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Dinero, tantos de interés, inflación y ETTI – I

       Dinero, tantos de interés, inflación y ETTI – I 

       El dinero físico o digital en el contexto actual de digitalización y transformación digital es uno de los mayores inventos de la Historia de la Humanidad. El dinero es un intermediario en los cambios y transacciones con activos y pasivos, medio de cambio de común aceptación y respaldado por los bancos centrales y supervisores de mercado en contexto de ortodoxia financiera, pero también lo podríamos definir en un marco mucho más general como simplemente un bien de intermediación aceptado en una determinada comunidad de pagos y cobros. 

        En consecuencia, el dinero es un bien económico porque tiene una utilidad, satisface necesidades humanas y es escaso. Es por ello que tiene una demanda y una oferta. Pero el dinero es un bien económico algo diferente a todos en el sentido que señala Ludwig von Mises ya que es un bien de cambio y no de consumo, por tanto no desaparece, sólo se transforma y cambia de manos, propietario, arrendador, arrendatario,  cliente, proveedor, deudor, acreedor, prestamista, prestatario y otras partes de relaciones comerciales y financieras. Tal y como señalan F. von Wieser y Simiand,  en las raíces filosóficas y financieras del dinero hay una creencia y fe social de confianza y aceptación general. De manera que podríamos indicar que todo tipo de dinero tiene un componente fiduciario, desde el oro, hasta el euro y llegando incluso por supuesto a las monedas digitales tanto privadas como las públicas, donde es en estas últimas donde creemos que está el próximo futuro. 

       Generalizando algo más podríamos decir que el dinero no es sólo un medio de cambio en las transacciones, sino que es también una medida que aproxima el valor de los bienes mediante su precio obtenido mediante la ley de la oferta y la demanda. Y también podríamos añadir que es un depósito de valor, según J. M. Keynes un nexo entre el presente y el futuro, quizás la función más importante de todas y origen de las demás, de manera que  el decisor, el consumidor, el ahorrador, el inversor, puede posponer su capacidad de compra del presente y diferirla hacia el futuro. En consecuencia, podríamos decir que desde una perspectiva psicológica y de comportamiento financiero el dinero como depósito de valor, como ahorro, como acumulación de “valor comodín”    está vinculado también con el enfrentamiento al riesgo, al temor, a la incertidumbre, al miedo incluso y supone un mecanismo de cobertura o hedging que proporciona seguridad y confianza de cara al futuro.

       Luis Ferruz / Escritor y economista / 
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  1. #1
    17/12/21 10:41
    Más que de leer de economía, estamos leyendo de filosofía.