Cómo no vamos a estar al borde del precipicio financiero y a punto de que nuestra banca sea rescatada en bloque si nuestra Administración es incapaz siquiera de administrar los bienes que hereda por el morro de ciudadanos despistados que mueren sin herederos a la vista.
Lo explicaré con más detalle: Don Clemente Rodríguez falleció sin herederos en 1976 y su pisito de la madrileña calle de Pinilla del valle fue a parar a las manos del voraz Estado. Concretamente ahora está a nombre del Instituto de la Vivienda de Madrid.
Pues oído al parche, porque el IVIMA lo ha ignorado desde entonces, no habiéndolo reformado ni alquilado ni dado ningún uso provechoso ni nada de nada desde que Don Clemente salió del piso con los pies por delante. Se limitaron a inscribir el título en el Registro de la Propiedad y hasta hoy.
El caso es que los últimos cuatro años tampoco han pagado las cuotas de comunidad y, claro, eso sí que no. Sale a subasta en los próximos días por una deuda de 4.300 euros.