Llevo años manifestando en esta página que las subastas judiciales españolas son una calamidad que no dan respuesta a la necesidad de los acreedores de recuperar sus créditos en un plazo razonable. De ahí mi natural alegría al ver reflejada esta misma opinión en elconfidencial.com. A ver si el gobierno se entera de una vez que una de las reformas más importantes que necesita este país para levantarse es la reforma judicial pues un sistema económico en el que no se respeta la propiedad privada y en el que no se hacen respetar los contratos no es ni será nunca una economía de libre mercado y los inversores se esconderán.
El artículo es muy suave cuando afirma que el 95% de las subastas son adjudicadas al acreedor, cuando la realidad es que el porcentaje se acerca más al 99%, por lo que el sistema de subastas, lejos de actuar como drenaje de activos, en realidad se ha convertido en un acumulador de activos para la banca pues ha ahuyentado definitivamente a todos los particulares que en un momento u otro podrían interesarse por esta vía de adquisición de bienes en incluso está expulsando a los subasteros profesionales, los únicos con suficiente preparación, experiencia y entereza de ánimo ( o sea, huevos) para afrontar los riesgos de la selva judicial.
(...) este proceso es muy lento, obsoleto que debe ser replanteado con urgencia
Afirma el autor del artículo y yo con él.
Entre otras cosas critica duramente que haya que ingresar una fianza del 20% del tipo de subasta, que tras la adjudicación haya que esperar un tiempo demasiado largo para obtener la Posesión de los bienes adjudicados y, como no, la falta de publicidad del cómo y dónde de las subastas, es decir la no publicación de los Edictos de subasta.
Pero según mi opinión olvida la puntilla que le dieron a las subastas judiciales en 2001, con la entrada en vigor de la actual Ley de Enjuiciamiento Civil, cuando los subasteros perdimos la capacidad de ceder el remate a un tercero pues a partir de ese momento nos dejó frente a las subastas exclusivamente con el capital que cada subastero tuviéramos, perdiendo todo el músculo financiero que, a través de nuestros clientes, teníamos anteriormente.
Esto quizá merezca una explicación: Antes de la actual legislación los subasteros nos íbamos adjudicando subastas y, simultáneamente, íbamos cediendo los remates a cambio de una comisión y solo cuando no encontrábamos clientes interesados nos veíamos obligados a utilizar nuestro propio capital. De esta manera era más difícil que nos quedáramos sin liquidez y las subastas siempre tenían postores. Por otra parte, los clientes particulares solo se animaban a comprar en las subastas porque previamente nos las habíamos adjudicado los profesionales.
Actualmente, en cambio, los subasteros solo podemos participar si tenemos la liquidez suficiente porque la cesión de remate no es posible y así es fácil encontrarnos con subastas en las que hay falta o escasez de postores.
No digo que este sea el único motivo de que las subastas estén quedando desiertas, nuestra falta de liquidez, sino que este es un motivo muy importante, junto a los Tipos de Subasta demasiado elevados, el porcentaje del 70% para que las adjudicaciones sean firmes, la incompetencia judicial galopante, el tapón en las Posesiones, los funcionarios malencarados y un largo etcétera.
Finalmente el artículo de El Confidencial acaba proponiendo que “los bancos formen un grupo ( es decir, un Lobby) para presionar al ministerio de Justicia porque al final se está dando una situación de bloqueo que no beneficia a nadie”.
¿Cómo lo veis?