercial que descendió hasta mostrar un superávit de 4,12B$ cuando se esperaban 26,38B$. De forma desglosada tenemos que las importaciones chinas cayeron un -5,2% y las exportaciones se desplomaron un -20,7%, lo que alertó a los operadores y llevó a caer al índice de Shanghai un -4,4% en la sesión del viernes, lo que condicionó a la sesión europea. A pesar de la abultada caída en las exportaciones, debemos poner el dato en cierta cuarentena al coincidir con el periodo en el que el país celebró el año nuevo chino, ya que históricamente es un espacio temporal en el que se produce una bajada de la actividad comercial por dicha festividad.
En el continente europeo, Alemania nos volvió a recordar que el sector industrial se encuentra débil, al descender los pedidos de fábrica un -2,6% desde el 0,9% previo. En cambio, Italia mostró una mejoría destacable en su producción industrial de enero pasando del -0,7% al 1,7%. Dicha mejora italiana fue acompañada de la presentación de un PIB 4Q del -0,1%, mejor del esperado -0,2%.
También supimos que la desaceleración de la zona euro fue mayor de lo esperado en 2018 al haber tenido un crecimiento anual del 1,1% cuando lo previsto era un 1,2%. No obstante, los agentes económicos se alegraron al conocer que las ventas minoristas de enero ascendieron un 1,3% del -1,4% anterior, puesto que demostraba una cierta fortaleza en el consumidor y su confianza en la economía.
Otro sector que no está atravesando un buen momento es el de la construcción en Reino Unido, que mostró como su PMI bajaba hasta el 49,5, en zona de contracción. Algunos analistas se inclinaron por justificar el descenso ante la falta de visibilidad del proceso del Brexit y la desconfianza que está generando en las inversiones.
Finalmente, Estados Unidos ha terminado por mostrar síntomas de debilidad ante un entorno global deteriorado. A principios de semana, la aparición del gasto en construcción con un descenso del -0,6% cuando se esperaba un incremento del 0,8%, hizo saltar todas las alarmas. Los operadores, tras ver que los índices no conseguían superar los máximos y al constatarse el deterioro en la construcción, no dudaron en vender agresivamente puesto que interpretaron que Estados Unidos ya no era inmune al enfriamiento global y su economía estaba adentrándose en una etapa de contracción del crecimiento más acusada de lo estimado. A pesar de ello, el viernes se publicaron datos positivos que intentaron calmar los ánimos de los inversores sobre el sector de la construcción, con los permisos de construcción que arrojaron un ascenso del 1,4% y el inicio de construcción de viviendas nuevas que creció en un 18,6%.
Pero aun quedaría otro susto para los operadores desde USA. El viernes supimos que la creación de empleo fue de 20k personas cuando lo esperado eran 181k, siendo el peor dato de creación de empleo en un año y medio tal y como apunta Reuters (*1). Además, las horas trabajadas semanales descendieron de 34,5h a 34,4h, lo que no apunta a futuras contrataciones ya que los empresarios contratan cuando suben las horas medias trabajadas para evitar sobrecostes por horas extra. No obstante, aparecieron políticos estadounidenses apuntando a que posiblemente se revisase el dato, ya que al haber estado cerrada la administración gubernamental podría haber generado distorsiones en el mismo. El efecto fue que activó una oleada de ventas en los mercados de riesgo. Previamente durante la semana, supimos que la productividad no agrícola se había incrementado un 1,9% y los costes laborales un 2%, lo que muestra una estructura de estrechamiento de margen que no sería sostenible en caso de mantenerse y seguramente la FED lo esté monitorizando.
Guerra Comercial:
Hace varias semanas que no sufríamos la falta de noticias en este tema tan vital para los mercados de riesgo como es el del acuerdo comercial entre China y USA. La ausencia de noticias destacables, indicando la cercanía de la firma esperada, desalentó a los inversores a incrementar posiciones y aparecieron tomas de beneficios ante la pérdida del catalizador que ha subido a las bolsas mundiales junto con la parada de subida de tipos por parte de la FED.
