CRYPTOBURDELES
El ser humano carece de ética y valores en la sociedad actual. Bueno, algunos si poseen todavía un código ético y de conducta, pero son muy pocos. Son tan pocos estos individuos que se dice que viven en hábitat apartados al borde del peligro de extinción como los rinocerontes blancos. Fuera exageraciones, la verdad que en el mundo de la inversion y las finanzas los buenos actos y bondades en líneas generales cotizan a niveles del crash del 29.
Y es que después de la pérdida de credibilidad que sufrieron los bancos con el zapatazo de las preferentes y las hipotecas subprime, 15 años después el mundo financiero sigue lleno de encantadores de serpientes. Hace unos años dentro del trading mediante el Forex con cuentas que subían como la espuma, pero ahora las golfadas interesan mas en las cryptodivisas y NFTs que son el mercado que más millonarios y sinvergüenzas han dejado en los últimos dos años a partes iguales.
Los primeros excelente. Arriesgaron su patrimonio supieron aguantar las duras fluctuaciones de las monedas digitales y si se acuerdan de la contraseña de su monedero y no se los han hackeado a disfrutarlo. Los segundos son unos miserables. Se llaman ellos mismos influencers o traders que se han ido paseando por las redes vendiendo proyectos mediocres a cambio de un suculento porcentaje del pastel. Que saben a ciencia cierta que esos proyectos no van a llegar a nada, pero que aun así, anuncian y convencen al público medio desinformado para que invierta en ellos. Siempre el mismo modus operandi. Sacan memeproyecto y si tira para arriba salen por patas dejando a todo el personal pillado, como el capitán del Costa Concordia que huyó tras encallar el barco.
¿Qué ponen los inversores? Sus ahorros. ¿En manos de quién? De cantamañanas que aprovechan sus seguidores para dotar sus perfiles de credibilidad prostituyéndose a los mejores postores.
“Este me paga 10.000€”, “el de más allá me da 1000 monedas del memecoin a vender de aquí a dos años” y así se van paseando por las esquinas de las redes sociales. Maquillados con los ojitos rojos y moviendo sus criptomonederos vomitando basura en cada tweet.
Hacen un flaco favor. Se ríen de los profesionales serios que han estudiado y son comprometidos con lo que dicen y hacen. Restan credibilidad al sector y contaminan al resto de ahorradores con sus actos.
¿Sabéis que os digo? Que vuestro vecino Paco en el 2008 cuando os vendió los Floors de vuestra hipoteca o las preferentes en el fondo era un monigote del sistema y dudo mucho que quisiera causar daño a sus clientes y conocidos. Sin embargo, estos señores ya tienen todo el pescado vendido antes de pescarlo.
Al final representan otro virus contagioso para el que se debería pensar en sacar ya algún tipo de vacuna. Si quieres seguir mi trabajo en redes me puedes encontrar en twitter como @Victorg_bolsa