(Prolegómeno metodológico:
Siempre he tratado de que este blog no fuese lugar donde campase tan abiertamente como lo hace por ahí el llamado "pensamiento moral", como creo que ha quedado de manifiesto en las entradas que he dedicado a propósito de la actual guerra de Ucrania. Por "pensamiento moral" entiendo ese tipo de reflexiones "intelectuales", o mejor quizá sería decir, espirituales por las que se busca decidir en un conflicto quién "tiene razón", o sea se busca dilucidar acerca de a quién hay que "echarle las culpas" del mismo.
Si se piensa un momento, resulta claro que tal propósito, que no dudo puede ser necesario y correcto, es, cuando se plantea en esos términos (en los de quién tiene la razón de su parte), o sea, como si fuese un análisis racional o científico, claramente confuso y manipulador pues pretende hacer pasar por racional lo que es una cuestión moral o jurídica. En efecto, si se tiene en cuenta que la razón es un instrumento de indagación en busca de la dilucidación de las causas de los fenómenos y de sus efectos, por ejemplo, de un fenómeno como la actual guerra, se está engañando al personal cuando se usa esa misma palabra -razón- para señalar quién "tiene razón", pues ahí "razón" no es un instrumento de pensar, de indagar, de descubrir sino que se usa de su prestigio intelectual para colar "de matute" otro objetivo sustancialmente distinto: el de asignar el papel de bueno o de malo en un conflicto, para señalar quién tiene el derecho para hacer algo, para apuntar a quién se le hace culpable de algo. Actividades morales, judiciales, todas perfectamente válidas y razonables pero que nada tienen de racionales, en el sentido lógico de la palabra. Como bien sañaĺó hace cuatro siglos David Hume, nunca hay nunca que confundir el análisis de lo que es con lo que debe ser, o mejor, con lo que nos gustaría que fuese. Por eso, en este blog, no me he cansado de señalar que no se iba a hablar acerca de quién tiene razón en el conflicto que enfrentaba a Rusia con Ucrania, y ahora también con la Unión Europea y los EE.UU. Porque, para un analista, está claro que si Rusia ha atacado a Ucrania es porque para ella era racionalmente hacerlo, y si Ucrania se sigue defendiendo en vez de negociar una suerte de rendición también es porque le es racionalmente hacerlo. Ambas decisiones son racionales instrumentalmente ex ante , es decir en un marco de incertidumbre y con información imperfecta e incompleta, como ocurre siempre un conflicto. Y la guerra no es sino un procedimiento extraordinariamente costoso de difundir información de modo que las partes sepan si ex post se equivocaron o no, si su decisión fue o no racional.
Pero, dejando al margen la moralina manipuladora siempre presente en TODO análisis de CUALQUIER conflicto que busque dilucidar qué parte TIENE "RAZÓN", sólo queda plantearse de modo racional las consecuencias de ese conflicto sobre los distintos actores, y más en concreto, sobre la Unión Europea y sus ciudadanos.Y aquí, lo que me "alucina", como suele decirse, es la increíble incapacidad de los burócratas de Bruselas y de los dirigentes europeos para valorar o tener en cuenta las consecuencias económicas y sociales a medio plazo de sus decisiones, más concretamente, de su política de sanciones y alejamiento respecto a Rusia, sobre sus poblaciones)
Es por ello, que a la hora de titular estas reflexiones intempestivas, he usado de la retórica preguntándome si hay alguien entre quienes su tarea es pensar y decidir por nosotros que haya pensado en que...
1º) ...la extensión de Rusia es tal que su aislamiento por parte de Occidente convierte en totalmente inútiles cualesquiera intentos por enfrentar, o al menos detener, el cambio climático, uno de los objetivos básicos para la Unión Europea. No es sólo que a Rusia (como a Canadá y los países nórdicos) le beneficia sobremanera el cambio climático, sino que, además, es rica en combustibles fósiles, por lo que la imposibilidad para Rusia para acceder a los mercados occidentales llevará a un abaratamiento interior de sus precios energéticos y a un mayor consumo de los mismos. ¿Para qué Rusia va a gastar/invertir en tecnologías energéticas alternativas ecológicas si dispone de abundancia de recursos para abastecer las antiecológicas viejas tecnologías? Ergo, más efecto invernadero.
2º)...la bajada en los precios de los combustibles fósiles rusos para los países que no los sancionen, por ejemplo China e India implica que los costes relativos de producción de sus bienes respecto a los europeos caerán, luego los productos europeos tendrán todavía más difícil el competir en los mercados internacionales. La posición exterior de Europa, así como la del euro, inevitablemente se verá afectada, con los consiguientes efectos negativos sobre la producción y el empleo.
