A lo largo de la semana he estado esperando el levantamiento del veto a los cortos en valores españoles como agua de Mayo. Y es que la bolsa no para de subir y yo, en cambio, soy de la opinión de que no debería parar de bajar. La realidad es tozuda y lo cierto es que quien comprara en los momentos de mayor pánico de agosto del año pasado se ha hecho con un buen paquete a un muy buen precio. Pero mi estudio de la situación así como mi más profunda intuición me dicen que esto va "p'abajo" otra vez.
Para aprovechar esa fase bajista que suponía ya sería legal desde la tarde del jueves pasado, me decidí por especular con un instrumento denominado CFD sobre ibex vendiendo un pequeño número de ello. Antes que nada quiero advertir al respetable de que la operación no es peligrosa, no, sino lo siguiente. Los CFDs mal manejados con armas de destrucción masiva y no deben sea utilizados antes de comprender bien como funcionan. El caso es que me decidí por ponerme corto desde el mismísimo primer minuto de la jornada del viernes, cuando ya se notarían los efectos del levantamiento al veto. Introduje el jueves por la noche una orden de venta de 5 CFDs sobre íbex a precio limitado y con stop ajustado para perder, si no había gap de apertura al alza, un máximo de 60€ si saltaba el stop. Una vez decidida la operación a ejecutar que mi intuición ordenaba, pasa lo que no debe pasar en estos casos: Te asaltan las dudas.
Y es que las dudas sirven para pensar y repensar antes de tomar la decisión, pero deben desaparecer justo después de tomarla y volver a aparecer si y sólo si realmente la situación lo merece por cambio, imprevisto o cualquier otra razón de peso. El caso es que me dejé dominar por ellas. Por ejemplo, que pasaría si la jornada es alcista en vez de bajista, si debería entrar a mercado y no en limitada, etc. Y modifiqué mis planes sobre la marcha, cancelé la orden de venta tomada media hora antes y decidí irme a la cama a meditar con la almohada.
No descansé gran cosa. Entonces no lo sabía, pero mi agitación nocturna procedía de haber traicionado mi propia forma de proceder.
El mismo viernes por la mañana estuve más o menos pendiente de la evolución del índice, de como abrió con gap a la baja y siguió bajando... y entonces entré sobre la marcha. Por supuesto pasó lo que pasa en estos casos en que traiciones tu plan: Al poco la operación se vuelve en tu contra. Saltó el stop y perdí 50 euros. Bueno, lo esperable. Volví a repetir el corto y esta vez casi compenso los 50 euros. Viendo las cosas ya un poco más claras volví a tirar cortos una vez el ibex había recuperado gran parte de la joroba del inicio de la sesión, pero entonces siguió subiendo y subiendo... ¿Y qué se debe hacer en estos casos? Dejar que salte el stop.. ¡Pero iba sin stop! ¿Qué diantres estaba pasando? Pasé en 12 horas de tener un plan de entrada con stop a no tener plan y no tener stop, la situación era bastante peliaguda y peligrosa. Así que...
¡Compré CFDs por el mismo valor de los que tenía vendidos! La situación se volvió un poco absurda porque, hiciera lo que hiciera el índice, la pérdida se mantenía constante (aunque al menos no crecía). Claro, sumas ventas y compras y da cero, pero yo iba ya con pérdidas latentes. Y por fin, en un ejercicio de irracionalidad estupenda me decidí a cerrar la posición y quedarme... largo. Eso sí, con stop.
Perdí 517 euros cuando saltó el stop. No es gran cosa, lo admito. Pero duele. Y lo que más duele no es perderlos sin más, sino haberlos perdido traicionándote a tí mismo. Repasemos la magistral jugada:
Solrac decide, basándose en análisis propios y ajenos, intuición y A.T. a partes iguales, ponerse corto contra el íbex y para ello da una orden de venta de CFDs sobre el índice con su stop correspondiente. Hasta ahí la jugada puede salir bien o mal, pero al menos es tu propia jugada. Ahora bien, todo lo que hice a continuación desde que tomé esa decisión fue un error tras otro:
- Dudar de mi decisión demasiado pronto por razones muy endebles.
- No descansar bien debido a las dudas.
- Tratar de entrar sobre la marcha desoyendo al plan inicial.
- Ir sin stop en CFDs sobre índices, altamente apalancados, por poco que sea el tiempo que estés en esta situación.
- Realizar demasiadas operaciones para restablecer inútilmente la situación de partida. Este punto no es baladí, en total fueron cuatro cierres de operaciones y el spread de mi broker es de 8 euros. Así que son 4x8=32 euros que se han ido a la cuenta de mi bróker en lugar de a mi bolsillo. Con el plan original hubieran sido tan sólo 8 euros, no 32.
- Y sobre todo... traicionar mi propia decisión, poniéndome finalmente largo cuando yo lo que realmente quería era ir corto. En realidad quiero ir corto por unos meses.
Quería compartirlo con todos mis lectores por dos razones: Para dejar escrito en algún lado lo burro que puede ser uno, por muy listo que uno se crea y también para que a alguien le sirva mi sucesión de errores para no repetirlos.
En cuanto al íbex, sigo viéndolo para corto, muy corto y volveré a entrar. Pero esta vez siendo fiel a mí mismo. Y cuando vea la oportunidad en un índice en el que mi broker se lleve 2 euros en vez de 8 (como el DAX), lo haré también.
El ibex abrió a 8.233,4 y cerró a 8.229,7. Suponiendo que hubiese cumplido el plan primigenio y vendido como muy tarde al final de sesión, habría perdido sólo 17,5 euros spread incluído, frente a los 517 de mi primer y doloroso desfloramiento.