Ya he hablado con cierta frecuencia del comodín de la reactivación del crédito. Cada vez se plantea una medida para tratar de frenar de algún tipo los abusos o los riesgos en los que nos hace caer la banca, o en definitiva, cada vez que se trata de regular en contra de los intereses de la banca, nos encontramos con este comodín, que ya he explicado en su día que es completamente absurdo. Y de hecho, lo que ocurre es justo lo contrario: no hacer nada es lo que está llevando invariablemente a una contracción del crédito, tal y como explicaba precisamente en aquel post.
A su vez, normalmente nos encontramos con aquel argumento en el que cualquier coste que se imponga a la banca, afectará a los usuarios en el sentido de que encarecerá el crédito. De hecho, este es el general que sirve para absolutamente todos los lobbies. (una reforma energética supondrá siempre subidas de precios, aunque suponga limitarlos…, una reforma del mercado de las gasolinas supondrá siempre subidas de precios…, la subida de sueldos supondrá subida de precios…). En definitiva, nos encontramos con que todo planteamiento en contra de los intereses de los productores, encontrará siempre a su lobby con el argumento de “subirán los precios”, bien sea la tasa tobin, la dación en pago o la reducción de tipos de interés abusivos.
El argumento es muy simple e intuitivo, pero sin embargo es completamente falso, hasta el punto de que es una de las mayores tonterías que nos podemos encontrar; de hecho era lo que explicaba en uno de los primeros post de este blog en el que encuadraba este tipo de frases en un grupo que llamaba “setencias Gump”, por aquello de grandes tonterías que se convierten en verdades.
En absolutamente ningún mercado el precio de un bien depende del coste de este bien. Es algo completamente básico, de tal forma que si la banca tiene que asumir unos costes adicionales esto no significa necesariamente que tenga que subir el precio. ¿la razón?. Pues porque hay una cosa que se llama mercado que es donde se determinan los precios y si bien es cierto que parece que últimamente en el mercado sólo existe la oferta, la realidad es que por lo menos en los términos clásicos existía demanda y oferta, y unas condiciones, que son las que determinan el precio.
Pongamos un ejemplo; Un servidor, (y supongo que a unos cuantos millones más), ofrece su trabajo en el mercado laboral; en mi caso tengo que decir que se han incrementado mis costes de una forma importante. (ya saben.. me cuesta más dinero comer, más dinero trasladarme, más dinero quedarme en casa…); pues según esta teoría, lo que esto supone es que esta subida de costes va a suponer que el precio de mi servicio va a ser más caro. Lamentablemente, si lo planteo en estos momentos, se carcajearan de mi; Más allá de los cachondeos y de que discuta si es justo o injusto, la realidad es que mi capacidad de negociación ha empeorado, (la reforma laboral, los seis millones de parados, la reducción del paro…). Por tanto me guste o no, lo que ha ocurrido es que no puedo repercutir mis costes, por mucho que se haya incrementado mi coste.
De la misma forma, hay empresas que se han beneficiado de ahorros en costes importantes, (antes de la crisis y durante la crisis). Curiosamente, uno de los sectores en los que ha ocurrido esto es la banca, donde los incrementos de eficiencia, (que no son más que los costes en función de los ingresos han mejorado). ¿Esto significa por algún lado bajadas de precios de los servicios bancarios?. ¿No sería lógico que si aceptamos como válido el argumento de que una subida de los costes de la banca supone una subida de los precios, tendríamos el otro, que por cierto se usa siempre con nula incidencia práctica en las pseudo liberalizaciones que nos venden siempre?.
Es más, si mañana introducen un coste nuevo a la banca, según esta teoría resulta que los bancos tendrían que subir los importes de los créditos. Es de suponer que los accionistas preguntarían: ¿Si pueden cobrar un importe de 120, porque no lo cobraban antes?. Esta pregunta es importante, todo el que diga que ante un cambio en sus costes tendrán que cobrar más, debería explicarle a sus accionistas porque ahora mismo están cobrando menos de lo que pueden.
Y por supuesto, tendrían que salir los de las constructoras a explicar que es lo que ocurre cuando los costes superan lo que pueden cobrar. (algo que también podrán hacer muchos trabajadores). ¿no era esto de que el incremento de costes supone incrementos del precio?.
Pero si vamos directamente a medidas que traten de equilibrar las relaciones con los consumidores, (bien sea acabar con abusos, bien sea introducir competencia en el sector, imponer determinadas obligaciones…), lo que ocurrirá, siempre que no sean meros discursos para cazar al consumidor, es directamente lo contrario. Es materialmente imposible que una normativa eficaz de protección al consumidor, (que por definición impone siempre unos costes a la contraparte que dejaría de poder cometer ciertas tropelías), es que se incrementa el poder de negociación de los consumidores, de tal forma que JAMÁS tendremos incrementos de precio, sino reducciones tan profundas como profundo sea el cambio.
Y esto es así, hasta el punto de que existe una forma muy básica para analizar la realidad de un mercado y sus condiciones: “la evolución de los precios”. Si la reforma laboral ha servido para bajar los sueldos, lo que tenemos es que claramente hemos tenido una normativa que ha servido para beneficiar a la parte que paga. Mientras que todas las normativas que han beneficiado a sectores como la banca y demás, lo que han conseguido es directamente una subida de precios.
Y esto es así hasta el punto que “las reformas estructurales” que tenemos en todo momento y lugar están absolutamente siempre diseñadas para alterar las condiciones de mercado lo suficiente para que se puedan subir los precios, al menos lo suficiente como para compensar las caídas de demanda que se esconden siempre. Desde los apoyos a las tabacaleras, (suben los precios y se reduce la recaudación del estado lo suficiente como para que la recaudación mejore), las farmacéuticas, (subida de precios espectacular a partir del decretazo, que compensa la caída de los fármacos vendidos), las eléctricas, (compensan también las bajadas de consumo con subidas salvajes del precio derivadas de todo tipo tropelías), las gasolinas, (idem que idem), concesiones públicas como parkings, e incluso fiascos como las de concesionarias de autopistas, (no pocos ejemplos van de alteraciones para que sea más difícil evitar los peajes y concesionarias). O incluso el general de que aquello de la reforma laboral iba a reducir los costes..
Y en este paquete está la banca que recordemos que está reduciendo el crédito, (y mucho más si se tiene en cuenta el que no se va a cobrar), pero que está consiguiendo que se aprueben toda una serie de medidas (como por ejemplo la reciente subida de tasas de la justicia), que lo que hacen es empeorar la capacidad de negociar de sus clientes, (ejemplos a cientos y tanto por activo como por pasivo), y en consecuencia poder percibir más de tal forma que PUEDEN imponer unos costes superiores por sus servicios.
Por tanto, es absolutamente falso, (y además muy obvio), que la mejora de los consumidores de productos financieros subirá el precio de los préstamos. Lo que nos dice la teoría y lo que nos dice el más puro empirismo es que directamente esto lo que hace es bajar los precios y reactivar el crédito.