A lo largo de muchos años, mi hermano y yo, hemos tenido múltiples conversaciones sobre la imparable deriva del sistema económico-financiero mundial. Gran parte de esas conversaciones se plasmaron en el verano de 2017 en el libro antes citado, La gran crisis de 2020. El cenit de la civilización.
Ha llegado el momento de repasar como ha evolucionado el mundo y como se ha comportado la previsión de crisis inminente (aunque hablaba de años hasta 2020).
La premisa fundamental del libro era el final del insostenible sistema financiero mundial basado en la deuda. A lo largo de la historia de los últimos cincuenta años, se narraba como las sucesivas crisis se "solucionaban" con bajadas de los tipos de interés y emisión continua de dinero, sobre todo a partir de la crisis de 2008. Los bancos centrales sostendrían el tinglado hasta que apareciese la escasez de petróleo, que reventaría todo el sistema.
La parte financiera ha seguido un curso bastante predecible. QE´s y rebajas de tipos han impuesto un férreo control sobre las finanzas, permitiendo financiarse a empresas, particulares y estados, bajando los tipos de interés hasta llegar incluso a valores negativos. El hecho de la existencia de tipos negativos deja claro que el mantenimiento del sistema es puramente artificial. Si los bancos centrales dejaran de patrocinar las compras de bonos, todo el mundo sería vendedor, porque nadie querría unos bonos que en el mejor de los casos (apurar hasta el vencimiento) nos proporcionaban perdidas desde la compra inicial. El absurdo esquema ponzi, donde cada compra se hace esperando un comprador posterior que mejore nuestro precio y así obtengamos beneficios, solo se mantiene dentro de ese universo de Matrix en que nos hemos instalado desde 2008.
¿Hasta cuando?.
Como la velocidad de circulación del dinero es bajísima, la inflación no aparece aunque la cantidad de dinero en circulación se multiplique. Los ricos son más ricos porque sus activos se revalorizan, sin que esa riqueza llegue al pueblo llano. Que nadie piense en beneficiarse de los tipos negativos pidiendo un préstamo de billones de dólares. Eso queda para los estados, grandes corporaciones o gestores de grandes fondos.
USA, Europa, China, Japón, todos hacen lo mismo y mantienen un equilibrio en las paridades de las divisas. No hay devaluaciones (aparte de los casos emergentes como Venezuela, Argentina y países africanos) que pongan en peligro el sistema. La gente, en general, está en estado de vida latente, incapaz de reflexionar sobre la realidad. La confianza en que el papel que llamamos dinero, realmente tiene valor por si mismo, es todavía enorme. Hay algunas fisuras , pero nada que ponga en peligro la estabilidad del sistema. Cuando, por ejemplo, se hable de la deuda estatal, que ha llegado y sobrepasado en algunos casos el 100% del PIB, rápidamente se pone como ejemplo Japón. Allí llevan desde 1990 elevando la deuda estatal hasta llegar al 240% del PIB y fíjate que no tienen ningún problema. El corolario es que todavía tenemos mucho margen para aumentar la deuda sin poner en peligro el sistema.
También una consecuencia de todo esto es que ningún estado occidental va a practicar la austeridad, teniendo la posibilidad de emitir dinero sin contrapartida. Los gobiernos se han vuelto todos populistas en el sentido que nadie limita el estado del bienestar adquirido. Pensiones, sanidad, prestaciones, todo entra en el saco del mantenimiento del sistema. Los déficit se han vuelto normales desde 2008 y cada vez mayores. Incluso con buenos crecimientos no se ve mal que exista déficit y por lo tanto la deuda total siga y siga creciendo sin parar.
Para que todo estalle es preciso que algo desde el exterior del sistema haga imposible continuar con la ficción. Aquí entra en juego el pico del petróleo (o pico de muchos elementos como el cobre y la plata, imprescindibles en el sistema ).
Si falta petróleo, los precios suben y la inflación comienza a presionar. En ese entorno, los bancos centrales no pueden imprimir dinero sin control porque la inflación estallaría y los tipos de interés deberían subir. Como la deuda es gigantesca una pequeña subida de los tipos, destrozaría el sistema, al generar intereses impagables.
¿Cómo va el petróleo?.
Desde el 2008, el fracking (shale oil y LGN) ha sido el único responsable de incrementar la producción de todos los líquidos (el petróleo convencional se ha estancado). Nunca ha sido rentable pero ha gozado de una permisividad en sus prestamos por parte de los bancos americanos que ha conseguido un buen desarrollo de la producción. Entre el petróleo y los LGN han obtenido una producción de 13 millones de b/d, suficiente para enjugar la presión compradora procedente de los emergentes, encabezados por China e India.
Continua en la pagina original. Tiene bastantes gráficos y enlaces.
https://multiplicarunainversionpor10.blogspot.com/2019/09/la-gran-crisis-de-2020-revision.html
Saludos.