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El 5 de junio de 2008, a las 13.45, el Banco Central Europeo, de la boca de su máximo responsable Jean Claude Trichet, anuncia en rueda de prensa que deciden mantener los tipos de interés en la eurozona, y que probablemente suban 25 puntos en la próxima reunión.

En los periódicos ese día salen las siguientes noticias:
  • Tritchet dice que va a subir los tipos .25 para luchar contra la inflación
  • La ministra de vivienda dice que es buen momento para comprar piso si se necesita
  • Miguel Sebastián (Ministro de Industria), dice que un ministro en España hace política y no pronósticos
  • Miguel Sebastián pronostica que Tritchet no subirá los tipos de interés
  • Fruto del anuncio de Tritchet para luchar contra la inflación el barril de petróleo sube un 5%.
  • Miguel Sebastián llama Pesimistas a la OCDE, y les solicita IDEAS
  • Miguel Sebastián afirma que tendremos “sorpresas” que impidan al euribor subir
  • El euribor alcanza su máximo histórico en el 5,418%

Leyendo este resumen de la prensa, solo se me ocurre una pregunta: ¿Es que están de cachondeo?, ¿O es que por el contrario se les ha ido la olla directamente?. Ese día ni un sólo analista pareció percatarse de esa situación, una situación que provocó la desesperación de nuestro amigo “Mane”, (afirmaba no saber nada de economía), que con muy buen criterio se preguntó: ¿por que no se quedó trichet en el “wait and see”?. Además de proponer una colecta para enviarlo de vacaciones. Hoy desde la CECA (¡un año después!), los expertos asumen lo que muchos veíamos en ese momento.

Lamentablemente no es el único ejemplo a lo largo de estos años, (aunque quizás ese día sea uno de los más llamativos), sino que arrastramos una larga lista de errores en las predicciones, en los análisis, y en las valoraciones. Sorprende asimismo el hecho del gran consenso en el diagnóstico de la situación y más aún que tras todos los fracasos, y todas las predicciones marradas, se siga manteniendo el diagnóstico.

¿Es razonable que todos los organismos tengan claro el diagnóstico, todas las autoridades tengan clara la medicina, que las medicinas aplicadas empeoren la situación de forma recurrente y que nadie discuta el diagnóstico?.

Debo decir que lo primero que debo señalar es que no estoy en absoluto de acuerdo con el diagnóstico de las autoridades. Por eso han surgido comentarios, análisis, argumentaciones, búsquedas y ahora, al fin, estás líneas, que confío sean el principio de una nueva etapa.

Hoy me gustaría que el lector tomase este post, como mi declaración de intenciones. Para aquellas personas que estén familiarizados con un plan de empresa, quiero definir la misión de esta aventura. Para las personas que simplemente toman decisiones en sus vidas, lo definiré como aquello que buscan.

Sólo podía por tanto entender mis primeras letras con el muy modesto, (o muy ambicioso), objetivo de comunicar al lector que en lo sucesivo trataré de construir, y luego explicar, para seguir construyendo un esquema que nos permita conocer el sistema económico conjunto. Un sistema que explique tanto la realidad de lo que está ocurriendo, como las incongruencias que he reflejado en el resumen de prensa con el que he comenzado, o un sistema que explique por que sin hacer las reformas que se pedían hace unos pocos meses, (aquellas que el consenso estimaba completamente necesarias), parece que la crisis se está superando.

Aquel que permita entender como conviven los fundamentos económicos sólidos que el BCE ha hecho famosos, con una caída en picado no detectada. Aquel que permite entender como coexisten unos “brotes verdes”, con la desesperación de las empresas y ciudadanos.

Por tanto mi misión o mi objetivo, o simplemente lo que intento, será explicar la situación actual, sus contradicciones y los errores, desde el firme convencimiento de que es el paso previo a la salida real de esta situación. Una vez conseguido esto, tendremos un plano, que nos indicará cual es el camino, y (sé que me adelanto), nos mostrará que no estamos en el camino adecuado.

Sólo me queda agradecer a los lectores sus críticas, y por supuesto a Expansión la voz que me brinda. Espero que entre todos logremos no sentirnos defraudados. Por supuesto, me gustaría anticipar la petición de disculpas, esperando que entiendan que un economista escribiendo es peor incluso que un periodista haciendo análisis económico.


Un saludo y comencemos.
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