La opinión pública está siendo bombardeada por todos los medios con una campaña mediática que preconiza el fin del mundo por calentamiento global. Culpa a la quema de combustibles fósiles del aumento de la emisión de CO2 a la atmósfera y a su vez, la elevada concentración de CO2, calienta el planeta por efecto invernadero, hasta límites insostenibles con las especies que habitamos sobre la Tierra.
Este trabajo tiene otro objetivo. Se trata de estudiar la oferta y la demanda de petróleo (mas bien del epígrafe conocido por todos los líquidos) para evaluar si hay un desfase que ponga en peligro el crecimiento de la economía mundial. El petróleo es la sangre del sistema y su escasez pondría en enormes dificultades casi todos los sectores a los que afecta.
El estudio acota el periodo entre 2019 y 2025, por lo que no tiene en cuenta la posible sustitución del crudo por otras energías como las renovables. En este periodo, el número de vehículos eléctricos tiene un efecto demasiado pequeño para impactar en los cálculos de forma apreciable. No obstante, al final del artículo dejo un comentario para explicar porque no creo que la transición energética sea capaz de afectar este estudio.
LA DEMANDA.
Para calcular la demanda estimada en el periodo 2019-2025 haré uso de un cálculo interno del consumo de petróleo per cápita durante los últimos 70 años.
Observando el incremento en el consumo de petróleo que llevamos en las últimas décadas he intentado establecer la relación entre la población mundial y el consumo de petróleo.
Vamos a la tabla.
AÑO POBLACION MUNDIAL CONSUMO PETROLEO RELACION PET/PER CAPITA
1950 2.519 millones 11 millones barriles/día 229 1.59 barriles
1955 2.756 16 172,25 2,12
1960 2.982 22 135,54 2,69
1965 3.335 33 101,06 3,61
1970 3.692 45 82,04 4,49
1975 4.061 54 75,26 4,85
1980 4.435 61 72,7 5,02
1985 4.831 59 81,88 4,46
1990 5.264 67 78,57 4,64
1995 5.674 70 81,06 4,50
2000 6.071 77 78,84 4,63
2005 6.454 85 75,93 4,81
2010 6.864 89 77,12 4,73
2015 7.376 95 77,64 4,70
2017 7.560 98 77.54 4,73
2019 7.760 100,2 77,44 4,71
Las cifras de 1950 a 1965 son aproximadas en cuanto al consumo de petróleo.
El consumo de petróleo (mejor todos los liquidos) per cápita se obtiene multiplicando el consumo diario en millones por 365 días (consumo anual) y dividiendo por la población total. Se puede observar que alcanzó un pico en 1980, donde los precios del petróleo se habían multiplicado por 13 y obligaron a tomar fuertes medidas para mejorar la eficiencia.
Desde 1990 la estabilidad es la nota predominante.
En la tabla tenemos el año, población mundial en millones de personas ese año, consumo mundial de petróleo en millones de barriles día ese año, la relación (número de personas que se necesitan para consumir un barril de petróleo por dia). y el consumo de petróleo per cápita anual.
Vemos que la población aumenta regularmente, el consumo de petróleo suele aumentar excepto en la parte de 1980-1985. Esta disminución vino por la subida del petróleo desde 1973 hasta 1980, donde pasó de 3$ a 40$ de los antiguos dólares. Provocó la mayor crisis de consumo de los últimos 50 años. Sería equivalente a que el petróleo pasara de 50$ a 650$, una auténtica barbaridad.
En cuanto a la relación, observamos que desde 1950 hasta 1970 , la relación desciende rápidamente.
Pero a partir de 1970, la relación se vuelve muy uniforme con cifras entre 72 y 82 personas por barril.
Desde el año 2000, la relación prácticamente es constante alrededor de 77 personas por barril.
A pesar de la mejora de eficiencia (los coches en los años 70 gastaban bastante más que ahora), de las alternativas en el precio del petróleo (pasó de 10$ en el año 2000 a 150$ en el año 2008), de las sucesivas crisis (2000-2008), de la introducción de las energías renovables y de la llegada del coche eléctrico, vemos que la relación es muy estable.
Esta constante nos permite predecir el consumo de petróleo en años futuros si suponemos que la producción puede seguir el consumo.
