Estaba ayer por la mañana escuchando por la radio una entrevista a Gabriela Bravo, la portavoz del Consejo General del Poder Judicial defendiendo el sistema judicial español y sosteniendo, contra todo y contra todos los que la entrevistaban, que los jueces se hinchan a trabajar y que la mayoría de ellos incluso se lleva el trabajo a casa para continuar por la noche.
Simultáneamente a que la Sra. Bravo dijera esto, recibí un mail que comenzaba así:
Mi consulta es muy sencilla a tenor de los casos que planteas en tu blog. Puse una demanda (tras un divorcio) para la disolución de un proindiviso de un piso en Majadahonda (Madrid) en 2009 del que soy propietaria al 50%. La parte contraria se allanó para no ser condenado a costas. La subasta se realizará el día 21 de marzo de este mes en curso (...)
Es decir, que pese a lo que tozudamente defendía la buena señora Bravo, los hechos son aún más tozudos y el que una demanda de disolución de proindiviso en la que la otra parte se ha allanado haya tardado tres años en llegar a subasta es un hecho relevante suficientemente elocuente como para que ahora yo pretenda añadir nada más.
Por otro lado hoy la Justicia Noruega ha señalado el próximo día 16 de abril como fecha de inicio del juicio contra el Breivik, terrorista que el pasado verano hizo llevó a cabo la masacre de Oslo. Igualito que aquí.