Tenía, hace ya días, intención de “reajustar” este post de septiembre de 2011, http://www.rankia.com/blog/economia-domestica/938090-apliquemos-minimo-sentido-comun-nuestro-dinero , que a pesar de su poca antigüedad, han ocurrido muchas cosas desde entonces, demasiadas cosas y no precisamente buenas para el ahorrador medio, como la explosión de los híbridos financieros y la constatación de sus defectos o limitaciones (preferentes y deuda subordinada) .
El motivo de su publicación sigue siendo igualmente válido.
Añado de nuevo que soy plenamente consciente de que no voy a descubrir nada, ni informar de nada que, al menos en general, no sepamos la mayoría de los ciudadanos.
La banca de antaño
No hace tanto años que el negocio bancario era muy simple y entendible por toda la ciudadanía, se trataba de “comprar” dinero a los depositantes a un precio determinado y “venderlo” a un precio superior a los usuarios de préstamo, crédito y otro tipo de financiaciones, y con este margen de “intermediación” conseguir el pago de los gastos de funcionamiento y el beneficio que toda empresa debe conseguir, con lo cual si buscamos las hemerotecas de las crisis bancarias, básicamente todas tenían un denominador común, la morosidad, a finales del siglo XIX por la financiación del ferrocarril en sus inicios y cuyos ingresos nunca llegaron a cumplir las expectativas. Si nos venimos más cerca, la crisis bancaria de los años 70 – 80 de siglo pasado fue con un motivo similar, la morosidad, aún cuando el control del Banco de España era férreo, no permitiendo concentraciones de riesgo (controlar que un grupo empresarial no tuviera cifras de deuda relevantes con banco alguno), sin embargo volvió a ocurrir, en menor medida pero volvió, incluso en la última intervención bancaria del siglo pasado, la de Banesto, el motivo fue también por la morosidad, combinado o apoyado con una posición como accionista en empresas no bancarias, la “Corporación Industrial Banesto”.
http://www.aehe.net/2012/01/dt-aehe-1201.pdf
http://www.bde.es/webbde/es/secciones/prensa/intervenpub/archivo/villasante/sup200306.pdf
La banca actual
Hace años que la banca dejó de limitarse a la “compra – venta” de dinero ajeno, debido a la necesidad de mayores ingresos, ante una caída brutal de los márgenes de negocio fruto de la competencia de este sector, que como todos está sujeta a ella, y empiezan a “fabricarse” productos que difieren bastante de la banca tradicional, ello para poder ofrecer rentabilidades o expectativas de rentabilidad superiores a lo que suponía el mero “compro a 3 y vendo a 6, y con este margen hago funcionar mi negocio”, como por ejemplo los depósitos estructurados cuya rentabilidad va ligada a la evolución del un índice bursátil, una cesta de acciones, incluso algunos llegaron a ofrecer rentabilidades en función de la posición de un equipo de futbol en la liga española, lo cual debemos convenir que es … digamos … muy curioso http://economia.elpais.com/economia/2005/11/25/actualidad/1132907577_850215.html , o depósitos garantizando el interés pero no el capital, si, si garantizando la rentabilidad, lo cual también es contrario, en mi opinión, al sentido común , si bien esto nunca fue comercializado de forma masiva.
Paralelamente a todo ello ha ocurrido otra cosa que va contra cualquier ortodoxia contable y financiera, se trata de prestar dinero descuadrando los plazos de cobro de los préstamos con los de la devolución del dinero de los depositantes. Me explico, porque dicho así me temo que no lo entiende casi nadie:
La banca no solo toma el dinero de los ciudadanos o empresas digamos “normales”, también puede recibir dinero de otros bancos y cajas de ahorro (españolas o extranjeras) en forma de préstamos como por ejemplo en el mercado interbancario, si bien esto es muy corto plazo (días, semanas o meses como muy largo) o emitiendo deuda que suscribirán fondos de inversión, bancos con excesos de liquidez, etc., y este tipo de emisiones se hacen a 3, 5, 10 años ….. pero si la idea y tal como se ha desarrollado, ha servido para conceder préstamos hipotecarios a 25, 30 ó más años, ya se observa de entrada que el vencimiento de la deuda emitida no cuadra con el destino de este dinero, y a su vencimiento (3, 5 ó 10 años) no quedará más remedio que renovarla por otro periodo similar, porque no se puede pedir a los hipotecados que devuelvan su dinero antes, porque existen unos contratos que respetar. Esto en momentos de expansión económica no es ningún problema, incluso me atrevería a indicar que los de estancamiento tampoco, o al menos no es demasiado grave, pero en una crisis tan profunda como la presente, esto de la renovación es un problema serio, y más si la solvencia del banco o caja que tiene que pedir la renovación se ha visto afectada, entonces es cuando los problemas de liquidez aparecen de forma automática.
