Hoy parece que todo el mundo se ha puesto de acuerdo para reclamar un pacto de estado contra la crisis, desde el rey hasta todos y cada uno de los expertos se apuntan ahora al bombardeo.
En este sentido la campaña de estosololoarreglamosentretodos.org, es un claro ejemplo. Pero el caso es que como siempre, los expertos se han apuntado todos como ovejitas a una idea, sin saber ni que es exactamente, ni para que va a servir, ni desde luego si va a ser bueno o va a ser otra idea en el sentido de las que llevamos hasta ahora. He visto análisis críticos de la campaña mencionada en el sentido de que buscan mejorar la confianza para incrementar el consumo, o las ventas de las promotoras de la iniciativa. Sin embargo, sinceramente, creo que el objetivo último de la campaña es que entre todos aceptemos “los sacrificios”. Las empresas promotoras de la campaña, no dependen de la confianza para sus cuentas de resultados, sino que en su inmensa mayoría, (salvo el corte inglés), viven de vender servicios donde nos tienen pillados o bien de las administraciones públicas. Por tanto, creo que el enfoque de la campaña se orienta a crear una opinión favorable al pacto, (entre todos), y el sacrificio, (más que obvio). ¿la confianza?. Pues hombre, algo tendrán que dar a cambio del sacrificio; y si nos pueden pagar con confianza, ¡miel sobre hojuelas!.
Sin embargo, campañas de publicidad, declaraciones públicas y hasta el rey proponiendo el pacto contra ese gran malvado que es la crisis, lo que ha conseguido en primer lugar es un efecto curioso. No puedo decir que sea una sensación de los demás, pero en mi caso, la triste realidad es que hoy me siento más pequeño que ayer. Seamos serios, la razón del pacto la ha expuesto claramente Juan Ramón Quintás, cuando afirma que “Los sacrificios y esfuerzos que habría que hacer son tan grandes que ningún partido político soportaría el desgaste de hacerlo por sí solo", señaló Quintás, quién aseguró que el futuro de la economía "depende de que seamos capaces de configurar un plan de acción de este tipo". En su opinión sólo hace falta que un equipo riguroso y con capacidad política para tomar decisiones se siente y se ponga a trabajar de forma inmediata. "Y si es necesario que sea a puerta cerrada como se hizo en los Pactos de la Moncloa", recalcó.”
Dicho de otra forma, ahora mismo se está buscando un pacto para que los partidos políticos no asuman la pérdida de votos que supondrían las decisiones difíciles que en teoría deben tomar, que no es otra que sacrificar a la sociedad hasta los últimos extremos. Por supuesto, no ayuda nada, que se plantee hacerlo a puerta cerrada. En el post en el que trataba de poner en negro sobre blanco quien manda aquí, ya hablé de lo ridículo de esto.
Realmente, hoy estoy empequeñecido, porque desde luego la coordinación, las campañas y las declaraciones, suponen que lamentablemente existan muy pocas posibilidades de que al final exista un pacto (secreto o más o menos transparente), para que se puedan tomar aquellas medidas que simplemente nadie quiere, (salvo los que piden el pacto, y que por ahora sólo son los que se atribuyen la portavocía de la sociedad).
El problema de los pactos, no es su existencia, sino lo que se pacte. Dicho de otra forma, el problema no es que las personas que hemos elegido, (o no) para llevar el rumbo de la sociedad no estén de acuerdo en las medidas que creen que han de tomar, el problema es la situación actual que no es otra que un entorno en el que están completamente de acuerdo pero completamente equivocados. Lo peor que nos puede ocurrir en una situación en la que estamos, en la que nadie ha acertado, y las medidas que han propuesto nos han llevado a un desastre es que se coarten aún más las discusiones y los análisis. Un gran pacto aleja desde luego la posibilidad de la salida de la situación.