Por ejemplo, las cifras de población para 2030-2050 oscilan entre 8.600 millones y 9.800 millones según la ONU.
Aplicando la relación de 77,5 que hemos observado para los últimos 15 años, nuestra estimación de consumo de petróleo entre el año 2030 y el 2050 estaría entre 111 millones para el año 2030 y 126,45 millones para el año 2050.
Algunos dirán que el coche eléctrico va a cambiar radicalmente la relación, pero aplicando la paradoja de Jevons, diríamos que es irrelevante el número de coches eléctricos que se fabriquen.
La primera consecuencia obvia de esta relación es que la demanda de petróleo a largo plazo, solo depende de la población mundial. No tiene dependencia de las mejoras tecnológicas, ni de las crisis ni del precio del petróleo. Naturalmente si depende de la disponibilidad de crudo, pero hasta ahora la oferta ha podido seguir la demanda.
Muchos discuten dar una cifra per cápita mundial cuando hay grandes diferencias entre naciones, sobre todo desarrolladas y emergentes, pero lo importante parece ser la actividad total mundial. Como hemos visto con la globalización, lo que no se construye en un lugar pasa a construirse en otro, cambiando la cifra de consumo en ambos lugares afectados, pero dejando inalterable la cifra final, que solo parece depender de la población mundial total y el crecimiento económico asociado. El hecho de llevar casi cuarenta años con un consumo per cápita estable en torno a 4,7 barriles, indica que la tendencia es muy fuerte y la inercia puede mantener esta cifra, durante los próximos seis años, al menos en cuanto a demanda implícita. Ya veremos si la oferta puede mantenerse.
Queda por ver si la producción de petróleo será capaz de llegar a esas cifras.También lo dejamos a juicio del lector.
Otra observación, en este caso puramente intuitiva, es la coincidencia del comienzo de la estabilidad en la constante con el final del patrón-oro. Desde 1972, todos los bancos centrales no tienen ninguna barrera para emitir tanto dinero cuanto precisen .Por lo tanto la escasa dependencia de la demanda con respecto al precio del petróleo o a las crisis sucesivas, tiene que ver con la emisión de deuda por parte de los bancos centrales. Si no pudiéramos endeudarnos para consumir petróleo sería bastante difícil aumentar el consumo ante circunstancias como la subida de los precios del petróleo o cualquier crisis grave.
La población mundial está aumentando en 90 millones de personas al año. La extrapolación hasta 2025 es sencilla y no se estima que en este corto periodo de tiempo pueda haber muchos desvíos de la norma. Por ello podemos establecer una previsión de la población y aplicando la relación constante, también calculamos la estimación del consumo de petróleo para esos años.
FORECAST DEMANDA.
AÑO POBLACION CONSUMO PETROLEO RELACION CONSTANTE
2020 7850 millones 101,3 millones b/d Aproximadamente 77.5
2021 7940 102,45 77.5
2022 8030 103,6 77.5
2023 8120 104,7 77.5
2024 8210 105,9 77.5
2025 8300 107 77.5
Naturalmente el consumo de petróleo es la demanda estimada si no hay crisis, ni precios demasiado elevados. Luego veremos si esta previsión puede sostenerse con estos criterios y a que conclusión llegamos si no se puede mantener la demanda per cápita.
Ahora pasamos a evaluar la oferta para ese periodo de tiempo.
LA OFERTA.
Comenzaré tomando las cifras previstas en el WEO 2018 que presentó en Noviembre de 2018, la AIE (Agencia Internacional de la Energía).
En esta presentación nos ofreció un gráfico terrorífico.
La explicación del gráfico en palabras de Antonio Turiel en su blog The oil crash, es alarmante.
