El laberinto de la situación griega solo puede ser entendido si lo recorremos deseredando una madeja que nos evite perdernos por las muchas ramificaciones que presenta.
La historia se repite dos veces. La primera como tragedia, la segunda como farsa
“El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”
Karl Marx, 1852
La mayoría de los europeos contemplamos atónitos el devenir de los acontecimientos en el último acto de la crisis de deuda de la zona euro, protagonizado una vez más por Grecia.
Observo que como es usual, la gente tiende a tomar postura ante los asuntos basándose en sus convicciones personales, y así están los que piensan que los griegos se han provocado esto a sí mismos, que los compromisos están para cumplirse y que permitir que los griegos fueran recompensados por su comportamiento abriría una caja de Pandora que haría inviable la Unión Europea. También están los que se solidarizan con los griegos y piensan que los acreedores tienen tanta culpa y se están yendo de rositas mientras el pueblo griego sufre bajo imposiciones a la fuerza, puesto que han dejado claro democráticamente que no desean ser "rescatados" en lo que Europa y el FMI entienden por "rescate".
Como suele ser habitual, las cosas no son blancas ni negras y ambas partes tienen razón. Se echa en falta en la prensa un análisis serio de la situación que aclare los puntos fundamentales de lo que es un serio problema sin solución fácil, y que podría dar al traste con la Unión Europea, algo que hoy por hoy se nos antoja inimaginable, a pesar de que la UE se está debilitando a ojos vista.
Todos conocemos las raíces del problema.
- Un euro mal diseñado, sin unión fiscal ni bancaria y que ya en su alumbramiento fue anunciado como inviable por los expertos monetarios, algo que no escapaba a sus creadores, que fiaron al futuro el arreglar lo que tan mal se hacía.
- Un sistema comercial europeo fuertemente desequilibrado donde el superavit germano y holandés exportaba inflación al sur europeo deficitario, incrementando progresivamente los desequilibrios y las deudas sin que ello pudiera ser aliviado mediante política monetaria (devaluaciones).
- Una política de transferencias errónea, que desmanteló la poca industria del Sur de Europa convirtiéndola en proveedora de servicios (turismo) o materias primas (agricultura) ensanchando la división entre el Norte y el Sur.
- La incapacidad del Sur de gestionar adecuadamente su enormemente crecida capacidad de endeudamiento, dando como resultado corrupción, malversación, malinversión, burbujas económicas, clientelismo, y en general irresponsabilidad económica.
- Unas instituciones comunitarias débiles, presas de los intereses nacionales.
- Una unión monetaria viciada, donde el interés de Alemania y Holanda por incrementar mercado llevó a admitir a una Grecia que no cumplía las condiciones mínimas admitiéndose un engaño que a nadie podía engañar.
- Una crisis económica muy fuerte agravada por el masivo endeudamiento mundial y el primer coletazo del pico de petróleo, que han mostrado las vergüenzas del emperador.
Así las cosas los griegos se despertaron de su sueño, en el que se podían jubilar a los 50 sin haber pagado impuestos en su vida, a la pesadilla de la realidad de una economía que ha perdido el 25% de su PIB en tan solo 5 años. Lógicamente no están contentos y lógicamente quieren que las cosas cambien. Están desesperados por que cambien.
Llegados a este punto, si me lo permitís, la situación tiene suficientes rasgos de similitud con el mito del Minotauro como para hacer interesante la comparación.
El mito del Minotauro nace de la sumisión que tuvo que sobrellevar la Grecia continental ante la pujante civilización cretense durante el Periodo Minoico, hace la friolera de unos 3700 años, durante una etapa cálida de la Tierra, más cálida que la actual y que se cree que llegó a su fin por el tsunami y el enfriamiento que produjo la erupción de Thera en Santorini hacia el 1600 a.C.