Si nos paramos a pensar en lo que han hecho PP y PSOE en los últimos años, comprobaremos con facilidad que las decisiones en materia de política económica que han tomado los dos partidos han sido sustancialmente iguales a lo largo de estos últimos años; en este sentido parece un poco incomprensible que todos los agentes hablen de supuestos desencuentros y diferencias en el campo de la economía. El problema es que estos dos partidos, se han apuntado a todas las medidas que han beneficiado a todo lobby de turno, en base a unos razonamientos que han sido completamente absurdos. Por supuesto en todos los discursos y razonamientos se nos dice y se nos asegura que los dos partidos son completamente diferentes, pero no nos dicen en que, ya que esto no pasaría el mínimo análisis.
Todos recordamos a Álvarez Cascos negando una supuesta burbuja inmobiliaria en ¡octubre de 2002!. Menos de un par de años más tarde el PSOE prometía acabar con la burbuja inmobiliaria que estaba destrozando a las familias, (sobre todo los jóvenes), y 8 años después resulta que siguen intentando mantenerla en el aire.
Resulta que el PP creó un déficit de tarifa inventado, que el PSOE ha llevado a la máxima impresión de tal forma que las empresas eléctricas tienen tantos déficits como beneficios, sin que se conozca ni un solo caso de investigación bien por falsificar los balances que se presentan a los mercados, bien por mentir a la sociedad diciendo que no pagamos los costes reales de la electricidad, o incluso por las dos cosas.
Si hablamos de impuestos, la realidad es que el PSOE ha eliminado el impuesto de patrimonio, ha bajado el impuesto de sociedades desde el 35% hasta el 20 y 25 en función del caso, se ha permitido bajar impuesto de sucesiones y donaciones hasta eliminarlo en numerosos casos. Pero a cambio, se ha subido IRPF,(sin subirlo, como he explicado en este post); se ha subido impuesto de hidrocarburos, (salvo a profesionales y empresas), se ha subido el IVA.
O sea que el PP pide bajar los impuestos a empresas, y contener el déficit, que es exactamente lo que ha hecho el PSOE, que aprovecha que es un partido de izquierdas para bajar los impuestos a las empresas y subirlo a los de siempre de una forma completamente exagerada. En esto no parece que vayan a discutir y menos con los de las entidades financieras, porque es exactamente la reforma fiscal que pedían.
Desde luego en los apoyos a los bancos, el acuerdo ya ha sido total, (no ha habido problema con el FAAF, el FROB, el cambio de la ley concursal, y desde luego nadie ha pedido en serio poner un poco de orden en el sector), por lo que aquí no parece que vayan a existir demasiados problemas para pactar.
Por otro lado, tenemos la bajada de las cotizaciones empresariales, que curiosamente es lo que ha propuesto el PSOE en el verano pasado y ahora lo pide el PP, de tal forma que además es de merito porque luego los dos partidos nos cuentan que existe un problema con los ingresos de la seguridad social, de forma que curiosamente se plantea una reforma de la seguridad social, que lo nieguen o no, es la que le encantaría al PP, pero no a los ciudadanos, que a cambio de nada, perdemos.
El PSOE ha propuesto una reforma laboral, en la que no ha dicho absolutamente nada, pero que aparte de los brindis al sol que todo documento de este y los otros gobiernos suelta de vez en cuando, lo que supone es facilitar los despidos, tratando de clarificar la causalidad de los despidos, así como ampliar los colectivos que pueden tener un despido barato. O sea, que realmente no acabo de entender aquí tampoco ni el desacuerdo entre los partidos, el desacuerdo de las organizaciones empresariales y financieras y desde luego no entiendo la parsimonia de unos sindicatos.
Por supuesto, al respecto de los sueldos, se ha firmado el acuerdo de subida de los funcionarios que ha significado una subida del 0,3% para el 2010, (por supuesto, no es congelación, aunque una persona que gane 1.000 euros pasa a ganar 3 euros brutos más), a la vez que para los empleados privados, se ha acordado hasta el 1% de subida, (y ojo con la palabra “hasta”), porque evidentemente el hecho de generalizar la clausula de descuelgue, en una situación en la que todo el mundo está siendo sometido a constantes chantajes, es lo mismo que no subir absolutamente nada el sueldo. En definitiva, y dado que han subido los impuestos, resulta que empleados de la administración, de las empresas y pensionistas, no sólo no han perdido poder adquisitivo, sino que incluso han perdido ingresos. ¿no es eso lo que querían todos los grupos de poder, y el PP?.
