Título: ¿Valores o valores económicos? ¿Qué necesitamos?
Autor: Ismael Quintanilla Pardo
Editorial: Pirámide
El profesor Ismael Quintanilla nos adentra en el dilema entre los valores y los valores económicos a través de su experiencia en el ámbito de la psicología social. En su libro podemos encontrar más reflexiones, bien cuando muestra sus conversaciones con Don Claudio o con otros intelectuales de nuestra época.
Capítulo 1: Hacia una nueva sociedad
El autor comienza su libro reflexionando sobre el invento del teléfono móvil, como desde una fantasía como la de poder comunicarse desde cualquier lugar se ha convertido en algo tangible como la industria de la telefonía móvil.
¡Cuidado con lo que deseas, podría hacerse realidad!
El modelo económico actual se basa en el egoísmo, el crecimiento infinito, el maltrato medioambiental y la acumulación de beneficios, nos lleva hacia un modelo de trabajo-dinero-consumo en el que si un eslabón de la cadena falla corremos el riesgo de ser excluidos por la sociedad.
Capítulo 2: Trabajo, consumo y sociedad
La revolución industrial provocó cambios en las estructuras sociales, lo que inevitablemente venía unido de cambios en la manera de concebir el trabajo y el consumo. En la era industrial aumentó el sentido de identidad y libertad en el individuo, la creencia que reinaba era que el trabajo era una bendición y no una maldición, que era “humanizante”, pudiendo llegar a ser una herramienta de desarrollo personal y profesional.
El dinero adquiere un nuevo significado: además de ser el resultado del trabajo y el medio de supervivencia, era un medio para alcanzar la felicidad.
A pesar de que parece que nuestra sociedad de consumo se basta en la ostentación, las investigaciones científicas revelan que no existe relación entre felicidad y posesiones personales, y en el caso de que se halle, dicha correlación ha resultado ser negativa.
“El dinero no da la felicidad”.
Hoy en día se concibe al dinero como un incentivo generalizado, pero éste no debería ser un fin. El dinero también puede generar miedo en el trabajador por temor a perderlo.
Capítulo 3: El mercado y sus circunstancias
Una verdadera economía de mercado debería fundamentarse sobre tres pilares en equilibrio: libertad, igualdad y solidaridad. Sería una sociedad de emprendedores, concienciados en trabajar por un bien común. Así se eliminaría cualquier forma de autoritarismo y despotismo.
El egoísmo es el mecanismo que nos permite acomodarnos para sobrevivir en una sociedad que lo eleva como un valor natural e inevitable. Se ha convertido en un proceso racional y como un criterio determinante de nuestra racionalidad.
Somos racionales cuando somos egoístas y recíprocamente: somos egoístas porque somos racionales.
Tras el concepto de homo economicus y los axiomas de la teoría de la demanda van construyendo un modelo que únicamente tiene valor científico cuando las personas se comportan de acuerdo con él, lo hacen para sobrevivir en ese contexto socioeconómico determinado.
Capítulo 4: El consumidor en busca de sentido
La obsolescencia programada es la limitación intencionada del ciclo de vida útil de un producto concreto, la finalidad de este proceso es el aumento de la frecuencia de sustitución del bien. La idea de la obsolescencia programada nació como respuesta a la búsqueda de un beneficio continuo para las empresas, pero no fue hasta la Gran Depresión de 1929 donde este concepto propició la sociedad de consumo y la salida de la depresión. Existen diversos tipos de obsolescencia:
- Diseño
- Deseo
- Sistémica
- Advertencia anticipada
El profesor se pregunta: ¿hasta qué punto nuestra sociedad se orientaba al pensamiento crítico y el conocimiento?
El ciudadano del siglo XXI no está caracterizado por el deseo del conocimiento, el motivo es que nuestra sociedad es una sociedad de la información, no del conocimiento
Se ha elevado a rango de valor principal el ocio pasivo o la improcedencia del esfuerzo
Capítulo 5: El trabajo como objeto de consumo
Desde el ámbito político empresarial se han inculcado tres mitos sobre el mercado:
- Las grandes corporaciones trabajan para ofrecer lo mejor a sus clientes.
- La economía crece y se desarrolla mejor sin la intervención del Estado.
- Las grandes diferencias salariales y el enriquecimiento de las minorías son un efecto colateral del sistema.
Jacques Le Mouël psicólogo social y consejero empresarial sostiene que la sociedad rinde culto a las empresas llevándonos a un futuro donde la sociedad caerá en manos de las grandes corporaciones. Esta nueva ideología se fundamenta en una premisa:
Lo eficaz es verdadero,Lo verdadero es justo,Por tanto, lo eficaz es justo.
Esta búsqueda constante de la eficacia tiene problemas intrínsecos en un modelo de liberalismo extremo como la incompatibilidad de la eficacia individual y colectiva.
Capítulo 6: Nacidos para cambiar
Las personas estamos sujetas a diversos cambios de forma continua, el campo de la psicología lleva años investigando cuáles son los determinantes de una determinada conducta. Pese a que el ser humano es un ser complejo nos esforzamos en reducirlo a descripciones simples y comunes a cualquier persona.
Las personas como consecuencia de los constantes cambios a los que nos vemos sometidos recurrimos en mayor medida al egoísmo y la competitividad, junto con el darvinismo social y el culto al mercado para resolver los problemas con los que nos vamos encontrando en el camino.
Yo soy junto con los demás y no puedo ser sin ellos
En cambio si algo ha caracterizado la capacidad de las personas para superar las dificultades es la capacidad de cooperación.
Capítulo 7: Hacia una sociedad responsable
Para finalizar el libro el profesor Quintanilla nos hace reflexionar con el texto de Pepe Sancho:
Vosotros tenéis el poder para cambiar las cosas. Vosotros tenéis el poder para acabar con un sistema que ahoga, exprime, desespera y mata. A los que me estéis escuchando os lo digo: la felicidad es posible, la vida es posible. No escuchéis esa voz que dice “poco puedo hacer“, porque “muchos pocos es mucho“.Y juntos podemos construir un mundo nuevo, un mundo mejor donde hombres, mujeres y niños puedan comportarse y desarrollarse como hombres, mujeres y niños.
Finalmente como respuesta a un mundo gobernado por oligarquías en búsqueda de su propio beneficio sólo la educación es la que sustenta la esperanza de alcanzar otro modelo.