El palacio de Cnosos, con más de 1000 estancias, y residencia del mítico rey Minos, fue posiblemente la inspiración del laberinto, en cuyo centro vivía el Minotauro, criatura terrible que dio a luz la mujer de Minos por castigo de Poseidón, que usó el engaño. Minos era hijo de Zeus y de Europa, y consecuencia del famoso rapto de Europa por Zeus disfrazado de toro.
El Minotauro, un feroz hombre con cabeza de toro, era antropófago, y cuando Minos derrotó a los griegos atenienses en una guerra provocada por el asesinato de su hijo Androgeo tras los juegos olímpicos, les impuso el castigo de presentar un tributo anual de siete doncellas y siete muchachos para alimento del Minotauro.
Podemos ver por tanto al Minotauro, engendrado mediante el engaño por la mujer del hijo de Europa, como la deuda terrible que los griegos tienen contraída con Europa, engendrada en parte también por engaño. El problema comienza para los griegos tras unos juegos olímpicos, las olimpiadas de Atenas de 2004 que fueron epítome del despilfarro y la corrupción, y la deuda-Minotauro exige de los griegos un terrible tributo anual. El laberinto del Minotauro refleja la dificultad para salir de la situación creada por la deuda.
Como entonces, los griegos eligieron a un héroe, Teseo-Tsipras. Teseo es según la mitología el inventor de la democracia puesto que al ascender al trono de Atenas creó las primeras asambleas populares, reservándose para si tan solo el poder ejecutivo. Tsipras a su vez ha sido alzado por la izquierda populista asamblearia.
Teseo-Tsipras se presentó voluntario para matar al Minotauro-Deuda, pero la realidad es más dura que la leyenda. Tsipras no ha contado con ninguna Ariadna, hija de Minos, que prendada de él le haya proporcionado una madeja con la que atravesar el laberinto. Da la impresión de que Tsipras vaga perdido por el laberinto y en cualquier momento se puede llevar una cornada definitiva por parte de la Deuda, o ser destituido por los desilusionados atenienses que siguen teniendo que entregar a sus doncellas a pesar de las promesas y declaraciones de Tsipras. Está claro que nuestros políticos no están a la altura de los antiguos héroes mitológicos.
Y es que el problema está siendo muy mal enfocado por ambas partes. Yo llevo años diciendo que la deuda de Grecia es impagable. La de muchos otros países también, pero ese es otro tema. El Fondo Monetario Internacional así lo ha reconocido hace unos días, I.M.F. Agrees With Athens That Greece Needs Debt Relief. Vaya, finalmente. Parece que tenían la calculadora sin pilas.
Grecia tiene una deuda pública del 170% de su PIB. En mi opinión un 30% de quita sería el mínimo para empezar a hablar de rescate, pero eso aún dejaría a Grecia tremendamente lastrada por un 120% de deuda. Probablemente haga falta una quita del 50% para que Grecia empiece a recuperarse. Obviamente los acreedores y los mercados no quieren ni hablar de algo parecido. Todo lo demás es avanzar hacia la única otra solución posible del problema, una quiebra dura de Grecia con salida del euro.
Durante los 5 últimos años el Eurogrupo se ha estado preparando para el abandono de Grecia del euro y para evitar el contagio. Sin que nadie lo haya votado, la deuda griega ha sido transferida a los ciudadanos de la zona euro. España que no era acreedor de Grecia en 2010 ha pasado a prestar directamente o a prestar o avalar a través de su participación en organismos internacionales más de 28.000 millones de euros (las cuentas). Muchos de los gobiernos del Eurogrupo creen que están preparados para dejar caer a Grecia y asumir las consecuencias. El coste de una salida de Grecia del euro (y posiblemente de la UE) se calcula en 240.000 millones de euros solo en costes directos de deuda impagada. Teniendo en cuenta que los desacuerdos en las negociaciones ascienden a unos 3 mil millones de euros los norteamericanos se hacen cruces de la demencial política de riesgos que practican sus aliados europeos, y junto con Francia e Italia presionan fuertemente para llegar a un acuerdo. Holandeses y finlandeses encabezan el grupo de países del Norte que quiere librarse del problema por la vía rápida, con Alemania deshojando la margarita, sabedora de la impopularidad local de seguir financiando a Grecia pero también del grave precedente de abandonarla a su suerte.