¿Cómo se interpreta esta alarmante gráfica? De acuerdo con el texto, la franja de color granate es lo que denominan "declive natural" y corresponde a cómo disminuiría la producción de petróleo si las compañías ni siquiera invirtieran en mantener los pozos actuales; como se explica en el informe, es del 8% anual. La franja de color claro corresponde al "declive observado" y es lo que la AIE infiere que decaerá en realidad la producción si las compañías por lo menos invierten lo que se necesita para el correcto mantenimiento de los yacimientos actuales (lo cual no se cumplirá en todos los casos, cabe decir). Este declive corresponde a un 4% anual. Si no fueran a entrar en línea nuevos yacimientos, en tan solo 7 años a partir de ahora nos encontraríamos que la producción estaría 34 Mb/d por debajo de donde se espera que debería estar la demanda con el escenario de Nuevas Políticas, o unos 25 Mb/d por debajo de la demanda mucho más moderada del escenario de Desarrollo Sostenible. Es un agujero enorme, de más del 35% de todo el petróleo que se produce hoy en día.
En el texto, la AIE nos advierte que no hay nada de particular con esta gráfica tan terrorífica porque se aprobará la explotación de nuevos yacimientos que cubrirán en buena medida ese agujero. Sin embargo, nos advierten, para evitar todo ese agujero nos haría falta aprobar yacimientos con recursos alrededor de 16 mil millones de barriles cada año, cuando se están aprobando con recursos de 8 mil millones cada año que ha pasado desde 2014. A este ritmo, estima la AIE, nos vamos a encontrar con un déficit de 13 Mb/d en el año 2025. En suma: la AIE está asumiendo, sin mostrarlo simple y abiertamente en una gráfica, que la producción en 2025 será inferior a la de hoy en día. En esencia, el peak oil.
Es decir, si la inversión sigue como estaba en 2018, el déficit en 2025 sería de 13 millones de b/d.
En Rystad Energie han presentado hoy un gráfico de como va la inversión en los últimos años y la previsión para los próximos.
Podemos ver que la inversión se hundió en 2014 y desde 2016 ha permanecido estable y muy baja, hasta como minimo 2022.
Por aquí no parece que la oferta vaya a subir, en todo caso puede empezar a caer.
Durante los últimos diez años, el shale oil y los LGN americanos han sido lo único que ha permitido mantener igualadas la oferta y la demanda.
Como vemos por Rystad en 2020, la inversión en shale oil caerá un 12%. Durante todo el año, el número de plataformas de perforación ha seguido un trazado descendente, con caídas que rondan a estas alturas del año el 25%. La producción de petróleo de shale oil sigue aumentando como consecuencia de la puesta en marcha de los DUC´s (pozos perforados pero no terminados) que se incrementaron notablemente en la primera parte de 2019. La escasez de nuevos oleoductos en ese periodo, obligó a las empresas a perforar pero no terminar numerosos pozos. Desde Julio de 2019, nuevas capacidades incrementaron en el Pérmico la posibilidad de traer nuevos volúmenes de petróleo y es lo que ha sucedido desde entonces.
La previsión de finalización de este exceso de DUC´s es el primer trimestre de 2020 y la propia EIA (Agencia internacional de la energía americana) en su STEO de Diciembre, reconoce el peak oil en su previsión de producción en EE.UU., dando unas cifras de producción estables durante todo el año 2020.
Ayer se emitió el Short Term Energy Outlook (STEO) , donde la Agencia Internacional de la Energía americana da sus pronósticos para la producción y consumo de petróleo, gas y carbón.
Desglosa con especial atención la producción americana de petróleo por trimestres , indicando si el crudo proviene de Alaska, Golfo de México o L48 (agrupando producción convencional y no convencional).
En el STEO de este mes, nos da las cifras por trimestres para la producción americana de petróleo y encontramos la sorpresa. En 2020, la producción de petróleo va a permanecer estable completamente en torno a 13,22 millones de barriles, a diferencia de los fuertes incrementos de los años 2018 y 2019.
AÑO 1Q 2Q 3Q 4Q Trimestres
2018 10,27 10,54 11,25 11,89 millones de b/d
2019 11,81 12,10 12,23 12,87
2020 13,12 13,22 13,14 13,23
Lo más destacado del informe
https://www.eia.gov/outlooks/steo/pdf/steo_full.PDF
En el WEO 2019, la AIE no incide sobre este problema. Se nota que es consciente de la incapacidad de invertir en combustibles fósiles y pasa de puntillas sobre la posible escasez de petróleo en los años venideros, al estar sometida a la limitación de emisiones procedentes de combustibles fósiles.
No se puede pedir mayores inversiones por un lado y por otro la ONU recomendando reducir al máximo las inversiones en fósiles.
