Corría diciembre de 2018 cuando parecía que se iba a terminar el mundo, los mercados empezaron a caer como si no hubiese un mañana, la gente enloquecía en los noticiarios y nuestro mejor indicador nacional, Matías Prats, abría el informativo con un titular de lo más interesante. “El pánico se ha apoderado del Ibex está mañana, conectamos en directo con…” y señores, lo digo muy en serio, esté es el mejor indicador que tenemos.
Pero vayamos por partes, ¿qué ha pasado? Para que los mercados, desde mediados de diciembre, hasta comienzos de enero se desplomasen. Pues la respuesta es sencilla y probablemente les sorprenda, nadie lo sabe, y voy a repetirlo, nadie lo sabe. Así de simple.
Entremos en materia pues, a mediados de diciembre el mercado empezó a convulsionar de una manera complicada para muchos ahorradores, el DJ estaba sobre 24.600 puntos y desde ese punto se desplomó hasta hacer un mínimo en los 21.600, oh my god, parecía que un nuevo crack volvía y que la crisis del 29, 2000 y 2008 serían una broma. Pero al final después de ese mínimo, no solo se recuperaron la caídas, si no que ahora estamos en la zona de los 25.300 puntos. Una subida en un mes justito del 17%, solo con esa subida podemos retirarnos y dar el año por cumplido.
Muchos dirán “pero eso es cosa de los yankis” y posiblemente, pero veamos nuestro índice nacional, ese que tanto gusta al ahorrador medio de nuestro país, siempre que sea cliente de la banca retail, por supuesto. A mediados de diciembre nuestro selectivo estaba en la zona de los 8.800 puntos, para marcar un mínimo en los 8.300 más o menos, esto supone una caída del 5,5%, suficiente para que Matías Prats empiece el informativo alarmando a los pobres ciudadanos. Tras esto estamos ahora en los 9.000 puntos, algo como un +8% desde que empezó el año. Nada mal.
En mi opinión existen varios factores para que, a simple vista, sea más difícil tener movimientos amplios en los índices de este país, y europeos en general, frente a los movimientos que se dan en USA. Aquí tendemos a descapitalizar las empresas, los índices y cualquier cosa en la que invertimos, somos unos yonkis de los dividendos, ¿realmente el inversor medio de este país puede hacer un asset allocation más eficiente que un empresario? Y no hablo de empresas como Iberdrola, Repsol, Telefónica, BBVA… esas ni tocar, y si tenéis acciones, ¡prendedles fuego! Porque son basura. Hablo de empresas como Gigas, NBI, Masmovil, Prosegur… hablo de las buenas. Empresas que no creo que deban repartir ni un euro de dividendo, y que me consta, que si lo hacen es porque sus accionistas lo desean como vampiros ávidos de sangre.
Otro de los factores que tenemos que hacer España un lugar donde los movimientos bursátiles son tan simplones es el miedo, aquí parece que reina el miedo, o el desconocimiento financiero, no lo sé, porque cuando te paras a preguntar por las inversiones típicas todos te sueltan la misma lista, blue chips o txitxarros, BBVA o Abengoa, Iberdrola o Pescanova, Repsol o Quabit, y así hasta completar las “típicas” pero nadie es capaz de invertir su dinero en empresas con un gran potencial y grandes proyecciones a futuro, por miedo, porque no es lo que les recomiendan en el banco de debajo de sus casas. Eso simplemente sirve para que no se supere la inflación y que les frían a comisiones en su banco de toda la vida.
Por lo tanto, y para no alargar esto, dos conclusiones muy sencillas, los malos no son tan malos, ni los buenos tan buenos, sean escépticos siempre, busquen más lejos que debajo de su casa y compren con la cabeza, no porque les caiga bien el tipo del banco. Y leer todos los días, ver menos la tv y sobretodo no ver noticias sesgadas ayuda a no tener tanto ruido a la hora de invertir y tomar decisiones sensatas.