¿Y qué decir de los errores griegos? El gobierno de Syriza es un cúmulo de despropósitos. Aliado en el gobierno con la derecha nacionalista de Anel, con la que solo le une la anti-austeridad, se ha visto obligado a presentar el mayor presupuesto en gasto militar desde 2006, 440 millones de euros, el doble de lo que se ha gastado en ayudar a los pobres. Se dedica a cortejar a Rusia en medio de la crisis de Ucrania y en general tiene un talento innato para cabrear a sus socios comunitarios en un momento en que Grecia necesita toda la buena voluntad que pueda reunir.
Entretanto sus medidas económicas son desquiciadas dada la situación. Incrementar el gasto público todo lo posible, recontratar a todos los empleados públicos despedidos que las arcas permitan, y eliminar el copago sanitario. Medidas populares por supuesto, pero Grecia había conseguido volver a la senda del crecimiento del PIB en el segundo trimestre del 2014 y experimentado un fuerte crecimiento en el tercero. No es solo culpa de Syriza, puesto que solo están desde Enero, pero Grecia ha vuelto a entrar en recesión en Abril, así que claramente no están haciendo bien las cosas desde un punto de vista económico, y no quiero ni pensar lo que el corralito le va a hacer al PIB del tercer trimestre, lo que se añadirá al impago al FMI si no lo realizan antes de 30 días del vencimiento.
La recuperación griega a mediados de 2014 ha demostrado ser flor de un día y Grecia vuelve a estar en recesión. Economist.
El reciente referendum griego es el último grave error de un gobierno ingenuo y peligroso. Su única razón de ser era la de proporcionar una coartada al gobierno ante el mal cariz de las negociaciones. No tiene ningún sentido en medio de unas negociaciones abandonarlas con la última oferta presentada y sin acuerdo previo con el interlocutor llevar dicha oferta, sin nada firmado, ante los ciudadanos. En el momento en que se abandona la negociación esa oferta ya no existe y el cabreo de los interlocutores ante lo que consideran un engaño provoca un empeoramiento en las posturas cuando se reanudan las negociaciones, cosa que estamos viendo suceder, salga lo que salga de las negociaciones.
Ambrose Evans-Pritchard, experimentado editor del Telegraph con más de 30 años de experiencia, y generalmente muy bien informado, afirma que el gobierno de Tsipras esperaba que el pueblo griego votara que sí en el referendum, lo que le proporcionaría la coartada para volver y aceptar unas condiciones que significan un fracaso de su política Europe is blowing itself apart over Greece - and nobody seems able to stop it. Desde luego los gobiernos de la Eurozona esperaban que el pueblo griego votara que sí, dado que el apoyo al euro es del 70% en Grecia. Son unos ingenuos incapaces de calibrar el hartazgo de los griegos con la situación que les ha llevado a dar la victoria a los incompetentes de Syriza y a rechazar cualquier cosa que huela a más de lo mismo.
Ahora Tsipras tiene dos opciones, ninguna buena. Aceptar unas condiciones para Grecia que son peores que las que el pueblo griego acaba de rechazar en referendum o iniciar una huída hacia adelante y declarar la quiebra de Grecia lo que probablemente conlleve su salida del euro.
La extravagante postura negociadora de Syriza vista por el Telegraph.
¿En qué va a acabar esta tragedia convertida a fuerza de repetición en farsa? Yo creo que si aplicamos la lógica descartiana y cortamos todo lo accesorio, lo que queda es sumamente revelador:
1. Grecia es un país absolutamente quebrado y seguirá siéndolo mientras no se aplique una quita brutal. En ese sentido continuará avanzando en su camino de ruina y desolación.
