Me fijé en GM gracias a un informe trimestral del fondo de David Einhorn, Greenlight Capital.
GM cotiza a PER 6-7, su pay-out está por debajo del 25% y la relación por dividendo es mayor del 4%. No parece que vaya an a decrecer sus beneficios sino justo al contrario.
Ya saben que no soy partidario de invertir a largo plazo en la industria de automoción fósil. Debido principalmente a que el motor de combustión interna es una tecnología ya obsoleta a la que hay que poner todo tipo de parches en la salida de gases para que las grandes ciudades no se conviertan en calderas llenas de humo cuando no llueve (y ni así), creo que es un sector industrial muerto pero aún no enterrado. Un muerto viviente que aún no sabe que está muerto.
Pero creo que las (tristes) palabras que dijo Trump antes de reunirse con los automakers principales de EE.UU. van a impulsar la cotización de las tres, GM, Fiat-Chrysler y Ford, durante los siguientes meses (aún más), por lo que sí me muestro favorable a especular con ellas ahora. GM en particular cuenta con la ventaja de unos ratios muy buenos ahora mismo.
Aunque preferiría entrar vía acciones, las puts de GM están a mi juicio a precios atractivos para ser vendidas. Cotizando ahora mismo la acción en el entorno de los 37, se pueden encontrar:
- Enero 2018 strike 35 con prima 3,5$ que proporcionan un 10% rentabilidad, más del doble que el dividendo.
- Enero 2018 strike 30 ofrece una prima de 1,81$ que da una rentabilidad incluso mayor a la del dividendo, pero con un margen de seguridad del 23% sobre el precio de la acción.
- Junio 2018 strike 35 con prima de 1,68$ que ofrece una rentabilidad incluso superior a la del dividendo anual pero en la mitad de tiempo y un margen de seguridad del 6% sobre el precio de la acción.
Sin embargo, si se decide entrar en el accionariado y así cobrar un por ahora sostenible 4,1% RPD que creo va a ir a más, no conviene dormirse en los laureles. Me temo que a medio plazo la desregulación de Trump en la industria del motor americana en materia de seguridad y medio ambiente supondrá un formidable salto atrás en innovación en estos fabricantes, lo que acelerará el entierro del motor de combustión interna. Los fabricantes americanos de coches van a ser alimentados con potitos infantiles durante los próximos años de tal forma que, cuando tengan que comerse un correoso filete, harán pucheros para que se le mezcle en la batidora junto con las patatas fritas pues sus muelas no serán capaces de trabajar.
En los años ochenta, poco después de la primera crisis del petróleo y en el momento culmen de la segunda (Guerra Irak-Irán) los coches japoneses invadían USA, incluso con fuertes aranceles en contra, debido a su manejable tamaño, alta tecnología y reducido consumo de carburante. La gente prefería comprar los productos más avanzados y que solucionaran mejor sus problemas, siempre ha sido así. Es curioso como proliferan los coches coreanos en España, a precios más bajos que los europeos, proporcionando muchos más años de garantía (hasta 7 años en el caso de Hyundai) y todo ello a pesar de pagar fuertes aranceles para poder acceder a la UE.
Creo que la historia va a volver a repetirse si este hombre sigue en su línea. Trump piensa que las regulaciones ambientales y de seguridad son perjudiciales para la industria del motor, cuando es justamente al revés. Hoy día un coche de cualquier segmento cuesta exactamente lo mismo que hace cinco, diez o quince años aún con la inflación de por medio, pero trae todo tipo de dispositivos y sistemas para consumir menos combustible, como el start&stop, su motor es más eficientes, hay seis air-bags donde antes no iba ninguno, incorpora asistentes de aparcamiento, pantallas de entretenimiento, navegador integrado, EPS, ABS, tracción total... etc. Estas regulaciones han traído esta serie de mejoras tecnológicas que hacen a los coches más competitivos, más atractivos, en resumen más avanzados y por tanto más vendibles (y a los consumidores más propensos a jubilar los coches antiguos). Y creo que con el dieselgate de Volkswagen vimos muy claramente un contraejemplo. Y ahora, después de la que se ha formado con Volkswagen y tras asistir a una conversión de este fabricante líder mundial que ni Saulo, ¿van los americanos a volver atrás? Mal, lo veo muy mal para ellos. Curiosamente estos fabricantes resurgieron gracias a Obama y su rescate tras un nefasto 2008. A cambio se les obligó a volverse más competitivos, por ejemplo tratando de consumir menos combustible. Ironías de la vida.
Otro motivo para no confiarse y permanecer en una GM a precios altitos, si es que sube, es que cuando me empeño en juntar todos los puntos de la ecuación económica de Trump me sobran piezas del puzzle por todos lados. No entiendo como se puede conseguir que un país cuya moneda, el dólar, es la divisa de reserva por excelencia, y por tanto expuesta al Dilema de Triffin (razón por la que Nixon abandonó el patrón oro en 1971, diez años después de que este economista lo predijera), puede reducir su déficit comercial o incluso llegar a superávit, seguramente el sueño húmedo de Trump, incrementar a la vez el número de trabajadores en el sector induatrial en una nación ya cerca del pleno empleo con sólo un 5,2% de paro, contener la inflación e impedir que los inmigrantes cubran la necesidad de llenar esa demanda futura de puestos de trabajo, todo ello a la vez. Lo mire como lo mire, y tras darle muchas vueltas siempre veo a la FED subiendo tipos a lo grande. Y cuando se acaba subiendo tipos se cambia de ciclo económico. A esto es a lo que podría llevarnos el mercantilismo infantil de Trump, pues eso creo que está pasando. Si alguna vez Trump estudió macroeconomía es muy posible que no pasara de ese capítulo de la historia económica.
Pero espero también que esta actitud, a mi juicio errónea, del presidente de los Estados Unidos tire abajo de una vez la cotización de Tesla, ¡no hay forma de hincarle el diente a buenos precios!
Sean prudentes, la incertidumbre es máxima pero las buenas empresas seguirán haciéndolo bien.