Los delegados comerciales chinos se han apresurado a incidir en que están trabajando día y noche para alcanzar un acuerdo, en un esfuerzo para mostrar que están muy convencidos de que el camino para mejorar el comercio entre ambos países es llegar a un acuerdo satisfactorio (*2). Y precisamente en los detalles es donde está la dificultad con la que se están encontrando. USA entre otras muchas cosas, solicita que eliminen subsidios a los que considera competencia desleal y China no lo admite como práctica habitual, ya que indican que no está regulado por leyes. Ante dicha situación, el consejero de comercio de la Casa Blanca, Clete Willems, confirmó que quedaba mucho trabajo por hacer para alcanzar un acuerdo.
La semana pasada los operadores descontaban que la firma sería inminente e incluso se había barajado que sería sobre el 20 de marzo. Sin embargo, durante esta semana los ánimos se enfriaron al saberse que no habían planificado en las agendas ningún encuentro entre los máximos mandatarios de ambos países, ni tampoco se han planificado nuevos viajes entre las delegaciones comerciales a pesar de todo el trabajo que queda pendiente para alcanzar la ansiada firma (*3). Todo ello hizo que los ánimos de los operadores fuesen marchitándose a medida que avanzaba la semana y con ellos los índices bursátiles que sufrieron la mayor caída semanal desde finales de 2018.
No debemos olvidar que mientras no se alcance un acuerdo, muchas inversiones están paralizadas y los ratios macro se siguen deteriorando, por lo que contra más tiempo pase, más le costará a la economía volver a coger tracción puesto que partirá de un punto más bajo. Además, la valoración de las compañías se basa en las expectativas futuras en gran medida y por tanto, si las economías globales están mostrando un enfriamiento severo, algunas incluso entrando en recesión, y los índices bursátiles se mantienen altos, nos encontramos con una divergencia clara. Y, o bien se genera un incremento de intercambios comerciales que reactive la economía global, o podríamos encontrarnos con un entorno en el que la volatilidad se incremente de forma considerable en el medio plazo.
BCE, FED & Banco Central de China:
En la sesión programada del jueves, el BCE comunicó que mantenía los tipos de interés en el 0%, la facilidad de crédito en el 0,25% y la de depósito en el BCE al -0,4%, tal como se esperaba. Los operadores estaban expectantes ante los rumores crecientes sobre qué sucedería con los TLTRO que empezarán a vencer en 2020 y que podrían poner en apuros a bancos de la periferia, en especial los dañados italianos, por la obligación de hacer frente a dichas devoluciones. Por su parte Draghi, ante la situación de debilidad en la zona euro en sintonía con la de la economía global, comunicó que se realizaría una nueva TLTRO que en la práctica supone alargar la devolución de los vencimientos quitando presión al sector bancario.
Lo que en principio eran buenas noticias para el sector bancario y las bolsas, puesto que se inyectó liquidez al mercado, se tornó en preocupación cuando Draghi expuso sus nuevas previsiones. Estimó un crecimiento del PIB para la zona euro del 1,1% en 2019, 1,6% en 2020 y 1,5% en 2021, cuando previamente era de 1,6%, 1,7% y 1,8% respectivamente, del mismo modo también rebajó las expectativas de inflación ante un menor dinamismo económico (*4). A tenor de dicha desaceleración, Draghi comunicó que no se esperaban subidas de tipos hasta al menos finales de 2019, alargando los plazos de subidas de tipos una vez más. Como consecuencia, el sector bancario, que depende en gran medida de la subida de tipos de interés para mejorar sus resultados, recibió ventas agresivas y la eurodivisa bajó fuertemente frente al dólar.
Desde la FED incidieron en el mensaje de que mantienen su postura de “wait and see” antes de aplicar cambios en la política monetaria. Powell puntualizó que actualmente no resulta necesario realizar cambios, pero que están atentos a la evolución de la debilidad de la economía global y como está afectando a USA (*5). Asimismo, quiso tranquilizar al mercado ante el interés de la FED de reducir su balance vendiendo bonos y por tanto haciendo subir de forma indirecta los tipos de interés, especificando que se realizará de forma calculada y muy progresiva para que no genere un shock a los mercados y no afectar a las condiciones crediticias.