La realidad es que los ciudadanos de este país que viven de un sueldo, tenemos menos ingresos que hace tres años, y a cambio pagamos importes sustancialmente superiores por todos los bienes y servicios básicos, mientras tenemos unas cuantas propuestas del partido socialista que lo que hacen es empeorar el futuro, todas y cada una de ellas.
En medio de todo este panorama, la realidad es que el PP exige por un lado reducir gasto público, mientras que el PSOE está todo el día a vueltas con el gasto social; sin embargo curiosamente, el ministro mejor valorado desde los dos puntos de vista es Pepe Blanco que por cierto es el que más gasta, el que ha soltado el decretazo contra los controladores. De tal forma que para uno o para el otro, lo cierto es que a lo que se dedican es a generar negocios en lugar de ahorrar y plantear ajustes en todo aquello en lo que no se pueda generar negocios. Por supuesto, en esto tampoco parece que vaya a haber problemas para pactar. De hecho parece ser que en todo el plan de austeridad, (en el que tampoco creo que no haya discrepancia), lo que no se ha resentido es el beneficio de las constructoras de obra pública y concesionarias, que se ha doblado. Tampoco parece existir discrepancia en la necesidad de replantearse esta situación.
El caso es que con todo lo que ha ocurrido, desde luego la única diferencia que encuentro es que el PSOE ha tenido la posibilidad de aprobar todas las políticas que les ha dado la gana y se ha olvidado de los ciudadanos, salvo para el pequeño de detalle de pasarnos la factura de los rescates de todo el mundo y por supuesto en el pequeño detalle de presumir de “no sé qué social”, mientras que los sindicatos y el resto de partidos no dice nada más allá que broncas y palabras vacias.
Si estuviese el PP en el poder, desde luego no habría podido aprobar la mitad de las medidas que ha tomado sin tener que sacar los tanques a la calle. Sin embargo, es evidente que todo tiene un límite y parece que está cerca; lo que significa que los sindicatos, ya han montado el paripé con una manifestación contra la “crisis”, especificando claramente que no era contra los empresarios ni contra el gobierno, (ya dije en su día lo ridículo del asunto), y otra contra la reforma de la seguridad social un día laboral a las 19.00 horas. Realmente sólo hay dos explicaciones para tremendo dislate y garantía de fracaso; puede ser que los dirigentes sindicales son completamente inútiles, o bien que han hecho un paripé increíble para aquello de que digan todo el mundo que hacen algo, cuando en realidad se están plegando a las políticas demenciales que el gobierno está haciendo bajo la coartada social.
Como quiera que lo de la paz social pueda estar llegando al límite, el siguiente paso para intentar mantener el cachondeo este que nos atenaza es el pacto, para que los políticos puedan tomar todas las decisiones que estimen oportunas, sin tener ni tan siquiera que justificar en que van a beneficiar a los ciudadanos. De hecho, el detalle de que ninguno de los partidos se atreva a mostrar claramente sus cartas es el débil hilo de esperanza que tenemos. Un pacto simplemente proporcionaría barra libre a los políticos.
Lo lamentable es que ahora necesitamos un líder sólido y desde luego una oposición que discuta y que luchen por proponer ideas para beneficiar a los ciudadanos, compitiendo por proponer la idea que mejor solucione la vida a las familias que en España vivimos. En lugar de esto, tenemos un pacto que busca que se pueda acabar de rematar la clase media, sin tener que facilitar ni tan siquiera una mínima esperanza a las personas que en este país vivimos, gracias a que todo el mundo estará de acuerdo en las medidas que nos han traído hasta aquí.
Y lo peor es que ya he dicho, esto no genera confianza, y en cambio lo que genera es que a aquellos que creemos que no estamos en el buen camino, una gran sensación de soledad. No espero que demasiada gente lo entienda, pero a estas alturas del partido, creía que ya estaría meridianamente claro que por este camino, no podemos seguir y que por lo menos alguien se plantearía cambiar el rumbo. En lugar de esto, compruebo que se está intentando lo imposible por no cambiar.