El día de los hechos
Antes de comenzar con el siguiente escrito, quiero contarte algo. Hace unos años, en una cafetería de Barcelona, tuve el placer de tomar un café con una de las personas que más me ha influenciado y motivado a seguir creciendo como inversor. Era una mañana lluviosa y nunca pensé que cuarenta y cinco minutos en tren iban a cambiar la perspectiva que tenía sobre mí mismo como inversor.
Tras pasar unas horas hablando, compartiendo ideas, debatiendo y opinando sobre temas varios, aporté una idea que sobre los números parecía tener muy buena proyección (de vez en cuando alguna idea “con sentido” aflora en el nido). Estábamos hablando de una empresa muy innovadora, dedicada a la biotecnología, con unos márgenes brutales y unas proyecciones de futuro que nada envidiaban a Amazon en los dos mil. Mi compañero, viéndome la cara de ilusión y triunfo, decidió darme un golpe de realidad con tan solo dos preguntas:
Tras pasar unas horas hablando, compartiendo ideas, debatiendo y opinando sobre temas varios, aporté una idea que sobre los números parecía tener muy buena proyección (de vez en cuando alguna idea “con sentido” aflora en el nido). Estábamos hablando de una empresa muy innovadora, dedicada a la biotecnología, con unos márgenes brutales y unas proyecciones de futuro que nada envidiaban a Amazon en los dos mil. Mi compañero, viéndome la cara de ilusión y triunfo, decidió darme un golpe de realidad con tan solo dos preguntas:
- ¿Qué hace la compañía?
- ¿Cómo gana dinero la compañía?
Son preguntas muy sencillas de responder, o eso parece. Creía saber qué hacía la empresa, pero tras ir rascando y profundizando en las respuestas, me di cuenta que no tenía ni la menor de las ideas. Fue ahí cuando mi cabeza explotó (finalmente resultó que no había ideas “con sentido” en el nido) e hizo que me replanteara mi estilo de inversión y luchara contra el famoso ego. Fue así como, sin tener ni idea de ropa, me convertí oficialmente en un “modista”, es decir, una oveja del rebaño que sigue a la multitud movido por las modas.
Antes de entrar en materia, si el escrito no es de tu agrado te invito a que dejes la cueva, no te quiero hacer perder el tiempo. Ahora bien, si aprecias el contenido que realizo, quieres conocer qué lecciones aprendí y quieres conocer en qué sectores trato de no asomar ni la uña del dedo pequeño, te invito a que te quedes en la oscuridad a disfrutar de esta romántica historia en la cueva.
Antes de entrar en materia, si el escrito no es de tu agrado te invito a que dejes la cueva, no te quiero hacer perder el tiempo. Ahora bien, si aprecias el contenido que realizo, quieres conocer qué lecciones aprendí y quieres conocer en qué sectores trato de no asomar ni la uña del dedo pequeño, te invito a que te quedes en la oscuridad a disfrutar de esta romántica historia en la cueva.
Sin más dilación, empezamos.
PARA LEER EL ESCRITO AL COMPLETO, TE ADJUNTO EN ENLACE DEL TEXTO ORIGINAL:
https://open.substack.com/pub/gmproyect2020/p/un-juicio-mental?r=31tfeu&utm_campaign=post&utm_medium=web
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