Durante la madrugada del sábado hemos sabido que los créditos en China bajaron abruptamente, tras un dato previo récord en la concesión de préstamos. El gobernador del Banco Central de China (PBOC) apuntó que en parte se debía a aspectos estacionales y reforzó el mensaje de tranquilidad agregando que aplicarían medidas para incrementar la facilidad de crédito, así como una posible rebaja del requisito de reserva (*6).
Petróleo:
A pesar de la creciente debilidad económica, el petróleo ha logrado sortear descensos en su precio debido a una menor demanda, gracias a los recortes en la producción pactados entre la OPEP y Rusia.
En el periodo analizado, los inventarios de petróleo según la EIA se incrementaron en 7,07 millones de barriles y los de gasolina descendieron en -4,22 millones. Según Baker Hughes, el número de plataformas disminuyó de 843 a 834. No obstante, la producción de petróleo en USA se ha mantenido en máximos de 12,1 mbd, lo que muestra que los puntos de extracción resultan cada vez más eficientes ofreciendo una mayor producción con menos puntos de extracción, lo que supone una amenaza creciente para el petróleo de la OPEP.
Fuente datos: EIA, Baker Hughes
Conclusiones:
Los operadores se han encontrado con una semana en la que ha habido escasez de noticias que mostrasen avances en las negociaciones comerciales entre China y USA, y sin embargo sí se han sucedido datos macro que mostraban el deterioro de la economía China, el enfriamiento de la economía estadounidense y la lucha de Europa por mantenerse en una actividad económica baja. Ante dicho escenario y dada la gran revalorización experimentada por los índices bursátiles desde inicio de 2019, los inversores optaron por replegarse, relajando la sobrecompra que arrastraban los mercados de riesgo.
Durante la semana nos hemos encontrado varios bancos centrales que están haciendo esfuerzos por apuntalar la economía inyectando liquidez. Exceptuando la FED, que incrementó tipos y tiene margen de maniobra, tenemos que el BCE se enfrenta a una desaceleración de la economía con los tipos en 0% y que China pretende reducir los costes para pequeñas y medianas empresas en un entorno en el que los bancos no desean prestar por posibles insolvencias. La sensación entre los agentes económicos de que hay focos en los que la calidad crediticia se puede poner en peligro es creciente en el país asiático, en caso de que la economía global y china no repuntasen de forma consistente.
El lunes, D. Trump presentará el presupuesto federal y se descuenta que tendrá problemas para salir adelante. Tenemos que considerar que el presupuesto arrastra un déficit importante que no ha atajado, y para corregirlo, el mercado baraja entre las posibilidades una subida del techo de deuda para evitar un bloqueo de la administración o reducir las rebajas fiscales que D. Trump dio a las empresas, entre otras. Mientras la economía crezca a un ritmo alto, es sostenible un incremento de deuda proporcional, pero una deuda de 22T$ con déficit de 900B$ para 2019 y un PIB en el que el crecimiento esté en descenso, no lo sería (*7). No olvidemos que las bolsas americanas gozaron de grandes revalorizaciones al calor de las rebajas fiscales, que en caso de desaparecer o incrementarse la carga fiscal, se incluiría rápidamente en las valoraciones de las empresas USA haciéndoles retroceder posiciones.
Y como punto más importante a tener en cuenta, estaremos muy pendientes de las noticias que puedan aparecer entre los delegados de las negociaciones comerciales entre USA y China. Por ahora, la esperanza de que el acuerdo reactive la economía global está soportando a los índices, que procuran minimizar el impacto de los datos macro en las cotizaciones de los mercados de riesgo. Sin ese paraguas que nos ofrece la esperanza de la mejora económica, posiblemente tendríamos una volatilidad más elevada a la actual.
Twitter: @ivanftoril
(*1) U.S. February job growth weakest in nearly one and a half years
(*2) China says working with U.S. day and night to get trade deal
(*3) Trump team has no plan to go to China for trade talks
(*4) El BCE reduce las previsiones de crecimiento e inflación para la zona euro
(*5) Fed's Powell says no immediate policy responses needed to economy
(*6) El banco central de China promete más políticas de apoyo mientras caen los préstamos
(*7) Trump's budget to land with a thud on Monday