Fabrizzio es jefe de compras.
Durante una charla desenfadada de amigos, me contaba lo mal que lo había
pasado de niño, a raíz de la actitud laboral de su padre.
Su padre Enrico, era frutero en Sicilia.
Cada dos días, a las 05:00 am acudía al Mercado Mayorista de Palermo (Sicilia),
a comprar género para su pequeño negocio.
Fabrizzio narra:
" Yo era sólo un piccolo de ocho años, madrugando como un bendito, pero que vergoña!
A mí no me importaba levantar temprano, lo que me martirizaba, era ir a pasar vergoña,
acompañando a mi Padre.
Mi Padre Enrico iba puesto por puesto, seleccionando los mejores :
- A cuanto las fresas?
- A 10 €/kg-
- Te ofrezco 5 €/kg
- Porca miseria! Ve a la tua casa!
Siguiente puesto:
- A cuanto las patatas?
- A 4 €/ kg
- Te ofrezco 2 €/kg
- Va fan c…!!!
Así de puesto en puesto, hasta las 07:00 am
No sabes la vergoña que pasaba yo de puesto en puesto, y como nos insultaban y maldecían.
A las 07:01 am, me relajaba porque mi Padre acababa el paseo…
El mercado quedaba prácticamente vacío de compradores, que iban de vuelta a montar y abrir sus fruterías.
Dicho lo cual, comenzaba lo que mi Padre sonriendo, llamaba:
"Il cammino verso a la gloria"
Volvía uno por uno, a los puestos que seguían teniendo género.
Género cuyos propietarios sabían que ya a esas horas, acabarían tirando definitivamente.
- A cuanto las fresas?
- A 10 €/kg
- Te doy 3€/lg
- Tú no eras el que me ofreció 5 €?
- SI,pero durante 20 minutos te ofreceré 3€/kg, después 2 €/kg...
Si te interesa dímelo ahora, y me llevo todo lo que te queda.
Uno a uno, todos los mayoristas iban vendiéndole el resto de género a mi Padre,
contentos porque no habían ganado, simplemente habían dejado de perder.
El coste de que ese excedente fuese a la basura, perjudicando negativamente,
al porcentaje de las ganancias del día.
O dicho de otra manera, no sólo evitaban perjudicar el balance diario,
sino que habían optimizado ese género, pasando de 0 € a un 20% -30% - 40% de su valor original.
Mi Padre Enrico abría su frutería dos horas más tarde que la competencia,
pero ofrecía la fruta a los vecinos, un 30% más barata,
el género era mejor,
y tenía triple rentabilidad que su competencia.
Esta lección le sirvió a Fabrizzio, para convertirse con los años,
en uno de los mejores jefes de compras de España.
Que no hubiésemos dado nosotros, si de aquellas inversiones realmente estrepitosas,
que todos sin excepción hemos tenido (Chicharros y no tan chicharros),
apareciese un San Enrico, antes de cerrar el "mercado" bursátil,
y nos ofreciese un repunte del 20%-30% -40% ?
Este relato cambió y mucho mi manera de pensar.
Y es que durante años, en ese sentido,
fuí el peor comprador del mercado
Durante muchos años, el hecho de tener alta rentabilidad, me hizo ser muy desprendido,
a la hora de pagar a proveedores, y adquirir género.
Si bien es verdad, que eso me hacía tener muy buena relación con ellos (cómo es natural).
Tener prensa de que pagas bien y mejor, soluciona muchos problemas de operativa en el día a día.
Sencillo, todos quieren trabajar para ti.
Mi mentalidad siempre fue comprar lo mejor,
ofrecer lo mejor,
cobrar cómo el mejor.
Sin embargo, debería haberme cuidado un poco más con los costes.
Nunca creí en la importancia de comprar barato y vender caro.
Si bien es verdad, que con los años, me he dado cuenta de la política de desgaste,
que conlleva no controlar y optimizar los costes de compra.
Esa, que parece una pequeña partida en época de bonanzas,
podría haber resultado un digno colchón,
en épocas de vacas flacas.
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