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Movilidad sostenible y bienestar de la ciudadanía

La problemática de la movilidad sostenible en las ciudades cobra cada vez mayor importancia para generar las bases de menor contaminación, una mejor convivencia, mayor salud y bienestar ciudadano y alcanzar objetivos de desarrollo sostenible.
 
          Movilidad sostenible y bienestar de la ciudadanía
 
        La problemática de  la movilidad sostenible en las ciudades cobra cada vez mayor importancia para generar las bases de menor contaminación, una mejor convivencia, mayor salud y bienestar ciudadano y alcanzar objetivos de desarrollo sostenible en el contexto de una auténtica Europa Social de la ciudadanía. Las administraciones públicas, pero también las empresas, instituciones de todo tipo y por supuesto los propios ciudadanos están preocupados por las conexiones entre la movilidad sostenible, cambio climático, salud y bienestar social. 
            Es por todo ello que, dado que la movilidad urbana se ha transformado notablemente con la irrupción de los patinetes eléctricos y el mayor uso de la bicicleta como medios de movilidad y transporte sostenible, muchos ayuntamientos han impulsado nuevos ordenanzas regulatorias ante una jungla creciente de problemática de convivencia ciudadana e incluso en ocasiones accidentes y enconadas disputas. 
 
            El Ayuntamiento de Zaragoza, algo tarde pero nunca es tarde si la dicha es buena, se  ha sumado a esta corriente regulatoria y dispone de una Ordenanza Municipal al respecto que entró en vigor el 11 de septiembre de 2024. En dicha ordenanza se recogen medidas, pensamos que de sentido común, como que bicicletas y patinetes eléctricos cuenten con un seguro de responsabilidad civil. No obstante se ha perdido una ocasión de oro para introducir también otros aspectos como el tema de  las matrículas. 
            Dada la diversidad de colectivos implicados en la problemática de la movilidad sostenible, movilidad urbana,  y en general la inercia a no realizar cambios en todos ellos, sobre todo si suponen mayor control,  pérdidas de espacio disponible,  registros,  costes económicos y nuevos tipos de sanciones,  no es de extrañar que algunas medidas generen cierta polémica, lo que puede ser indicativo de que son más que acertadas pensando en términos de bienestar colectivo y no intereses particulares y específicos. No obstante, en este contexto debe recordarse que la parte más débil de todos los colectivos implicados es el peatón, la ciudadanía de a pie y que el objetivo último debería ser la Europa Social de los ciudadanos. 
            De la misma manera que el atletismo en el deporte es la base y raíz primigenia de esta actividad lúdica, saludable y en ocasiones altamente competitiva, el movimiento a pie de los ciudadanos, de los peatones, es el más antiguo, histórico,  puro y radical fenómeno de movilidad sostenible,  por lo que es inadmisible lo que vemos todos los días en nuestros recorridos a pie, como por ejemplo: a) cuando coinciden el semáforo en ámbar para los coches y el verde para peatones,  en ocasiones el acoso y abuso de los conductores es de vergüenza ajena integral;  b) esos conductores que van agobiados y agobian ya desde horas tempranas de la mañana con sus pitidos y prisas, que salen de los garajes a la acera ninguneando a peatones;  c) esos coches en los que el conductor lanza un pitido colosal y desproporcionado ante el despiste de algún peatón, etc. etc.  Por no hablar de en ocasiones los usos y abusos de los usuarios de bicicletas y patinetes, sobre todo frente a los peatones.  
            Viva la Europa Social, la Europa de la ciudadanía y no de los conductores, ni tampoco de los mercaderes. 
 
               Luis Ferruz / Escritor, naturalista y economista / 
 
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