2. Sus acreedores podrían en estos momentos asumir dicha quita con serias consecuencias pero no lo harán. Puede que quieran hacerlo si cambian las condiciones económicas globales, pero entonces no podrían hacerlo. Es decir ahora pueden pero no quieren y si llegara el momento en que quisieran no podrían.
3. Las partes negociadoras acumulan cansancio de una situación que ninguna quiere y cada vez se agrava más. Es inevitable que llegue el momento de la ruptura más tarde o más temprano y que se produzca el fenómeno en el que las naciones se dejan arrastrar por la insensatez y el resultado es algo que nadie quiere, como sucedió en el inicio de la primera guerra mundial, donde un acontecimiento de alcance limitado se llevó a la desproporción total por una política de alianzas mal planificada y unos orgullos nacionales que se hubieron de lamentar.
Mi opinión por tanto es que la salida de Grecia del euro es inevitable a corto-medio plazo. Siempre que el euro sobreviva hasta entonces, claro.
La salida de Grecia del euro y posiblemente de la UE y quien sabe si de la OTAN tiene consecuencias que son difíciles de calcular. Esencialmente para una parte importante de los ciudadanos europeos se convertiría en un pésimo precedente que dañaría quizás de muerte al proceso de construcción europea, que quizá pasara a convertirse en un proceso de deconstrucción. No olvidemos que el referendum griego ha sido aplaudido casi exclusivamente además de por la extrema izquierda por los anti-europeístas del Frente Nacional de Le Pen, del UKIP de Farage y demás capitalizadores del río revuelto.
Para terminar me gustaría añadir que todas las predicciones económicas para los próximos años son papel mojado. El problema griego ha de enmarcarse en una previsión económica correcta, y a eso me refería cuando decía que en el futuro los acreedores de Grecia no podrán permitirse condonar buena parte de esa deuda.
Una correcta previsión económica debe de tener en cuenta que desde al última recesión global finalizada oficialmente en Junio de 2009 han transcurrido 72 meses. Desde 1961 las fases expansivas del ciclo económico han durado una media de 71±36 meses. Las probabilidades indican que ya estamos en fase de descuento para la próxima recesión mundial y que es muy probable que tenga lugar en cualquier momento dentro de los próximos 3 años.
¿Y cómo va a ser esa próxima recesión mundial? Bueno, la valoración del mercado nos muestra que nos encontramos a dos sigmas de la media, en compañía de tan grandes momentos en la historia económica como 1929 y 2000.
Media de cuatro valoraciones diferentes del mercado americano que muestra la rareza del momento tan extraordinario que estamos viviendo. Fuente: Doug Short.
Máximo optimismo por tanto. ¿Y cual es la realidad económica? El Instituto de Investigación del Ciclo Económico (ECRI) nos muestra que la tasa de crecimiento anual de su indicador adelantado (WLI) se encuentra a -1.3%, un valor asociado a momentos de gran debilidad económica, la gran mayoría de los cuales condujeron a una recesión poco tiempo después. Y no hace falta que entremos en la situación de China, cuyo mercado está dando unas señales muy inquietantes de sobrevaloración en la actual situación de disminución de su crecimiento.
El índice adelantado semanal del Instituto de Investigación del Ciclo Económico muestra la precariedad económica del momento. Fuente: Doug Short.
La combinación de máxima valoración en el mercado y pobre situación económica jamás ha tenido un buen final, pero quien sabe, quizás esta vez sea diferente. Cuando se dispare la próxima crisis económica que podría ser aún más fuerte que la del 2008, y que indefectiblemente llegará porque siempre hay crisis, la situación de los países fuertemente endeudados y con escasos ingresos, entre los que nos encontramos, se va a volver insostenible. Nos vamos a encontrar con un montón de Minotauros y ningún Teseo.
P.S. Estoy haciendo un larguísimo curso intensivo que desde Abril me ha dejado sin tiempo para nada. Espero recuperar el ritmo de escritura una vez que finalice a finales de Julio, y dentro de lo que las vacaciones permitan. Muchas gracias por vuestra paciencia.