Querido listillo,
entiendo que en todas las actividades humanas siempre suele haber una oveja negra acostumbrada a hacer de su capa un sayo y que sin palabra ni ley ni honestidad va tomando lo que se le antoja sin preguntarse siquiera lo que está bien o mal ni a quien perjudica con sus actos sino solo mirando por su propio interés. Es decir, que no cumple las normas, ni las escritas ni las no escritas.
Pero hombre, lo normal sería que ese cabroncete fuera más listo y no se pusiera nunca en posición de ser pagado con la misma moneda. Ya he mencionado varias veces lo fatal que me parece que los subasteros nos mejoremos la postura unos a otros, que mal rollo. A mí no me ha sucedido nunca todavía, pero se dice por ahí que tu has tenido la desfachatez de presentarte ante algunos adjudicatarios provisionales y les has extorsionado, pidiéndoles dinero a cambio de no hacerles la fechoría. Eso es muuuuy chuuuuungo por tu parte.
Y tampoco me gusta esa costumbre tan fea que tienes de ir a ciertas subastas baratas, las pocas para las que tienes fianza, y extorsionar al personal pidiendo dinero a cambio de no participar. Menos mal que ya te vamos conociendo y el truco solo te sale bien con algunos pardillos. Pero es muy feo y, además, nos das muy mala imagen.
Por eso me que he puesto tan contento cuando he obtenido las pruebas de tu última maniobra. Lo cierto es que no me sorprendió cuando comprobé que habías sido tú el listillo pero tampoco es tan frecuente que nadie con tan pocas tablas aprenda tan rápido lo peor del negocio inmobiliario. Aunque siempre has apuntado maneras de gánster y se te ve a la legua que maniobras muy bien en la oscuridad.
Las subastas de las casas de los muertos sin herederos son subastas que nunca se suspenden, salvo por los frecuentes errores del juzgado, pero nunca porque el demandado haya pagado la cuenta. Las razones son obvias, los muertos no pagan sus deudas por muy pequeñas que sean, que lo suelen ser. Por eso cuando el procurador de la comunidad de propietarios demandante se presentó en la subasta pidiendo la suspensión porque la deuda había sido saldada cantó de lejos que alguien se ha pasado de listo.
No es que me importe, vive y deja vivir es mi lema, pero no se por qué enseguida pensé en ti y ví que tenía la oportunidad de echarte el lazo. Pagar las deudas del muerto haciéndote pasar por un familiar o enseñando un contrato de arrendamiento o como quiera que lo hayas hecho es el truco más viejo del mundo. No he tenido más que esperar un par de meses y volver al piso del crimen para comprobar que ya lo has pintado y alquilado y que te dispones a disfrutar de una rentita vitalicia durante una porrada de años.
Bravo por ti, pero a partir de ahora mantente bien lejos de mi y de mis intereses porque a la primera que me hagas a mí o a cualquiera de mis clientes te envío directo al banquillo.
Y además tampoco me gusta tu cara, que eres muy chungo y das mal rollo.