Por si fuera poco problema, esta crisis ha demostrado que la proporción entre recursos propios de las entidades financieras, su capital, reservas (beneficios acumulados, en su parte no distribuida a los accionistas, o a la obra social en el caso de las cajas de ahorros), la prima de emisión de acciones, y otros conceptos considerados capitalización o patrimonio neto (*), y lo que es deuda a terceros (depositantes, emisiones de deuda, etc.), era insuficiente, y para mejorar esta demostrada “desproporción” el regulador, sea a través del Banco de España o instruido por el Banco Central Europeo, las exigencias de capitalización se han incrementado, si a ello le sumamos que vía beneficios, en unos momentos que se reducen considerablemente, no es posible cubrir estas exigencias, tenemos ya la tormenta perfecta.
(*) A estos efectos los híbridos financieros como las participaciones preferentes o la deuda subordinada computa como capitalización.
Entonces ante el sombrío panorama los “pensadores del ático” tienen que empezar a buscar soluciones, y me parece que estas en primer lugar al cliente solo le tienen en cuenta a los efectos de analizar cuantos miles de millones se podrán colocar del nuevo producto financiero, y la forma de conseguirlo al menor coste posible.
Procede anotar, además, que cuando se crearon los Fondos de Garantía de Depósitos, que existen en todo el mundo occidental, en España son 100.000 € por titular y entidad financiera, al margen de otros fondos de garantía como los casos de seguros o fondos de inversión, la idea era cubrir eso “los depósitos de los clientes”, y supongo que no se pensó en la posibilidad de existencia de productos financieros sofisticados que escaparan de dicha garantía, pero la tecnología avanza en todos los campos, en el bancario también. ¿La banca tiene interés en dejar a algunos clientes desprotegidos? No, supongo que ninguno, el problema es que es dicha banca la que aporta su prima al estilo de lo que sería un seguro, y por tanto su aportación al fondo de garantía lo es en función del saldo de deuda a favor de los clientes, con lo cual, interés en dejarlo fuera, pues no, pero si vende productos que no están garantizados, se ahorra esta prima o aportación al fondo.
Últimamente vemos diversas consultas en relación a los pagarés bancarios, esto no es ningún invento nuevo, de hecho hace décadas que se utiliza en el tráfico mercantil (entre empresas) para pagar a plazo (una fecha determinada, un suministro facturado por ejemplo hoy), yo no recuerdo cuando se volvió a utilizar masivamente este instrumento cambiario, pero me parece que hasta 1985 estaba en desuso, y en su lugar se firmaban letras de cambio, pero el invento procede de la edad media. http://www.el-pagare.es/index.php?option=com_content&view=article&id=2&Itemid=3
Este instrumento no cuenta con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos, lo cual no significa que sea un producto para no contratar, solo que debemos conocer esta característica, su ventaja es de rentabilidad, normalmente superior a un depósito bancario tradicional, ello porque el emisor no tiene que aportar nada al fondo en relación a estas emisiones de deuda.
Al final vuelvo a recordar lo que ya indiqué en el post anterior, algo ampliado:
1 - No meter nuestros ahorros en productos que no seamos capaces de entender.
2 – Desterrar completamente la costumbre de firmar cuando nos ponen en la mesa un paquetito de folios, indicándonos “firme aquí”, lo que se firma hay que leerlo y entenderlo, si no es así, la abstención creo que es lo más recomendable. Yo personalmente no acabo de suscribir en su totalidad una frase ya famosa en Rankia que dice “el banco no es tu amigo”, y no la suscribo, porque vale, en el banco la idea no es hacer amistades, pero de ahí que cualquier bancario tenga in mente, meterla doblada, sería faltar a la verdad, lo que si ocurre es que la presión comercial de colocación de productos, y los salarios variables para ello existen, y esto a veces supone la perversión del sistema.
Esto de firmar sin leer, no es un asunto a aplicar solo en los contratos bancarios, debe desterrarse en todos los ámbitos de la vida económica de uno.
3 – El comercial bancario no es el banquero, es un empleado de éste, y no siempre conoce o tiene toda la información del producto, tiene la que le sirve para la comercialización, pero no siempre repito, un completo conocimiento del producto.
4 – Hagamos un “test” de mercado, veamos que ofrece el banco vecino versus del nuestro. Tenemos que considerar que las grandes empresas (del ramo que sea) tiende a vender “commodities” (lo mismo al mismo precio, o similar), con lo cual por un producto similar las diferencias de rentabilidad no a va ser muy relevantes, si alguno pasa de forma asombrosa de la media de los demás, nuestras preguntas deben der muchas, y sus respuestas deben ser muy convincentes.
5 – Atención a los plazos, no siempre un producto tiene liquidez antes del su vencimiento.
6 – Las prioridades siempre son:
Seguridad
Liquidez
Rentabilidad
A partir de ahí cada uno, ponderará lo que crea más oportuno, sin embargo si se prima lo último, la rentabilidad, no nos quepa duda alguna que es contra algo de liquidez o seguridad, como decía uno “todo no puede ser, y además es imposible”
http://www.youtube.com/watch?v=42kSNCmzPIs&feature=relmfu , si, si, ya lo sé, soy un jodido "carca" musical, pero no lo puedo remediar ....
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