3º)...el redireccionamiento de los gastos públicos hacia un mayor "presupuesto" para defensa, los gastos militares a favor de Ucrania, los gastos sociales asociados a la integración de un cada vez mayor de refugiados ucranianos, y el sostenimiento de la economía de lo que queda de Ucrania, van a ser un lastre sobre las finanzas públicas europeas.
4º)...como forma de compensar en la medida de lo posible lo anterior, sólo cabe imaginar que desde Bruselas se impongan las recetas neoliberales: o sea: "moderación" salarial generalizada (y ya se sabe qué quiere decir esto) y austeridad en las cuentas públicas. O sea, que quienes pagarán en la UE "el pato" de la guerra de Ucrania serán los de siempre. Aunque, para burócratas como el señor Borrell y demás piensen que ese es un precio que la gente (no ellos, por cierto) debe pagar con alegría a cambio de saberse buena y virtuosa.
5º)... el mundo es algo más grande que Europa Occidental, y que Rusia tiene capacidad para desestabilizar regiones estratégicamente fundamentales para Occidente. Ya se sabe que las restricciones a la exportación de granos y cereales rusos y ucranianos está afectando a los países del Sahel. Y, obviamente, las personas d esos países sólo tienen una opción: ir hacia el Norte. venir a Europa. Pero a nadie debería ocultársele que Ruia puede desestabilizar cuando quiera y de modo radical Oriente Medio y con ello las fuente básica de petróleo y gas para Europa.
y, finalmente,
6ª)...es casi una imposibilidad lógica el que Rusia pierda la guerra de Ucrania y con ella Crimea, so pena de que una III Guerra Mundial nuclear estalle y también que nada ni nadie puede garantizar que la sustitución en el Kremlin de Putin, que parece ser el objetivo de Occidente, no coloque allí a alguien peor, mucho peor, que Putin para los intereses occidentales.
Y, por supuesto, no me sorprende nada que haya tenido que ser un viejo zorro conservador como Henry Kissinger quien hace unos días en Davos haya tratado de poner algo de cordura y de racionalidad señalando la necesidad -obvia- de establecer ya un "punto de negociación" (como dicen los analistas de Teoría de Negociación) que sea aceptable también para Rusia para acabar con el conflicto, aunque sea el caso que Rusia no tenga razón. Para los que buscan el castigo de los culpables no estaría mal recordar que el castigo justo de los pecados no es cosa de humildes humanos sino que es, en último término, cosa del Altísimo en el "más allá" como bien sabemos todos los que hemos sido educados en un colegio de curas. En este mundo, lamentablemente, el castigo de los pecados es cosa del Derecho, que es siempre el derecho del más fuerte.
5º)... el mundo es algo más grande que Europa Occidental, y que Rusia tiene capacidad para desestabilizar regiones estratégicamente fundamentales para Occidente. Ya se sabe que las restricciones a la exportación de granos y cereales rusos y ucranianos está afectando a los países del Sahel. Y, obviamente, las personas d esos países sólo tienen una opción: ir hacia el Norte. venir a Europa. Pero a nadie debería ocultársele que Ruia puede desestabilizar cuando quiera y de modo radical Oriente Medio y con ello las fuente básica de petróleo y gas para Europa.
y, finalmente,
6ª)...es casi una imposibilidad lógica el que Rusia pierda la guerra de Ucrania y con ella Crimea, so pena de que una III Guerra Mundial nuclear estalle y también que nada ni nadie puede garantizar que la sustitución en el Kremlin de Putin, que parece ser el objetivo de Occidente, no coloque allí a alguien peor, mucho peor, que Putin para los intereses occidentales.
Y, por supuesto, no me sorprende nada que haya tenido que ser un viejo zorro conservador como Henry Kissinger quien hace unos días en Davos haya tratado de poner algo de cordura y de racionalidad señalando la necesidad -obvia- de establecer ya un "punto de negociación" (como dicen los analistas de Teoría de Negociación) que sea aceptable también para Rusia para acabar con el conflicto, aunque sea el caso que Rusia no tenga razón. Para los que buscan el castigo de los culpables no estaría mal recordar que el castigo justo de los pecados no es cosa de humildes humanos sino que es, en último término, cosa del Altísimo en el "más allá" como bien sabemos todos los que hemos sido educados en un colegio de curas. En este mundo, lamentablemente, el castigo de los pecados es cosa del Derecho, que es siempre el derecho del más fuerte.