Pero esto no resuelve el problema a 2025, mas bien al contrario, provoca una verdadera emergencia energética, que queda reflejada en el trabajo de ASPO Alemania, que pone los puntos sobre las íes, reflejando en un trabajo lo que la AIE pasa por alto sin especificarlo.
http://aspo-deutschland.de/dokumente/2019-11-21AnalysisOfWEO2019-ASPO-de.pdf
Y un gráfico resumen demoledor.
Resulta evidente que el parón inversor que comenzó en 2014, está a punto de causar el peak oil, si no lo ha causado ya. Las inversiones no se han hecho y tampoco está previsto que en los próximos años se hagan (ni la propia industria ni los bancos están por la labor) por lo que es inevitable que la oferta empiece a disminuir en los próximos años, siguiendo el decline esperado de los campos.
CONCLUSION.
Ahora podemos reunir ambas fases del estudio y ver que por un lado la demanda implícita va a aumentar hasta los 107 millones en 2025 y la oferta va a disminuir hacia los 95 millones en 2025. Es decir un desfase de 12 millones de barriles, similar a lo previsto por la AIE en 2018, si no se invertía lo suficiente, que finalmente es lo que ha sucedido hasta ahora.
Implicaciones.
Primero. Se reducirán los inventarios y probablemente se eleven los precios del petróleo, ya en 2020.
Segundo. Todas las naciones del mundo se pondrán al máximo de su producción para compensar el deficit.
Tercero. Las subidas de impuestos y las prohibiciones serán algo común en muchos países, con el doble objetivo de reducir el consumo. (Por emergencia climática y energética).
Cuarto. Las devaluaciones y crisis comenzarán en los países emergentes para reducir su consumo. Todos aquellos que no tengan una moneda fuerte, sufrirán como hemos podido ver en un anticipo en Argentina y Turquía, por citar países medios. Los Sudán, Zimbawe, Haití y otros extremadamente pobres, ya lo están sufriendo en estos momentos.
Quinto. Finalmente la subida de precios extenderá una crisis como nunca se ha visto, al coincidir escasez de recursos con una crisis por exceso de deuda. Si la prevista subida de los precios de la gasolina y diésel (ojo, no es necesario que suba el precio del petróleo, si también o a la vez lo hacen los impuestos) impacta en la inflación, veremos un crak en la gigantesca burbuja de la renta fija, tanto estatal como corporativa.
Sexto. Una vez comience la crisis, el consumo de petróleo se hundirá acompañando al descenso del PIB mundial.
Séptimo. Si en cualquier año desde 2020 a 2025, estalla una crisis financiera como consecuencia de los muchos cisnes negros que nos acompañan (dada la penosa situación mundial en la que nos encontramos) , el estudio pierde su validez, porque en esa situación, el consumo de petróleo se hunde mucho más rápido que la oferta. Aún asi, el resultado de crisis es el mismo que se predice, si no existe una crisis anterior.
Octavo. Resumen del punto anterior. Si los bancos centrales siguen inyectando dinero y manteniendo la ficción del crecimiento, la escasez de petróleo causará una grave crisis. Y si los bancos centrales tiran la toalla en algún momento entre 2020 y 2025, tendremos crisis. El resultado no aloja ninguna duda. CRISIS.
Todo el estudio tiene fechas que se pueden ver modificadas por ciertas medidas de urgencia, pero no cambian ni un ápice el resultado final.
Para los que tienen fe en la transición energética, decir que no llega a tiempo y además, mientras se pone en marcha a la escala requerida, necesitará grandes cantidades de los combustibles que pretende sustituir. La creación de toda una nueva industria y la preparación de una infraestructura a gran escala, necesita de petróleo, tanto para la extracción de minerales como para el transporte y comercio mundial y la propia creación de toda una nueva infraestructura.
La satanización del diésel, las prohibiciones de conducción en las ciudades y la emergencia climática (ese convencimiento interno que nos han inoculado para evitar que consumamos de motu propio, combustibles fósiles) son la urgentes medidas encaminadas a reducir el consumo de particulares, con la esperanza de reservar lo imprescindible, para la ejecución de la transición energética.
Saludos.